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La brecha salarial en los Estados Unidos: ¿el fin del «Sueño Americano»?

Foto: Sarah Mirk

Tanto el género como la raza siguen siendo los factores que generan la mayor desigualdad económica en el país, acentuados a partir de los años 90′. Si a esto se le suma la falta de movilidad intergeneracional del presente y los avances de la Inteligencia Artificial (IA), cuesta pensar en un “American Dream” para el siglo veintiuno.

Sunita Sohrabji, moderadora de Ethnic Media Services (EMS), abrió la sesión del 21 de junio titulada “¿Es posible un nuevo sueño americano?”, comentando que “la desigualdad de ingresos sigue aumentando en los Estados Unidos; ya que mientras el 10% de los trabajadores gana más de $150,000 dólares al año y tiene más de $1 millón de dólares en activos, las familias de bajos ingresos ganan unos $31,000 dólares anuales de promedio, con activos insignificantes”. Y explicó que “el género y la raza son factores claves de las persistentes brechas. De hecho, las personas que trabajan en la economía informal (inmigrantes en su inmensa mayoría) ganan tan solo $7 dólares por hora. Además, la movilidad intergeneracional, un motor clave de la riqueza, ha disminuido en las últimas cuatro décadas, y existe el temor de que la tecnología cree brechas salariales aún más amplias”.

Género y raza

La primera disertante fue la doctora Michelle Holder, profesora asociada de Economía en John Jay College, de la Universidad de Nueva York.

“La desigualdad en los Estados Unidos tiene que ver con tres factores fundamentales: la discriminación en los empleos, el desempleo basado en raza y la brecha salarial entre hombres y mujeres» explicó la Dra. Holder. «Según las estadísticas del Departamento de Trabajo, en 2023 los hombres ganaron una media de 53 mil dólares anuales mientras que las mujeres percibieron 51 mil; es decir, un dólar contra 84 centavos. El motivo principal era que las mujeres representaban trabajos peores pagos en su mayoría, como administrativas o secretarias. Pero otras investigaciones han demostrado que, incluso cuando las mujeres tienen la misma competencia, ganan menos que los hombres. Lo mismo pasa con los ingresos de los hombres de color cuando se los compara con los ingresos de los hombres blancos. Por lo tanto, la brecha salarial de género es proporcional a la de raza”.

-¿Hay datos sobre estos ítems?

-Según una consultora de Washington, los trabajadores blancos ganaban en 2023 una media de 59 mil dólares al año mientras que los de color percibían 48 mil; esto es, un dólar contra 81 centavos a tiempo completo. La diferencia se acentuó aún más entre hombres blancos no-hispanos y mujeres de color, ya que estos ganan un promedio de 63 mil dólares contra 43 mil dólares de ellas; es decir, un dólar contra 73 centavos. En cuanto a las mujeres latinas, ganan 57 centavos por cada dólar que perciben los hombres blancos no-hispanos.

-¿Cuáles son las razones de esta inequidad y, cuáles, las posibles soluciones?

– Muchas veces, las razones se explican con la falta de acceso a la educación de las comunidades de color e hispanas respecto a la blanca. Y esto tiene mucho que ver, aunque no es lo único. Respecto a las soluciones, deben implementarse acciones legislativas concretas a nivel local, estatal y federal; como cambiar políticas para reducir brechas obligando a los empleadores a la transparencia de pagos. Si los estados no tienen leyes para promover la equidad, hay que exigírselas a los políticos que nos representan.

“La desigualdad en los Estados Unidos tiene que ver con tres factores fundamentales: la discriminación en los empleos, el desempleo basado en raza y la brecha salarial entre hombres y mujeres. Según las estadísticas del Departamento de Trabajo, en 2023 los hombres ganaron una media de 53 mil dólares anuales mientras que las mujeres percibieron 51 mil,  es decir, un dólar contra 84 centavos. Lo mismo pasa con los hombres de color comparado con los hombres blancos. por lo tanto, la brecha salarial de género es proporcional a la de raza (…) en cuanto a las mujeres latinas, ganan 57 centavos por cada dólar que perciben los hombres blancos no-hispanos”.
Michelle Holder

Choferes de taxi, por debajo del salario mínimo

El doctor Michael Reich es profesor de la cátedra de Economía en el Center on Wage and Employment Dynamics (Institute for Research on Labor and Employment) de la Universidad de Berkeley en California.

“He estudiado los salarios mínimos extensivamente y también, los trabajos que no alcanzan esa cifra. El más significativo es el rubro de los choferes. De hecho, unos 10 millones de personas trabajan de chofer en el país y este número ha crecido después de la pandemia”, dijo el Dr. Reich.

-¿Cómo son las condiciones de ese empleo?

-Algunas personas trabajan conduciendo hasta 10 horas por día y el 10% de esa población, hacen horas extras. Es una industria en la que yo me enfocaría para hacer un trabajo de campo. Generalmente al trabajo de chofer de taxis lo toman los hombres jóvenes, inmigrantes que no pueden acceder a estudios superiores y tienen bajos ingresos. A estos se los emplea bajo la figura de contratos independientes, lo que significa que no están protegidos por leyes de salario mínimo, no reciben seguro de desempleo ni indemnización por accidentes laborales. Tampoco se les pagan los tiempos para comer o descansar… Además, los choferes deben proveerse de su propio vehículo, contrayendo deudas y gastando en el mantenimiento del coche, que significa un buen porcentaje del ingreso.

-¿Y las empresas que los contratan?

-Las empresas toman sus propias decisiones acerca de cuánto pagarle a los choferes. En muchos casos, la media del pago es inferior al salario mínimo de $15 a $16 dólares y  perciben entre $11 a $12 dólares por hora. Como la mayoría de esos empleados son inmigrantes y como, según los empleadores, “no tienen las habilidades ni los permisos para realizar otros trabajos” de este modo justifican un salario tan bajo.

-¿Posibles soluciones?

-Hay dos enfoques de políticas públicas que se han intentado en distintas jurisdicciones; el primero es clasificar a los choferes como empleados y que se les garantice un salario mínimo por cada viaje. En California, tenemos este primer enfoque con la Proposición 22. En Massachusetts habrá una iniciativa en las boletas de votación para que los choferes reciban derechos laborales.

“Generalmente al trabajo de chofer de taxis lo toman los hombres jóvenes, inmigrantes que no pueden acceder a estudios superiores y tienen bajos ingresos. A estos se los emplea bajo la figura de contratos independientes, lo que significa que no están protegidos por leyes de salario mínimo, no reciben seguro de desempleo ni indemnización por accidentes laborales. Tampoco se les pagan los tiempos que toman para comer o descansar… además, los choferes deben proveerse de su propio vehículo, contrayendo deudas y gastando en el mantenimiento del coche, que significa un buen porcentaje del ingreso. En muchos casos, la media del pago es inferior al salario mínimo de $15 a $16 dólares, y perciben entre $11 a $12 dólares por hora”.
Michael Reich

Inteligencia artificial y desempleo

La doctora Heidi Shierholz, presidenta del Economic Policy Institute de Washington D.C., comenzó diciendo que “toda mi carrera ha consistido en buscar soluciones a problemas de salario y desempleo y estudiar los impactos de la tecnología en la fuerza laboral”.

-¿Cuál es la relación, entonces, entre Inteligencia Artificial y tasa de empleo?

-Los avances de la tecnología han sido, en líneas generales, amigos del trabajo y no enemigos. Y espero que eso sea lo que pase a partir de la Inteligencia Artificial (IA). El cambio tecnológico aumenta siempre el sistema de productividad, generando más ingresos y más puestos de trabajo, nunca es a la inversa. El desempleo no se ha generado por la tecnología sino por políticas erróneas en su implementación. Hoy, la IA está desenfocando la raíz de los problemas laborales y aparece como un temor muy grande para los trabajadores. La IA puede tener mucho poder para reducir riesgos laborales, pero también puede ser lo opuesto si se lo enfoca mal. Por eso, lo mejor es tener soluciones amplias, pensadas desde la clase política.

-Se dice que la automatización va a reemplazar a muchos empleados en restaurantes y cuidadores de casas…

-La nueva tecnología puede cambiar la combinación de trabajos y negocios, sin embargo no significa el final de esos trabajos o negocios. Antes, había que tener mucha gente con palas para hacer un pozo; ahora se hace con máquinas. Pero este cambio tecnológico no significa que vaya a disminuir el número de trabajadores en general. Cuando un empleador accede a la tecnología, el personal deberá reinsertarse en otros servicios, generando nuevos trabajos y nuevas dinámicas. Esos cambios suelen darse de manera lenta. El implemento de la IA ya ha venido pasando y no se ha visto una disminución laboral importante.

-¿El «Sueño Americano» aún es posible?

-Cuando pienso en el «Sueño Americano», pienso en personas y familias que puedan avanzar, acceder a una casa, vacaciones y escuelas de calidad; y esa calidad de vida dependerá de las políticas públicas, que los políticos fortalezcan las posibilidades laborales, la red de trabajo y la seguridad social.

“Los avances de la tecnología han sido amigos del trabajo y no enemigos y espero que eso sea lo que pase a partir de la inteligencia artificial. El cambio tecnológico aumenta siempre el sistema de productividad, generando más ingresos y más puestos de trabajo y nunca a la inversa. El desempleo no se ha generado por la tecnología sino por políticas erróneas en la implementación».
Heidi Shierholz

Movilidad multigeneracional, base de la equidad

Austin Clemens, senior fellow en el Washington Center for Equitable Growth, explicó que “la movilidad multigeneracional significa que los hijos pueden acceder a una mejor condición de vida que sus padres. Eso es parte fundamental a la hora de cumplir el «Sueño Americano», porque implica un modo más alto de distribución de las riquezas”.

-¿Qué pasa con la movilidad multigeneracional en el presente?

-Hemos identificado que la movilización multigeneracional no se está dando en el presente con la misma fuerza de otros tiempos. Las personas nacidas entre los años 40′ y 50′ tuvieron 90% más posibilidades de mejorar su situación económica respecto a la de sus padres que los nacidos a partir de los 90′. Las posibilidades de estos jóvenes del siglo veintiuno son de apenas un 50% de mejoras con respecto a las de sus progenitores.

-¿Cuál es la razón de esta baja?

-La primera es que ha disminuido el crecimiento económico, pero también la equidad. De hecho, en los años 80′ y 90′ vemos un alto nivel de inequidad salarial, donde la mayoría de los altos ingresos ya están definidos y no se ven progresos económicos en los trabajos fuera de la oficina. Fueron los datos que arrojó la investigación realizada.

-¿Qué significa hoy el “Sueño Americano” de los inmigrantes?

-Los inmigrantes podían obtener mayor ingreso que el ciudadano promedio de los Estados Unidos, y aunque las condiciones cambiaron, aún hoy eso es posible. Y eso era y eso es todavía, el «Sueño Americano». Cuando los inmigrantes llegan a los Estados Unidos, muchas veces se les paga menos y pueden tener retos desproporcionados a sus talentos, pero su trabajo genera mejorías en la segunda generación siempre.

-¿Cuál es la solución para la tan ansiada equidad laboral?

-Es importante fortalecer el mercado laboral y el poder de los trabajadores con los sindicatos, haciendo responsables a los empleadores por las condiciones de trabajo y reduciendo la discriminación racial y de género, todo lo que sea posible.

“Las personas nacidas entre los años 40′ y 50′, tuvieron 90% más posibilidades de mejorar su situación económica respecto a la de sus padres que los nacidos a partir de los 90′. Las posibilidades de estos jóvenes del siglo veintiuno, son de apenas un 50% de mejoras con respecto a sus progenitores. Eso se debe a que ha disminuido el crecimiento económico, pero también la equidad salarial”.
Austin Clemens

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