Palabra Abierta cumple un año. Se hace difícil para mí que fui agarrado por sorpresa comentar sobre este suplemento literario en el que publiqué un cuento antiestético sin respuesta del lector. Pero este órgano superó las expectativas de muchos lectores hispanos. Cuando nos aproximamos a su primer aniversario, se siente como una especie de pertenencia por ser uno de los órganos de la difusión de la literatura en español más rigurosos en nuestra área en lo que a calidad del material literario presentado se refiere.
Efectivamente, se trata de la palabra abierta al escritor de la lengua de Cervantes. Si bien la poesía ahí publicada supera en mucho lo que se divulga en esta gran metrópoli de Los Angeles, también las muestras de ensayos, fragmentos de novelas y cuentos se mueven en las direcciones propias de lo mejor de la literatura de la lengua de Cervantes, sin fronteras, sin barreras ideológicas. No es panfleto Palabra Abierta sino divulgación estética amplia y valiosa de lo mejor que se escribe en nuestros tiempos. Sorprende también la calidad de los ensayos, en especial aquellos que salen de la pluma de su editor Manuel Gayol.
Es una lástima que floten estos trabajos únicamente, en los espacios cibernéticos. Si este suplemento tuviera publicación de imprenta sería también uno de los órganos de difusión de nuestra literatura mejor definidos y también mejor editados. Calidad prima y no abunda el verso estéril ni la prosa sin ficción cuando del género se trata. Este órgano o suplemento constituye hoy en día una de las fuentes de información literaria más audaces y amplias de nuestra lengua. ¡Felicitaciones!