El Salvador ha vuelto a entrar en la mira pública, producto al conflicto que se ha desatado entre el Órgano Legislativo y Ejecutivo para obtener la aprobación del préstamo de $109 millones que quiere para la Fase III del Plan Control Territorial.
La toma de las instalaciones de la Asamblea Legislativa que hizo el presidente, Nayib Bukele, con un contingente militar el domingo, ha generado el rechazo de la comunidad internacional ya que es considerado como una grave señal de retroceso en la historia moderna salvadoreña.
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El país ha vuelto a entrar en la mira pública, producto al conflicto que se ha desatado entre el Órgano Legislativo y Ejecutivo para obtener la aprobación del préstamo de $109 millones que quiere para la Fase III del Plan Control Territorial.
Para los parlamentarios y analistas, esta disputa ha generado que Bukele cometa actos que riñen con la legalidad, como por ejemplo: retirar sin ningún motivo los elementos del PPI, militarizar el Parlamento y generar caos entre la población.
Por lo tanto, uno de los que ha manifestado su rechazo ante esto es el miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Jim McGovern, quien sostuvo que se encuentra observando de cerca la crisis política del país.
“Una base de la democracia es el respeto en la separación de poderes y la resolución de disputas políticas a través del diálogo, no por la fuerza”, indicó el demócrata a través de su cuenta de Twitter.
Regresen a los cuarteles
En este sentido, recomendó que el Ejército y la Policía regresen a sus cuarteles y no involucrarse en asuntos políticos.
“Tal muestra de fuerza hace eco de los días más oscuros de la historia de El Salvador. Los salvadoreños han sacrificado tanto por las instituciones democráticas; cualquier acción para socavarlas es simplemente inaceptable”, destacó.
Por su parte, Gabriela Cuevas Barron, presidenta de la Unión Interparlamentaria, que es una organización que representa a la rama legislativa de los gobiernos en una escala mundial, indicó que el respeto a la división de poderes y al libre ejercicio de la función parlamentaria son condiciones indispensables para la democracia.
“Es inadmisible la militarización de la Asamblea. Es urgente un diálogo respetuoso entre el Gobierno y la Asamblea Legislativa de El Salvador”, indicó Cuevas en su cuenta oficial de Twitter.
De igual forma, el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria hizo un llamado a las fuerzas políticas del país, para respetar los procesos y funciones que se otorgan a cada poder del Estado en la Constitución de la República. Asimismo, a resolver las diferencias por la vía del diálogo informado y la negociación.
“Todas las instituciones públicas y la ciudadanía debemos acatar lo establecido en nuestra carta magna. Las diferencias de criterio o ideológicas no son razones suficientes para pervertir la paz social y la democracia que tanto ha costado instaurar en el país”, indicó el instituto a través de un comunicado.
‘No jugar con fuego’
Otra organización que manifestó su preocupación y rechazo fue VIDAS-VÍCTIMAS DEMANDANTES, porque aseguraron que durante el domingo recordaron imágenes del pasado conflicto civil salvadoreño, con la toma de la Asamblea.
Por lo que calificaron que hubo “irresponsable tuis incendiarios, en un país violento hasta la médula”
“VIDAS se pronuncia ante la posibilidad de que se empeoren aún más las condiciones de vida de las mayorías populares con persecución y violencia políticas. No debemos olvidar que las guerras ocurren por intereses de poderes visibles u ocultos, pero las muertes las ponen precisamente esas mayorías populares “humilladas y ofendidas” históricamente”, expresa VIDAS en un comunicado.
Agregaron que: “En eso se ha convertido este país que hace 28 años presumía de ser “modelo” de pacificación, tras superar una larga y dolorosa confrontación armada así como otras tantas atrocidades contra su población más humilde”.
En este punto, la organización dijo que mediante la manipulación de “masas” eufóricas y fúricas con mensajes subliminales que incitan a la violencia, se busca copar la Asamblea Legislativa en las elecciones del 2021. Para eso ocupan personajes desvergonzados. Es la intolerancia llevada hasta lo más alto y ridículo, en medio de una discusión hipócrita sobre una ley de “reconciliación nacional”.