A María Vera le encanta la gimnasia, tocar la guitarra, cantar y, sobre todo, escribir. Cursa el décimo grado en la escuela preparatoria Roosevelt y dice, con el entusiasmo propio de una adolescente, que sueña con ir a la universidad para estudiar periodismo y ayudar a otros a superar problemas como los que ella vivió en su niñez.
“Cuando era chica, mi papá golpeaba mucho a mi mamá hasta que un día la mandó al hospital y lo deportaron a México. Yo quedé traumada por esa experiencia y durante muchos años sentí que odiaba a mi papá, no quería saber nada de él”, confiesa sin rodeos la joven de 16 años, quien vive en Boyle Heights, un barrio ubicado al este del centro angelino.
Lo único que la ayudaba, agrega, era que escribía en su diario todas sus vivencias y de ahí empezó a germinar en ella la inquietud de ser periodista. “No solamente me gustaba mucho escribir sino también preguntar sobre lo que estaba pasando a mi alrededor y ayudar a la gente necesitada”, dice.
La oportunidad de hacer su sueño realidad surgió cuando menos lo esperaba. El año pasado se enteró en su escuela que había una convocatoria para participar en un proyecto periodístico de estudiantes. María no dudó ni un instante en inscribirse y ahora, tras meses de intenso trabajo, los primeros frutos de su esfuerzo están a la vista.
“Escribí un reportaje sobre la violencia doméstica porque es un problema muy común que me afectó a mí y quise hacerlo para decirle a otras personas que también lo sufren que no están solas, que hay ayuda y lo pueden superar”, asegura Maria, quien para hacer su trabajo entrevistó a víctimas de maltrato, así como a profesionales encargados de ofrecerles asistencia.
Su reportaje aparece en la primera edición de “Boyle Heights Beat/ Pulso de Boyle Heights” una publicación trimestral y bilingüe escrita enteramente por estudiantes de preparatoria de esa comunidad con el propósito de informar lo que pasa en ella. El novedoso proyecto fue fundado por el diario “La Opinión” y la facultad de periodismo USC Annenberg School of Communication and Journalism y está financiado por la fundación filantrópica The California Endowment.
Pedro Rojas, editor ejecutivo de “La Opinión”, cuenta que la idea surgió tras un diálogo que sostuvo con Michelle Levander, directora de Health Journalism Fellowships de The California Endowment, sobre la necesidad de atender las necesidades informativas de comunidades marginadas por los medios de comunicación, como es el caso de Boyle Heights, la mayoría de cuyos 92 mil habitantes son latinos de clase trabajadora.
Después de varias reuniones, Rojas y Levander llegaron a la conclusión de que la mejor manera de acercarse a este vecindario y llevarle historias de trascendencia era mediante las voces de los adolescentes que viven en el área.
Rojas agrega que el primer paso que dieron fue hacer una convocatoria entre las preparatorias locales para ver cuántos alumnos podrían interesarse. “Para nuestra sorpresa, 70 estudiantes manifestaron que querían participar. Como el número era muy grande hicimos una selección, basada en el interés y el grado de compromiso que mostraron los estudiantes, y dejamos a 20. Finalmente la cifra quedó en 14 que son de las escuelas Theodore Roosevelt High, Mendez Learning Center, Puente Learning Center y Boyle Heights Technology Center”.
A partir de entonces empezó un arduo trabajo por parte de un grupo de mentores voluntarios para entrenar a los estudiantes, todos de origen latino. “Se les enseñaron principios básicos del periodismo, por ejemplo, que no pueden escribir en primera persona ni incluir lo que ellos piensan, aun cuando las historias las hayan vivido en carne propia, porque no están escribiendo columnas de opinión”, precisa Rojas.
De acuerdo con Rojas, se decidió que la publicación fuera bilingüe porque los estudiantes se desenvuelven mejor en inglés, pero gran parte de la comunidad a la que va dirigido el periódico, que en su primera edición tuvo un tiraje de 28 mil ejemplares, prefiere el español.
Michelle Levander manifestó que la publicación, que consta de 20 páginas, cuatro de ellas en color, refleja algunos de los problemas más agudos que sufre Boyle Heights, pero también sus logros y avances.
“Una de las motivaciones de los estudiantes para participar fue que querían escribir sobre su comunidad tal como ellos la ven y romper con el estereotipo de que en Boyle Heights solamente hay pandillas y crimen”, dijo Levander. Como resultado de esta visión, en el periódico hay reportajes sobre la crisis de la economía, la violencia doméstica y el riesgo de que desaparezca un complejo de apartamentos llamado Wyvernwood, pero también hay historias de éxito, deportes, cocina, notas de arte y cultura e incluso una página dedicada a la poesía.
“Creemos que con este proyecto ayudaremos a que la comunidad de Boyle Heights sea más sana porque le permitirá a sus residentes tener más fuentes de información y promover su participación en los asuntos que son importantes para ellos”, dijo Levander. Boyle Heights es uno de los 14 vecindarios marginados que reciben asistencia de The California Endowment para mejorar la salud y calidad de vida de sus habitantes.
José Luis Sierra Campos, quien es coordinador de los estudiantes y ha trabajado por más de una década en salud pública y en programas de prevención del HIV y el sida, dijo que la experiencia de producir “Pulso de Boyle Heights” ha sido, además de divertida, muy enriquecedora. “Nos reunimos dos veces por semana para discutir el contenido del periódico y para guiar a cada uno de los jóvenes en cómo escribir y recabar la información para su historia. Lo mejor de todo ha sido que las respuestas que hemos recibido de la gente han sido muy positivas”, subraya.
El “Pulso de Boyle Heights” no sólo tiene una edición impresa, además está en internet, por lo que los estudiantes también reciben entrenamiento en esta área, que cobra cada vez mayor importancia en la sociedad moderna.
“Para los jóvenes de Boyle Heights, en un mundo real que depende cada vez más de las computadoras y el internet, la pericia en su uso se vuelve crucial. No es solamente para que a través de su nuevo sitio de internet puedan medirse de igual a igual con otros adolescentes a la hora de avanzar en la vida. Es también porque al participar en el proyecto, al integrarse a lo que se hace en el sitio online, podrán ayudar a su comunidad, arrastrarla, jalarla consigo”, manifestó Gabriel Lerner, quien está a cargo de la edición on line del nuevo periódico y es editor de noticias en “La Opinión”.
Además de los editores ya citados, el proyecto cuenta entre sus consejeros y mentores con Anabell Romero, Verónica Hurtado, Jessica Perez, Kris Rivera,Augustine Ugalde, Rocío Zamora y Gene Dean. Todos trabajan de forma voluntaria, con el único interés, como subraya Romero, de apoyar a la comunidad de Boyle Heights a través de información que les sea útil y de contar historias que reflejen su realidad.
El equipo de reporteros está integrado por Alejandro Rojas, Ángel Lizárraga, Cynthia González, Diana Arellano, Diana Ochoa, Franklin Granados, Jonathan Olivares, Karissa Reynoso, Melissa Martínez, Yazmín Núñez, Rosa Solachi, María Vera, Charley Patiño y Daniel Vidal.