[slideshow id=42]
La música jóven latina es mucho más que temas sobre el amor y aspectos superficiales de la vida. Paracomprobarlo, no hace falta otra cosa más que asistir al festival anual Vive Latino, que se realiza en el Foro Sol de Ciudad de México.
Este año, en su edición 11ª, realizada los días 23 a 25 de abril, hubo una fuerte presentación —con discurso incluido— contra la nueva ley antiinmigrante aprobada por el gobierno del estado de Arizona. Calle 13 fue el abanderado de esa crítica. Su presentación, además, fue seguida por casi 50,000 delirantes jóvenes admiradores de su música.
Así se vivió el Vive Latino, al cual llegaron artistas de todas las latitudes: México, Colombia, Argentina, España, Estados Unidos, Chile y, por primera vez este año, una banda de Guatemala. En total, casi 80 bandas y solistas.
Entre los más destacados de este año estuvieron, aparte de Calle 13, Ely Guerra, Los Tres, Julieta Venegas, Panteón Rococó, Rodrigo & Gabriela, Aterciopelados, Los Auténticos Decadentes y muchos más.
Entre los artistas estadounidenses destacó Monte Negro, de Los Angeles. Con sus canciones bilingues y ritmo intenso, la banda aporta una nueva dimensión en el rock latino.
Ante una pregunta sobre el racismo anti-latino en Estados Unidos, uno de los integrantes de Monte Negro dijo que ellos, como personas, no son indiferentes a los problemas sociales. “Pero hay que reconocer que las autoridades de México no tratan bien a los centroamericanos que vienen a México, sea para buscar trabajo aquí o para llegar a EE.UU.”
No todos los artistas son de calidad, como es de esperarse. Este es el caso de Veo Muertos, de México. Este grupo, sin embargo, tiene numerosos seguidores. “Criticamos mucho a las malas bandas de rock”, dijo el vocero de Veo Muertos durante la reunión de prensa después de su presentación. Se refería a aquellos músicos complacientes y comercializados. Veo Muertos interpreta un rock híbrido e incluye cantantes femeninas invitadas —con poca ropa— como parte del irreverente espectáculo.
En un tono similar, la banda Le Butcherettes (Las Carniceras), presentó un concierto-espectáculo con temas dirigidos a crear conciencia sobre la violencia contra las mujeres. No se guardaron nada: representación de violencia y semidesnudos femeninos con la intención de valorar el control del cuerpo por parte de las mujeres ante los abusos de los hombres.
Por supuesto, los grandes nombres no defraudaron en el Vive Latino.
Julieta Venegas presentó un show sobrio, simple, pero emotivo y de exquisita calidad, para placer de sus seguidores, que coreaban cada una de sus canciones. Debido a su embarazo —se asegura que su niño nacería en agosto— Julieta dejó temporalmente el acordeón y ahora esgrime, con soltura, la guitarra. Y hasta se tomó el tiempo para dedicar sonrisas y saludos a sus fans, en agradecimiento por tanto cariño.
La presentación del dúo mexicano Rodrigo y Gabriela —quienes residen en Irlanda— fue espectacular. Consagrados en Europa, son poco conocidos en su propia tierra. Su show es una explosión de ritmo a base de guitarras, ejecutadas con increíble maestría y versatilidad. Rodrigo y Gabriela transmiten frescura, sabor y ritmo que pocas veces puede escucharse a base de solo dos guitarras acústicas, sin trucos ni exóticos recursos técnicos.
Los colombianos Aterciopelados también sorprendieron con sus tonos indígenas e híbridos (modernos), interpretados con excepcional entrega y sentimiento. El público, agradecido, aplaudió hasta quemarse las manos.
Otras bandas que destacaron son Tijuana No, Ely Guerra —sensual interpretación de baladas y rock “suave”—, Deftones, Víctimas del Dr Cerebro, y muchos más. El popular rapero mexicano Pato Machete fue una de las figuras principales y su interacción con el público llama la atención.
Las aburridas bandas españolas Mago de Oz y Ska P gustaron a sus seguidores a pesar de su evidente falta de talento. Aunque no debería sorprender, el rock nunca pisó fuerte en España.
Pero esto poco pareció importarle a la audiencia, que fue al Vive Latino, una vez más, en búsqueda de música y diversión.