Anteriormente escribí en este mismo espacio que pese a sus desaciertos y extravagancia, pese al poco cuidado que le tienen sus catorce hijos, Nadya Suleman, la mamá de los octillizos, está siendo asediada. Que es el símbolo de toda una generación equivocada, que ella colecciona hijos como otros dinero y propiedades. No cabe duda de que por eso, eso y eso la atosigan y persiguen paparazzi y periodistas de distintas raleas. Los departamentos de investigación de los diarios, si es que no fueron ya desmantelados, se dedican a encontrar más datos picantes. Y los hallan. No que no sean interesantes. Pero causa más náusea la persecución de esta mujer sin medios ni cabeza pensante que los actos que cometió.
Así, traen a la pantalla, corriendo, a un chico que dice que es, quizás, veremos, el padre de los octillizos. Fue novio de Suleman por tres años, dice, y una vez le regaló su esperma porque Nadya dijo que padecía de cáncer y esa era su única esperanza. No está claro quién es aquí más enfermizo: Nadya Suleman, el fulano, llamado Dennis Beaudoin, o los medios que la van corriendo para crear una imagen inversa y lícita de la maternidad.
Suleman dice que el verdadero padre de los bebés es uno David Solomon, que si existe, podría ser judío como ella medio árabe.
Recuerda la basura mediática generada cuando murió una vedette, Anna Nicole Smith, y una decena de hombres que se habían acostado con ella en la última generación reclamaron la paternidad de su hijo, y, claro, su parte de la considerable herencia.
Entre Smith y Suleman… Ya la compararon con Angelina Jolie, así que…
Pero no es todo. La casa del suburbio angelino de Whittier, donde vive Suleman con su tribu está por ser embargada y ellos desalojados, después de que la madre, Angela, dejó de pagar por la vivienda, que es de su propiedad, y debe más de 23,000 dólares. La fecha establecida es el 5 de marzo.
Y por último, los cazanoticias captaron una discusión entre Angela y Nadya, donde se dijeron un par de verdades, como mala crianza, poca responsabilidad; total, que la abuelita ya no quiere ocuparse de tanto bebé y la madre debe estar al borde del colapso por las malas jugarretas que le hace el destino.
Sí, es trágico, porque cualquier cosa le podría pasar a los niños, hasta ser colocados bajo custodia del gobierno y entregados a adopción, todos separados.
Pero eso no sirve para no recordar la escena de la discusión entre las dos mujeres como tomada de la farsa televisiva «El Show de Jerry Springer», padre del show de Laura Bozzo y otros similares.