El 12 de octubre de 2009, Palabra Abierta, el suplemento literario de HispanicLA, abrió su faz al mundo en una hermosa redundancia. En ese momento el título del primer editorial era “De la audacia y la esperanza”. Hoy, en su primer aniversario, podemos decir que es a la inversa: “De la esperanza y la audacia”, criterio que no contradice en lo más mínimo, sino que estimula ese intento primigenio que nos enorgullece a un año de su creación.
Hoy también podemos decir que Palabra Abierta es un Descubrimiento, pero de humanismo y creación. A diferencia de aquellas imaginaciones que trajeron los conquistadores para imponerse y deslumbrar al conquistado (cuando realmente nadie conquistó a nadie en relación con la imaginación porque, en esencia, ambos se interrelacionaron en un nuevo universo de sorpresas), ahora aquí —como uno más de un sinnúmero de resultados en el tiempo de aquel evento histórico— intentamos una imaginación de convergencia, inscrita en la sensibilidad y el asombro de nuestras conciencias; una imaginación de complicidades creativas, en la que sólo cuenta el hallazgo de las artes y las letras.
Al menos, en estos diez números y dos ediciones especiales la esperanza y la audacia de nuestra publicación se materializaron en la participación de 100 autores, que propiciaron 192 trabajos (o posts) para un total aproximado de unas 49 mil visitas. Los escritores y artistas presentados en nuestra página provienen de casi todos los países de América Latina, añadiendo España, Israel y Estados Unidos. Quizás para otras páginas web estos números no signifiquen aún una gran escalada, pero para aquel que nos ha leído, y para el autor que ha participado, podría ser de reconocimiento, al constatar que en cada uno de los trabajos presentados se encuentra la autenticidad creativa de nuestros autores, además de una calidad que puede satisfacer en buena medida sus expectativas, hecho que siempre será importante.
Si contamos realmente con algún logro, éste es el de tener desde ahora asegurada la esperanza de que podemos mejorar y ampliar más los contenidos y la participación de nuevos autores que no sólo serán clásicos indiscutibles de la literatura y el arte, sino también valores jóvenes que, con su imaginación creadora, pongan en Palabra Abierta su sello de identificación, dándonos la probabilidad de que en un futuro también se conviertan en sello de distinción.
Los talentos varían, se diferencian unos a otros, pero en todos ellos está la potencialidad de alcanzar un sueño que deje una huella de descubrimiento. Ésta es la esperanza que tuvimos en el comienzo y la que continuaremos sintiendo, estimulados incluso por más de 250 comentarios de valoraciones espontáneas, sinceras y genuinas que nos han apoyado durante este año.
De aquí que ahora, nuestras esperanzas avalen el ánimo y la intención de continuar brindándoles una literatura y un arte serios, en la perspectiva de la cultura hispana que encuentra su centro de proyección en la ciudad de Los Ángeles, California, donde todavía nos queda mucho camino que desbrozar en busca de un quehacer creativo que nos represente y que promete —sin miedo a equivocarnos— el afianzamiento de una historia y un desarrollo trascendente.
Con el mismo ímpetu del comienzo, vamos a seguir en nuestra empresa creadora, con humildad pero convencidos de que estamos sumando logros, en un proceso paciente pero de paso firme, en el cual apostamos a nuestra esperanza de que con el tiempo la audacia de Palabra Abierta tendrá sus nuevos frutos.
[Este editorial del número 10 de Palabra Abierta por su editor Manuel Gayol Mecías, se publica simultaneamente en HispanicLA.c0m]