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Radio indígena en Michoacán

Radio indígena en michoacán

TUXPAN, Michoacán, México — De acuerdo con los datos oficiales, en México existen 12 millones de indígenas, o sea, el 11 por ciento de la población del país. Se reconocen unos 62 grupos o pueblos indígenas y hasta 100 idiomas diferentes.
Para comunicarse con estas comunidades, el gobierno mexicano creó una red de radios diseminadas por todo el territorio nacional, llamado Sistema de Radios Culturales Indigenistas (SRCI). El proyecto despegó en 1979 y actualmente cuenta con 20 estaciones de radio.
Una de ellas, XETUMI, 1010 AM, Radio La Voz de la Sierra Oriente, tiene su base en Tuxpan, Michoacán. La pequeña ciudad es reconocida por la floricultura y sus huertas y producción de ates. XETUMI transmite en español, mazahua y otomí.
Según un censo de 2000 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población otomí es de unas 700.000 almas, mientras que los mazahuas suman unas 350.000.
Ambos pueblos indígenas habitan el centro de México, incluyendo los estados de México, Hidalgo, Guerrero, Guanajuato, Querétaro y Michoacán.
«El objetivo de la emisora es atender a ambas poblaciones, especialmente en áreas como la lengua y la cultura», explica Hilda Espinoza Damián, directora de XETUMI, emisora creada en 1997 y que se escucha en varios de esos estados.
Espinoza Damián cuestiona los números producidos por el gobierno cuando cuenta a la población indígena. Según ella, muchos no se identifican como tales, principalmente por la discriminación.
Marta Frausto, residente de Fresno, California, y de origen otomí, está de acuerdo. «No se sabe bien el número de otomíes. El Consejo de la Nación Otomí tiene otros números», dice. «Y en Estados Unidos es más complicado saber cuántos hay».
Como producto de lo que Frausto llama «colonización», los pueblos indígenas han ido perdiendo sus idiomas. «El idioma es el corazón de la identidad de un pueblo», asegura.
Espinoza Damián reconoce que los otomíes apenas mantienen su lengua.
De acuerdo a esta graduada en periodismo en la Universidad Autónoma de México (UNAM), si bien en México existe la educación bilingüe desde 1948, la ley no siempre se cumple. «Durante un período de tiempo, el gobierno quiso establecer el español como idioma único. Así se perdió una generación. Y ahora, la globalización nos afecta, pues para ser ‘modernos’ debemos hablar español e inglés, dejando de lado nuestros idiomas originales».
Por eso la radio cumple una función social e histórica fundamental.
«Además de programas locales, como noticias, transmitimos programas producidos por el SRCI, por ejemplo, un noticiero nacional que usa información y reportajes proveídos por estaciones como esta», dice Espinoza Damián, nacida en la vecina Zitácuaro.
Ella, como muchos mexicanos y mexicanas vivió su experiencia migrante en Chicago. «Quería volver a mi región y tuve la suerte de lograrlo», dice sonriendo detrás de su escritorio en las modestas pero cómodas instalaciones de la emisora. «Hacemos co-producciones con gente y grupos locales, por ejemplo, sobre el medio ambiente, derechos indígenas y cultura», agrega.

Según Espinoza Damián, si bien en las escuelas primarias de algunas zonas de México se respeta la educación bilingüe, en la educación superior no, debido a la falta de maestros capacitados.
Además, los pueblos indígenas en México sufren marginación. «Aunque no se quiera reconocer, en México existe la discriminación contra los indígenas», dijo Gerardo Sánchez, de 27 años, locutor y productor en idioma mazahua de XETUMI. Y afirma que estas emisoras cumplen su papel de ayudar a conservar el idioma y la cultura indígena. «Pero se necesitan maestros bilingües y apoyar la cultura de estas comunidades», agregó.
«Cuando llegué aquí no dominaba la lengua otomí, pero la gente me ayudó a enriquecer el vocabulario», dijo Alvaro Esteban Valencia, de 28 años, otro de los locutores de XETUMI, «Qué me gusta de lo que hacemos? Todo! Somos locutores, productores… La gente nos llama y nos agradece por el servicio!»
Para Frausto, el desafío es reconstruir la nación otomí. Pero reconoce las dificultades. «somos un pueblo disperso», afirma.
El panorama social de México no permite ser muy optimista. Muchos pueblos indígenas han perdido sus idiomas y culturas, absorbidos por la dinámica cultural dominante.
En 1994 el surgimiento del Zapatismo genera un movimiento indigenista muy importante en el país. Como resultado, resurgieron esfuerzos educativos y culturales.
Sin embargo, una de las mayores fuentes de la desintegración cultural y familiar de los pueblos indígenas parece ser la migración. Empobrecidos, marginados y discriminados, miles de indígenas emprenden el camino hacia el norte.
«Los primeros otomíes que llegaron a Estados Unidos vinieron escapando de la Revolución Mexicana (1910-1919)», dice Frausto. «También sabemos que otros llegaron durante el Programa de Braceros (1946-1964)».
Curiosamente, muchos indígenas redescubren sus orígenes en ese exilio involuntario que es la migración. «Nadie quiere perder lo que se es», dice con firmeza Espinoza Damián, en relación al proceso de identidad étnica que ocurre en Estados Unidos.
La llamada globalización, explica, no solo está liquidando los idiomas indígenas sino también las economías regionales. La entrada masiva de productos subvencionados desde Estados Unidos —como maíz— a consecuencia del Tratado de Libre Comercio, orilló a cientos de miles de pequeños propietarios a dejar sus tierras y migrar, como indocumentados, a Estados Unidos.

Hilda Espinoza Damián, directora de XETUMI, ubicada en Tuxpan, Michoacán. La radio, creada en 1997, es una de las 20 emisoras indígenas distribuidas en 18 estados de México.

Pero la migración, aunque pueda resolver transitoriamente cuestiones económicas, genera serios y profundos problemas. «Se rompen lazos familiares y muchos usos y costumbres están cambiando».
La radio, entonces, juega un papel fundamental de análisis y conexión con estas comunidades. «Llevamos un mensaje a la comunidad que permite a sus integrantes conocerse», afirma Espinoza Damián. Y concluye que dicha comunidad exige justicia y siente orgullo de lo que es y produce, a ambos lados de la frontera.

 

Autor

  • Vive latino 2010: tres días de música en méxico

    Eduardo Stanley se graduó de la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Realizó estudios de post grado en Semiótica en la Universidad de Bucarest, Rumanía, y trabajó tres años como profesor de Logica y Teoría del Lenguaje en la Universidad Autónoma de Sinaloa, México. En Estados Unidos desarrolló una amplia carrera periodística, incluyendo Univisión, Telemundo, varias publicaciones comunitarias del Valle Central de California, y también como free lance para publicaciones nacionales e internacionales, como La Opinión (Los Angeles) y La Insignia (España). Actualmente es editor del periódico mensual Community Alliance y produce in show radial en español en KFCF 88.1FM, de Fresno. 

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