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Este 2 de noviembre, en la Unión Americana se vive una jornada trascendental para los ciudadanos de aquel país; y de refilón para el México Político. Más allá del golpe que las encuestas pronostican sufrirá el Partido Demócrata y el Presidente Obama en la renovación de la Cámara Baja y de treinta y siete escaños en el Senado, lo que llama poderosamente la atención es la llamada legalización de la marijuana en el estado de California.
En México, esta decisión impactará porque justamente uno de los muchos factores que han desatado la guerra en contra del crimen organizado por parte del gobierno federal encabezado por Felipe Calderón, tiene que ver justamente con el trasiego de droga hacia los Estados Unidos. De pasar a un marco legal su producción, distribución y venta (al menos en California), la dinámica y procesos narcotráfico cambiará por completo el sentido de la guerra y las acciones delictivas en territorio mexicano.
Cualquier escenario no ayudará en mucho a México. De no aprobarse la legalización (y permanecer como hasta ahora, con la permisividad del uso medicinal) lo más seguro es que se continúe con esta guerra que ha bañado de sangre en los últimos cuatro años la vida social. Los capos mexicanos seguirán extendiendo sus redes delictivas y se fortalecerán en la medida cómplice de la corrupción de uno y otro país, para que sus tejidos que abarquen cada día más el mercado estadounidense.
De aprobarse la Iniciativa 19 en todos sus términos, México se enfrentará al peor de todos sus males. Los carteles verán disminuidos sus ingresos y seguramente buscarán ingresos que sustituyan las perdidas generadas por la legalización en el estado de California. La industria del secuestro, la extorsión y demás delitos, incrementarán sus actividades para robustecer su sistema financiero. De tal manera que eso se traduciría en mayor violencia y actos delictivos.
Sin embargo, cuando en México el asunto de la producción, trasiego, distribución y venta de droga es un tema de índole político y de seguridad nacional, para el estado de California, el asunto es más de orden económico, financiero y fiscal. Esto hace que las perspectivas hagan distinto el debate, ya que se parten de presupuestos diferentes para su análisis.
El asunto es que el simple hecho de llevar a una votación ciudadana el tema de la legalización de la marijuana, nos conduce a replantear la misma acción en otro tipo de drogas. De entrada, aceptarla para usos medicinales la hace legal al menos en ese rubro, pero no hay país, por mucho que se hable de sistemas de vigilancia sólidos, capaz de garantizar que el uso sea únicamente terapéutico. Por consiguiente, el debate no se termina en la aprobación o rechazo. En todo caso, la decisión que se tome a este respecto en California será una argumento más para profundizar en el análisis del tema.
México debe necesariamente abrirse al debate. En el reciente decomiso de alrededor de 135 toneladas de marijuana, de contar con un sistema regulado de producción y venta, lo que hubiera sucedido es que en lugar de destruir la droga, se hubiese canalizado al uso medicinal y al mismo tiempo se inyectarían recursos al sistema fiscal. Pero en México ni siquiera se ha querido explorar de forma seria la legalización.
De iniciar el debate y análisis del tema de la legalización de las drogas en México, esto se podría traducir en la clase política como una muestra contundente del fracaso de Felipe Calderón y el triunfo de los capos. Por ello, como estrategia política (y hasta electoral) no es viable ni siquiera considerar el debate. Mientras que en Estados de la Unión Americana como el caso de California, la visión tiene miras más allá del aspecto político y lo llevan al terraplén de lo económico.
Lo mismo sucedió con el alcohol hace años, de ser un producto prohibido, pasó a un estado de regulación jurídica, el debate hasta la fecha sigue abierto, pero al menos se pudo evitar y controlar las acciones delictivas de los mafiosos de aquel entonces. Hoy legalizar las drogas es un reto no sólo para los estadounidenses o para los mexicanos, es un asunto que tiene que ver con la humanidad entera que debe resolver en todo momento los escollos que las conductas sociales obligan.
Al momento de escribir este despacho, la moneda está en el aire. Lo que hoy suceda con la Propuesta 19 en el Estado de California, tendrá mucho que ver con México en todas sus formas y sentidos. Al tiempo…
juanjosesoliss@gmail.com