En el marco del Día Internacional de la Mujer, a nueve años de su creación el Instituto Nacional de las Mujeres de México ha realizado un trabajo muy importante diseñando las políticas, que por acuerdos y convenios internacionales, México está obligado a crear a favor de su población femenina”.
Aunque se cuenta con esta institución oficial, responsable de hacer visible entre los ciudadanos mexicanos un fenómenos social que afecta directamente a mujeres y niños, los ciudadanos se cuestionan año con año ¿Por qué existe un Día Internacional de la Mujer? ¿Por qué existe un instituto de la mujer y no uno del hombre?
“Durante siglos las mujeres han luchado para que la sociedad reconozca la igualdad de género desde las diferencias biológicas que distinguen a los hombres y mujeres, y por los efectos negativos que se generan en las relaciones, las actitudes, los comportamientos, la cultura de personas e instituciones….”
Inmujeres
El principio fundamental de igualdad jurídica entre hombres y mujeres se integró a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1974, mediante la reforma al Artículo 4º.
Pero las creencias y tradiciones no se transforman al amparo de una ley y por ello, no podemos aún afirmar que la mujer haya roto con los antiguos paradigmas sobre su naturaleza femenina. Por la inercia de muchos siglos y la forma en que la evolución ha modificado algunas de sus estructuras fisiológicas como respuesta a sus actividades ancestrales, la mujer no ha terminado de romper con viejas ideas y conceptos distintos y opuestos al feminismo.
El contrato social junto con el contrato sexual que unidos reforzaron las obligaciones de la mujer y el control del hombre sobre ella, aún subsisten.
Ha sido necesario un importante movimiento internacional iniciado desde los años 60 del siglo pasado, para que los derechos de las mujeres y la apertura de espacios donde pueda realizarse profesionalmente, comenzaran a convertirse en una realidad.
Como resultado de las exigencias femeninas, las naciones del mundo y los mismos organismos internacionales se dieron a la tarea de iniciar investigaciones que mostrarían la realidad social de las mujeres. Los hallazgos fueron contundentes: la pobreza y la violencia se concentran en los más desprotegidos, es decir, las mujeres y los niños.
Este fue el momento detonador en que las políticas internacionales se focalizarían en el diseño de programas que revirtieran las estadísticas que mostraban la vulnerabilidad del sexo femenino ante los fenómenos sociales, económicos y políticos.
México ha tenido forzosamente que aceptar las recomendaciones recibidas al firmar los acuerdos que lo obligan a seguir la línea marcada por la ONU y otros organismos, dando así inicio a la era de la políticas de género.
En 1980 se creó el Programa Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo, que propuso un conjunto de iniciativas específicas orientadas a promover el mejoramiento de la condición social de las mujeres. En 1985 se instaló una comisión para coordinar las actividades y los proyectos sectoriales en la materia y preparar la participación de México en la Tercera Conferencia Mundial sobre la Mujer (Nairobi, 1985). En 1996 da inicio el PRONAM (Programa Nacional de la Mujer) que pondría las bases para lo que hoy conocemos como el INMUJERES.
Finalmente, el 12 de enero de 2001 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, mediante la cual se crea una instancia para el adelanto de las mujeres mexicanas, como un organismo público descentralizado de la federación, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que permitiría dar cumplimiento de sus atribuciones y objetivos.
A 8 años de su creación, INMUJERES ha logrado concretar de forma exitosa una estructura que cubre casi en su totalidad a los estados y municipio de México, ofreciendo la perspectiva de género como una herramienta útil y determinante para generar cambios en las formas de diseñar programas sociales dirigidos a la población.
Actualmente, el Instituto Nacional de las Mujeres opera con el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres 2009-2012 (Proigualdad), que engloba las acciones de la administración pública federal y establece una plataforma de líneas básicas de acción y objetivos para garantizar los derechos humanos de las mujeres, la no discriminación, el acceso a la justicia y a la seguridad, y fortalece la capacidad de las mujeres de potenciar su agencia económica a favor de mayores oportunidades para su bienestar y desarrollo.
Su principal objetivo es institucionalizar una política transversal con perspectiva de género en la administración pública federal y construir los mecanismos para contribuir a su adopción en los poderes de la unión, los órdenes de gobierno y el sector privado, y los esfuerzos de tantos años, finalmente están siendo cristalizados.