En el único debate vicepresidencial programado para este ciclo electoral, el senador republicano JD Vance, de Ohio, y el gobernador demócrata Tim Walz, de Minnesota, discutieron este martes 1 de octubre durante 90 minutos sobre varios temas, desde la crisis entre Israel, Palestina y ahora Irán en el Medio Oriente, pasando al tema del aborto, la inmigración, la economía, vivienda accesible, acceso a la salud, alto costo de las medicinas y hasta el asalto al Capitolio y la confianza en el sistema electoral.
Oh, sorpresa: un debate civilizado
Para sorpresa de muchos analistas, fue un debate civilizado, donde los dos candidatos parecían haber encontrado puntos en común especialmente en legislación, por supuesto sin dejar de contradecirse al defender el récord de sus respectivos compañeros de formula.
El senador JD Vance fue más elocuente y tiene un mejor manejo de las cámaras, lo que lo hace mediáticamente atractivo. Hizo que el trumpismo sonara educado, tranquilo y coherente. La pregunta es si los votantes aun indecisos darán crédito a una actuación sorprendentemente opuesta al comportamiento y discurso del hombre al que defendió vehementemente y de quien asegura se había equivocado cuando le había criticado antes de que fuera seleccionado como su compañero de fórmula.
Vance fue mucho más hábil en la retórica que el gobernador Tim Walz, quien se mostró algo nervioso frente a las cámaras, especialmente en la primera mitad del debate. Pero a medida que éste avanzaba , Vance tropezó en dos temas que no pudo responder o clarificar -la posición de Trump sobre el aborto y si Trump había perdido o no las elecciones de 2020- allí su habilidad retórica no le permitió defender a Trump, por lo que evadió ambas preguntas.
En el debate se vio que el profesor en el estrado era el gobernador Walz, porque se notó claramente que dominaba los temas de política doméstica y en menor medida los de política exterior. En este aspecto la actuación de Vance fue débil. Además, su lenguaje corporal hablaba claramente por su inhabilidad de refutar los argumentos de Walz cuando este citaba directamente pasadas declaraciones de Donald Trump en cuanto a política exterior y doméstica.
Como dos boxeadores
Walz durante el debate fustigó a Trump y lo presento como un peligro para la democracia estadounidense, con lo que varios exmiembros de su propio gabinete ejecutivo concuerdan. Vance recordó frecuentemente que no era Trump quien esta gobernando en la Casa Blanca durante los últimos cuatro años.
Vance culpo a Kamala Harris por el mal desempeño de la economía y la falta de seguridad en la frontera sur con México ante la llegada de millones de inmigrantes (dijo que el total de indocumentados en el país llega a entre 20-25 millones, cuando los expertos dicen que son entre 10 y 12 millones) y que según su punto de vista representan un serio riesgo a la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Las encuestas posteriores al debate de CNN y CBS News muestran que los televidentes evaluaron el debate como un empate efectivo. En la encuesta de CNN, el 51% de los telespectadores dijo que Vance había ganado el enfrentamiento, mientras un 49% dijo que Walz fue el ganador; en la de CBS, Walz se impuso por 42% a 41% de Vance, con un 17% que declaró que hubo empate.
Ambas encuestas mostraron de forma clara que cada candidato mejoró considerablemente su imagen. La valoración favorable de Vance aumentó nueve puntos en la encuesta de la cadena CBS, frente a ocho puntos de Walz. Por su parte, la encuesta de CNN mostró que Walz mejoró en 13 puntos su imagen frente a los 11 de Vance.
La mejora de la imagen de Walz en la encuesta de CNN entre los independientes (18 puntos) fue ligeramente superior a la de Vance (14 puntos). Y mientras que Vance ganó sobre todo entre los votantes que ya eran favorables a su partido, Walz demostró un grado bastante significativo de atractivo entre los independientes.
Una nota de precaución en cuanto a las encuestas de CNN y CBS es que la audiencia del debate no se corresponde con la del país en general. Las personas que lo sintoniza no sólo pueden ser más progresistas, sino que puede estar más actualizados con la política que los votantes ocasionales. No debemos entender estas cifras como reflejo del electorado en general.
En las encuestas a nivel nacional (voto popular) la vicepresidenta Kamala Harris sigue liderando por dos puntos (49-47) y su ventaja en el Muro Azul se está estabilizando: (Michigan +2), Pensilvania (+2) y Wisconsin (+3), pero en los estados del Cinturón del Sol Donald Trump sigue liderando: Arizona (+2), Georgia (+2) y Carolina del Norte (+1). Nevada sigue en un empate técnico.
Las últimas encuestas
Las encuestas en cada estado se encuentran dentro de un margen de error de 3,5 puntos y los electores aun indecisos podrían inclinarse hacia cualquiera de los dos candidatos.
La única vez en este siglo que las encuestas nacionales se movieron más de un punto porcentual después del debate vicepresidencial fue en el 2000 entre el senador demócrata Joseph Lieberman y el ex secretario de defensa Dick Cheney a favor de George Bush. En general los electores deciden sus votos por quien es el candidato a presidente, no por quien podría heredar el poder, si el presidente muere o es inhabilitado por alguna circunstancia sobrevenida.
Así que como muestran las primeras encuestas de CNN y CBS el debate entre el gobernador Walz y el senador Vance ayudó a cambiar la percepción sobre los candidatos a la vicepresidencia, pero lo más probable es que no cambie el voto real (como ha demostrado la historia), porque muy pocos electores basan su voto en quienes son los candidatos a la vicepresidencia.