Diez de los 11 senadores estatales republicanos de California tienen cerrado el acceso al recinto del Capitolio en Sacramento en los próximos 14 días. La razón: están en cuarentena, después de convivir con uno de ellos que resultó positivo en la prueba del coronavirus. Las regulaciones de salud pública prohíben que ingresen.
La Legislatura tiene hasta el lunes para concluir su sesión anual y decidir la suerte de numerosas leyes. Toda propuesta de ley que no sea llevada a votación se considera nula y deberá empezar todo el ciclo el año próximo.
Brian Jones, republicano de Santee en el condado de San Diego, publicó el miércoles un tweet en el que reconoce estar infectado con el virus. Inmediatamente, el Senado estatal canceló sus sesiones, mientras se realizaba un rastreo de contactos y se informaba a quien pudo haber sido expuesto, escribió Dustin Gardinger en el San Francisco Chronicle.
Si bien los legisladores usan máscaras dentro del recinto, tuvieron que quitarlas durante un almuerzo de camaradería de la bancada republicana, escribió Gardinger. Agregó que sin embargo, la mayoría de ellos participó en un evento social esa misma tarde, en presencia de Jones.
Que la casi totalidad de la oposición parlamentaria esté en cuarentena no necesariamente lleva a la paralización de la labor del Senado. Su presidenta Pro Tem, la demócrata Toni Atkins, anunció que los 10.
La concesión no le bastó al único senador republicano presente, Jim Nielsen del condado de Tehama, quien demandó interrumpir los debates hasta que todos los legisladores pasen pruebas del coronavirus y salgan negativos.
Por su parte, la Asamblea continuó su trabajo regular ayer, pese a su proximidad a las salas del Senado. Según el San Francisco Chronicle, solo aquellos asambleístas mayores de 65 años o que sufren de condiciones crónicas pueden delegar sus votos.
