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¿Quién se beneficia con la caída de China?

El mundo comprendió que existen muchos sustitutos de China, creando un nuevo orden geopolítico llamado Altasia.

Mientras caía el Muro de Berlín y Rusia implosionaba dividiéndose en decenas de países, el Partido Comunista China comprendió que, para no seguir el camino de Rusia, debía efectuar un cambio estratégico, incorporándose de alguna forma al sistema productivo capitalista.
Por esto en 1990 abrió sus puertas a varias empresas electrónicas y textiles, primero japonesas y luego mundiales, que comprendieron la ventaja de producir en China, país que poseía la mano de obra más barata y abundante del mundo.

Manufactura y Servicios

Desde 1990 solo pasaron un poco más de tres décadas y China se transformó en el eje de la producción manufacturera mundial, abarcando todos los rubros, con exportaciones que alcanzaron en 2020 a los cuatro trillones de dólares.
Recordemos que durante el nuevo siglo la economía mundial creció al ritmo de la industrialización china, es decir entre el 10% y 15% anual, creando una revolución en la economía global que, al ver invadidos sus comercios con manufactura china, dedicó sus esfuerzos en el desarrollo de empresas de servicios logísticos y tecnológicos.

La soja, la materia prima estratégica en Sudamérica.

El mundo se divisió entre los países productores de materia prima (soya, cobre, carne, petróleo, etc.), y los países que brindan servicio, (pandemia mediante), profundizando una transformación en los servicios salud, seguridad, educación y transporte, permitiendo que todos estos servicios tecnificados crecieran exponencialmente.

Rusia – Ucrania

La invasión de Rusia a Ucrania, en una guerra que parece no tener fin, hizo que los costos del transporte internacional, sumados a la presión mundial por el aumento del salario mínimo en China, provocó un cambio en la estrategia logística de muchas empresas que producen en China. Incluso Washington reconsideró su dependencia de Beijing en semiconductores y productos tecnológicos avanzados.
Por esta razón en el 2022 el número de empresas japonesas que operan en China se redujo de unas 13.600 a 12.700. Sony migro a Tailandia, Samsung y Dell ya no utilizan chips fabricados en China, Apple y Google trasladaron la producción de sus últimos teléfonos inteligentes de China a Vietnam.
El mundo comprendió que existen muchos sustitutos de China, como Corea del Sur, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Singapur, Malasia, Tailandia, Vietnam, Camboya y Bangladesh, creando un nuevo orden geopolítico llamado Altasia.

Nearshoring

Lo que hace 30 años se denominó «offshoring», refiriéndose a la estrategia de fabricar en China, hoy es “nearshoring” que es producir cerca del mercado comprador, reduciendo gastos logísticos.
En este cambio de estrategia habrá varios ganadores, no solo Altasia, que fabrica para el mercado europeo y asiático, sino también México y varios países latinoamericanos, que fabrican para el mayor consumidor del mundo, Estados Unidos.
Como vemos, en postpandemia la manufactura en varios países del Centro y Sudamérica ha aumentado, generando empleo genuino muy por encima de los niveles previos a la pandemia, con salarios que comienzan a fortificarse, en comparación a épocas prepandemia, incluso notándose escasez de espacio industrial en algunas ciudades.
El problema que presentan varios países latinoamericanos es la estabilidad económica y la seguridad jurídica. Por esa razón las multinacionales como Tesla o Nissan elijen Brasil, Chile y México, que, aunque están gobernados por políticos de izquierda, mantienen economías estables y reglas comerciales claras.

Salar de Uyuni en Bolivia.

Recordemos que el nuevo petróleo es el litio y que el yacimiento con el 85% de las reservas mundiales es compartido por Chile, Perú, Bolivia y Argentina. En lugares como el Salar de Uyuni en Bolivia, el Salar del Hombre Muerto en Argentina y el Salar de Atacama en Chile y Bolivia, por esa razón, el futuro económico de los ciudadanos de estos países dependerá de sus gobernantes. Allí se generará el espacio propicio para las inversiones que buscan producir baterías para vehículos eléctricos y manufactura en base a litio, cerca del área de explotación del mineral. El futuro depende de ello.

Autor

  • Cesar Leo Marcus, nació en Buenos Aires, Argentina. Doctor (PhD) en Logistica Internacional y Comercio Exterior, y Máster (MBA) en Sociología Económica, fue profesor de ambas cátedras en las Universidades de Madrid (España) y Cordoba (Argentina). Periodista, publica en periódicos de California, Miami y New York. Escritor, publico 12 libros, y editor literario, director de Windmills Editions. Actualmente reside en California.

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