Una serie de crisis bancarias este mes, iniciada por la quiebra de Silicon Valley Bank, y eventos similares fuera del país, han aumentado el riesgo de recesión.
Mercados financieros nerviosos
El nerviosismo en los mercados financieros está en aumento, creando una especie de contagio característico y el peligro de una reacción en cadena que empeore la situación. Esto puede desembocar en primera instancia en una disminución en la disposición de los bancos a prestar dinero para inversiones debido a la falta de fondos.
El crecimiento que el país había experimentado desde 2009 se redujo cuando estalló la pandemia del COVID hace tres años. Pero después, se había renovado fuertemente, creando la apariencia de que los “buenos tiempos” seguirán ininterrumpidamente. No es así.
Para una decisión fundamental sobre las tasas de interés, se reúnen hoy miércoles los líderes del Banco de la Reserva Federal. Por su parte, la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, anunció ayer que el gobierno estaba preparado para proteger a las instituciones financieras más pequeñas.
¿Qué significa para quien tiene sus ahorros en los bancos? Recordemos que la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés) garantiza depósitos hasta por 250.000 dólares en cuentas individuales, aunque no en todos los bancos. Por ello, conviene revisar si su banco lo ofrece. Tal como ya hizo en 2009, el gobierno debería incrementar este tope para cubrir las actividades bancarias más frecuentes.
Los pequeños negocios
¿Qué significa esto para quienes tienen pequeños negocios que dependen de una línea de crédito para funcionar?
Es probable que incluso los bancos que no han experimentado una corrida en sus depósitos se vuelvan ahora más cautelosos, es decir, que será más difícil obtener préstamos.
Para minimizar la vulnerabilidad, hay medidas de sentido común que los pequeños negocios pueden tomar y que los expertos recomiendan. Un ejemplo: como dividir las cuentas bancarias entre varias instituciones. Otro: evitar realizar operaciones fuera del país. También considerar otras fuentes de capital como ayudas de gobiernos locales o inversionistas, o establecer un fondo de emergencia.
Para todos, es conveniente calcular los gastos mensuales esenciales y en lo posible reducir las expectativas. Obviamente buscar fuentes de ingreso alternativas e independientes y quizás lo más importante, desarrollar las redes de apoyo comunitarias. Y en general, disminuir la deuda.
Es probable que la situación lleve a efectos negativos en el mercado laboral, lo que puede significar un aumento de la cesantía en nuestra comunidad. Esto aumenta la importancia de prepararse ahora, antes de que empeore. De buscar alternativas, de ahorrar en lo posible. Pero cabe a los gobiernos aliviar los problemas de la transición a una economía lenta para la población de menos recursos. Al mismo tiempo deben abstenerse de cometer el mismo error y socorrer, como lo han hecho tantas veces, con miles de millones de dólares, a los que desde ya más tienen. La ayuda debe ir directamente a quienes realmente la necesitan.