Un inmigrante indocumentado mata a una joven estudiante en Athens, Georgia, y las voces de la supremacía racial, los ultra nacionalistas y los conservadores utilizan el crimen para responsabilizar a los inmigrantes como los responsables de todos los males de la sociedad.
Saben que la política de miedo da resultados y que, en un año electoral, no pueden perder la oportunidad para ganar puntos políticos con un electorado que, con una frontera en crisis, endurece sus posiciones respecto al tema migratorio. A tal punto que, de acuerdo a las encuestas, para muchos es el tópico más importante que la nación confronta.
Porque ya no puede haber dudas de que, con aproximadamente 10,000 detenciones diarias en diciembre, la situación en la frontera, aunque no la quieran caracterizar como una crisis, al menos es más que problemática.
No son solo los gobernadores republicanos de los estados fronterizos de Florida y Texas los que agitan el avispero, con medidas sensacionalistas como el traslado de migrantes a ciudades santuarias como Los Ángeles y New York, sino que hasta alcaldes demócratas de otras partes del país, con servicios e infraestructuras desbordadas por el flujo masico de migrantes, sienten la necesidad de protestar.
Laken Riley
El asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería de 22 años que estaba ´jogging´ en una zona arbolada de la Universidad de Georgia, en Athens, vino a las perillas para la narrativa de los sectores antiinmigrantes.
El presunto asesino sería un venezolano, José Antonio Ibarra, quien de acuerdo a los récords de Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, siglas en inglés) habría ingresado al país en El Paso, Texas, en septiembre de 2022.
La información también indica que Ibarra fue arrestado en New York (y posteriormente liberado) en un caso que involucró un menor de 17 años y, además, por una infracción a una ordenanza vehicular.
Donald Trump, que ha hecho del tema migratorio un foco de su campaña presidencial, aprovechó la oportunidad para enfatizar que Ibarra es un latino indocumentado. Lo caracterizó como un “monstruo” y afirmó que todo esto era consecuencia de las políticas del presidente Joe Biden que han abierto las puertas de nuestras fronteras a una “invasión” de migrantes que están provocando la “matanza de nuestros ciudadanos”.
El congresista Mike Collins, un republicano que representa a Athens, escribió en internet: “La sangre de Laken Riley está en las manos de Joe Biden, Alejandro Mayorkas…”
De acuerdo a algunas encuestas, el mensaje antiinmigrante de Donald Trump y Collins, que también fue utilizado en la campaña electoral de 2015, parece estar resonando en amplios sectores de la ciudadanía. Un factor más que preocupante para la Administración Biden a solo siete meses de las elecciones presidenciales.
Las encuestas
La encuesta de Gallup reporta que la cuestión migratoria se ha transformado en la principal preocupación de los estadounidenses. Es más importante que otros problemas sociales que típicamente se ubican en primera fila como la economía, la inflación, el gobierno.
Otra encuesta, de Monmouth University, sugiere que 8 de cada 10 estadounidenses, sin importar su afiliación política, creen que el problema de la inmigración es, como mínimo, “algo serio”. Es más, 61% afirmaron que lo consideran “muy serio”. Un porcentaje superior al 50% registrado en 2015 y 2019.
Cuando los datos se analizan en base a la afiliación partidaria de los participantes, las diferencias son remarcables. Entre los republicanos, 91% afirman que la inmigración de indocumentados es un problema «muy serio», comparado con solo 41% de demócratas.
Nada menos que 58% de los independientes opinaron que es un problema «serio». Una respuesta que debe ser más que preocupante para la Administración, considerando que este es un sector clave que ha decidido muchas de las elecciones pasadas.
Campaña de miedo
Evidentemente estos porcentajes están asociados con las imágenes sensacionalistas que se presentan en la televisión, la desinformación de las redes sociales y la campaña de miedo e intimidación que nace de las usinas de formación de opinión del partido republicano y PACS asociados.
La desinformación incluye reportes de que con los inmigrantes indocumentados se incrementa el número de crímenes violentos. Un mito que ha sido reiteradamente refutado por estudios como uno del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que, en 2020, concluyó que la tasa de crímenes de inmigrantes indocumentados era menor que la de los ciudadanos de Texas.
Otro mito es que los migrantes le quitan puestos de trabajos a los locales. En la encuesta, 28% apoyaron este concepto. En realidad, los indocumentados se ubican en segmentos del mercado laboral que no son atractivos a los ciudadanos estadounidenses.
El descontento es tal que 53% apoyan la construcción del muro en la frontera entre Estados Unidos y México. Una de las propuestas más polarizante de las políticas antimigratorias de la Administración Trump.
El asesinato de Laken Riley es un acto injustificable. No importa si el asesino es latino, blanco, afroamericano. Debe pagar las consecuencias legales correspondientes. Pero enfatizar su etnicidad, su estatus migratorio, es un golpe bajo de intolerantes y la derecha conservadora que buscan estigmatizar a toda una categoría de personas.
Con las elecciones de noviembre como trasfondo, es obvio que políticos oportunistas y aliados del partido republicano están implementando una estrategia electoral que explota los instintos más bajos de un electorado fácilmente influenciable. Una estrategia que, a través del miedo xenofóbico, transforma a los migrantes en chivos expiatorios de todos los males habidos y por haber de este mundo.
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