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La importancia de denunciar los delitos de odio, si no hay reporte no hay crimen

Linda Bustamante, gerente de programas anti-odio de LAvsHate y José Luis Kerch, coordinador del programa Anti-Odio en contra de los vendedores ambulantes en el foro “La importancia de denunciar delitos de odio y cómo diferenciar los diferentes tipos de crímenes” realizado por la revista Impulso, de Mireya Olivera. Foto: Agustín Durán

Ya había terminado el foro: “La importancia de denunciar delitos de odio y cómo diferenciar los diferentes tipos de crímenes” cuando una compañera periodista se levantó y pidió la palabra.

“Buenas tardes, un momentito de su atención por favor. Nadie de nosotros estamos exentos de sufrir un delito de odio”, expresó Cristina Ramírez, del podcast Crónicas en Oaxacalifornia. “Hace unos días un amigo mío que pertenece a la comunidad LGTBQ… fue levantado y privado de su libertad por dos horas”.

La joven reportera con la voz entrecortada pidió disculpas y prudencia a todos los reunidos en un salón del Mercado La Paloma porque el caso que estaba a punto de compartir está bajo investigación de las autoridades y no podía dar muchos detalles.

No obstante, y debido a su naturaleza y el momento que se vive con el incremento de los delitos de odio en California, ella dijo que sabía que era una obligación reportarlo. Además, acabábamos de escuchar de la organización www.211LA.org sobre la importancia de reportar las situaciones y crímenes de odio, así que sabía que no se podía quedar callada.

Privación de la libertad, violencia física y psicológica

“Este niño es de la comunidad diversa (LGTBQ). Me llamó por teléfono y me pidió que si podía ir a mi casa. Lo escuché muy mal y con su voz muy perturbada”, expresó la periodista. “Venía pálido, temblando y al quitarse la gorra me di cuenta que lo habían violentado de la forma más brutal… Lo raparon, le quitaron las cejas y las pestañas un grupo de seis personas. Le hicieron comer esos malditos chips (Paqui) que son muy picosos. Lo llevé a emergencias y le tuvieron que dar morfina, lo trataron de sedar para quitarle el dolor, pero no podían. Llevaba la presión arterial muy alta y dilataron cinco horas para controlarlo”.

Ramírez subrayó que enseguida llegó la policía y fueron ellos los que inmediatamente clasificaron el caso como un delito de odio.

Durante las dos horas que estuvo raptado el joven, identificado como una persona gay, fue violentado físicamente y los seis individuos, todos adultos y posiblemente un menor de edad, le llamaron a sus amigos para que le expresaran por teléfono lo que significaba para ellos una persona homosexual.

“Qué le dices a este homosexual, dile lo que es”, preguntaban los captores a la gente por el auricular. “Hubo gente que le decía que hasta se debería matar. Que ese tipo de personas no debería de haber en el mundo”.

Además de golpearlo, la víctima estuvo encañonado con una pistola, fue humillado verbalmente y orinado por sus captores a quienes identificó como afroamericanos, blancos y posiblemente latinos.

Los individuos publicaron sus fechorías a través de las redes sociales de la víctima, que permitió a toda su familia y amigos enterarse de la situación; además obligaron a la víctima a hablar a un número de ayuda de Salud Mental, pero lejos de ayudarlo, le colgaron el teléfono y [dicho departamento] no hizo nada por rastrear la llamada para asegurarse que la víctima estaba bien, explicó Ramírez, quien se lamentó de que haya líneas de ayuda sin gente capacitada para atender este tipo de casos, rastrear la llamada y asegurarse que la gente que llama está a salvo.

Nuestra obligación es alzar nuestra voz

“Es para nosotros, en este momento una obligación pasar esta voz. De que este tipo de situaciones no pueden volver a pasar. No deben volver a pasar. Es nuestra obligación comentar las cosas… Pasen la voz. Este es una información que todo mundo necesita saber.

Debido a que hay una investigación en curso, solo se dijo que el delito de odio ocurrió hace unos días y en una zona muy cercana a Los Ángeles.

Con motivo del foro sobre la importancia de denunciar los delitos de odio, Yolie Anguiano, directora del programa CA vs Hate, indicó que sin un reporte no hay nada y todo es más difícil de solucionar.

“Sin reporte no hay crimen. Solamente reportando el delito nos podemos dar cuenta de qué tipo de delito está ocurriendo, en donde y contra quién”, expresó Anguiano. “De esa forma nos podemos dar cuenta del tipo de apoyo que necesita la gente y hacia donde hay que enfocar los esfuerzos”.

Subrayó que el hecho de cada vez haya más reportes es porque la gente poco a poco se está enterando de los apoyos que hay y ahora los está reportando, pero al mismo tiempo enfatizó que todavía no se sabe exactamente la profundidad del problema, es por eso de la importancia de reportar, “sin reporte no hay nada”.

Recordó que para reportar un delito de odio no tiene que ser la víctima directamente, sino que puede ser un testigo, amigo o familiar de la persona agredida. Lo importante es denunciar el delito.

De acuerdo a la Comisión de los Derechos Humanos del Condado de Los Ángeles (LACCHR), cada vez hay más reportes de crímenes de odio reportados.

Linda Bustamante, gerente del programa Anti-Odio (LAvsHate), presentó los datos del estudio de LACCHR y dijo que en el 2021 se habían reportado 790 delitos de odio, mientras que en el 2022 se denunciaron 929, un incremento del 20%, el más alto incremento en los últimos 20 años.

Foto: Agustín Durán

En ese mismo documento se encontró que los delitos de odio por orientación sexual que fueron reportados se incrementaron un 20%, de 143 en el 2021 a 171 en el 2022.

Además, se mencionaron los códigos postales donde se generaron más delitos de odio en el condado de Los Ángeles: 90014 (Los Ángeles con 43 reportes), 90044 (sur de LA con 25 reportes), 90013 (centro de LA con 18) y 90011 (sur de LA con 15 reportes).

Por qué debemos denunciar

José Luis Kerch, coordinador del programa Anti-Odio en contra de los vendedores ambulantes, y uno de los oradores del foro “La importancia de denunciar…”, profundizó un poco más en la necesidad de reportar los delitos a las autoridades u organizaciones de apoyo para que el crimen no se quede impune.

José Luis Kerch, coordinador del programa Anti-Odio en contra de los vendedores ambulantes. Foto: Agustín Durán

“Los crímenes de odio constituyen la expresión más grave de la discriminación y una violación de los derechos fundamentales”, expresó Kerch. “Denunciar los delitos de odio es importante para evitar su impunidad, pero sobre todo para que las víctimas se sientan apoyados y conozcan más sus derechos”.

Kerch agregó que mientras más denuncias hay, las organizaciones podrían tener más recursos para investigar y trabajar en las necesidades de las personas y las comunidades que son violentadas por este crimen.

Enfatizó que un delito de odio es cometido cuando el motivo de parcialidad y perjuicio hacia un individuo es en función de su raza, etnia, nacionalidad, religión, orientación sexual, discapacidad física o mental, edad y género.

Unos ejemplos, expresó, es el intento de disuadir u oponerse a las prácticas religiosas mediante amenazas de violencia; dañar la propiedad de una persona debido a su raza, color, nacionalidad, reales o percibidos; o enviar amenazas violentas y comentarios racistas por correo a otra persona.

A diferencia de los delitos de odio, los incidentes de odio no incluyen violencia, amenazas o destrucción a la propiedad privada; pero si incluye insultos despectivos, intimidación y distribución de materiales con mensajes de odio en lugares públicos.

En el foro también se habló del bullying en las escuelas, uno de los acosos que más padecen algunos estudiantes; además del ciberbullying, un tipo de acoso realizado a través de las tecnologías digitales.

Este tipo de bullying en los planteles escolares es tan peligroso que en algunas ocasiones los alumnos que lo padecen terminan quitándose la vida o terminan perdiendo la vida a manos de sus agresores.

¿Dónde denunciar?

Línea de ayuda en vivo: 2-1-1
Servicio en línea: www.211a.org

La información que es reportada en 211LA.org solo se comparte con organizaciones que brindan servicios de asesoramiento, defensa y prevención del odio, pero nunca es compartida con agencias del orden. Además, la denuncia puede ser anónima.

El foro “La importancia de denunciar delitos de odio y cómo diferenciar los diferentes tipos de crímenes” fue realizado por la revista Impulso, de Mireya Olivera.

Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Agustin Duran

    Agustín Durán es un inmigrante que ha ejercido el periodismo en diferentes medios de Los Ángeles por 23 años y actualmente es editor de Metro de La Opinión. Es graduado de Ciencias de Comunicación en Ciudad de México y tiene una maestría en Comunicación Masiva de la universidad de Northridge. Es padre, esposo y es tan escéptico que no le cree ni a su madre cuando le dice ´te quiero´, se lo tiene que probar.

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