Ken Paxton anda suelto y persiguiendo a latinos
Pretende intimidar a los activistas hispanos que se dedican a registrar votantes para las cruciales elecciones de noviembre
Desde su primera elección en noviembre de 2014 hasta el día de hoy, Ken Paxton, el fiscal general del estado de Texas, permaneció fiel a la misma estrategia, basada en los principios del Tea Party e ideológicamente en la extrema derecha. En estos años, ha cometido una serie de atropellos contra la población, especialmente los inmigrantes y los latinos.
Soborno, corrupción y xenofobia
En el interín, fue investigado por los federales en un caso criminal que él logró aplazar por nueve años hasta que terminó en una simple multa. Acusado de soborno, abuso de poder y otros delitos, fue enjuiciado y suspendido por la Cámara Baja de Texas – bajo control republicano – en mayo de 2023, y sobreseído por el Senado estatal cuatro meses después.
Este republicano ha dedicado su vida política a emular y apoyar fielmente al maestro de las relaciones públicas Donald Trump y lo ha hecho con éxito, demostrando que en esos círculos el más extremista, gana.
Se ha rodeado de activistas dedicados a invalidar leyes – estatales, condales, municipales, que protejan a la gente LGBTQ. Promueve una prohibición nacional del aborto. Durante la crisis de COVID, demandó a las ciudades que solicitaban el uso de máscaras y la vacunación. Organizó demandas interminables contra DACA y los Dreamers. Demandó a la administración Biden más de 50 veces. Persigue implacablemente a quienes luchan contra la contaminación ambiental.
Pero especialmente, es uno de los principales funcionarios al servicio de Trump en su intento de invalidar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020, lo que incluyó demandar en nombre de Texas a Pennsylvania, Georgia, Michigan y Wisconsin en un intento de prevenir el conteo de los electores.
Una carrera dedicada a destruir la democracia
Paxton ha invertido 22,000 horas de trabajo de sus subordinados para tratar de demostrar irregularidades en la votación de hace cuatro años y obtener limitaciones al derecho al voto, creando la Oficina de Integridad Electoral. La supuesta “investigación” obtuvo solo 16 casos de formularios de registro falsos entre casi 17 millones de votantes registrados.
Paxton ha incrementado sus esfuerzos irrumpiendo en domicilios privados, en áreas latinas y aterrorizando con saña a grupos de activistas hispanos que se dedican en estos días a registrar votantes para las cruciales elecciones nacionales de noviembre..
La acción incluyó registrar las casas de seis funcionarios electos o candidatos demócratas latinos, así como voluntarios, entre ellos una viuda de 87 años de San Antonio que registra votantes en asilos para ancianos.
Agentes armados, con placas de policía y escudos antidisturbios irrumpieron en las casas a gritos y confiscaron teléfonos, documentos y computadoras.
Toda esta avalancha de acciones coercitivas son parte de un operativo de intimidación de los votantes latinos y de las organizaciones comunitarias que les sirven.
Las redadas para sembrar el miedo
Ayer la organización latina nacional LULAC – la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, establecida en Texas en 1929 precisamente para luchar contra la discriminación estatal contra los ciudadanos de ascendencia mexicana, ofreció una conferencia de prensa para denunciar las acciones de Paxton y demandar una investigación del Departamento federal de Justicia que detenga su campaña ilegal. .
Faltando poco más de dos meses para las elecciones es imperativo que el gobierno federal intervenga y ponga fin a estas acciones de piratería electoral. Lo que hace Paxton es una mancha negra en la imagen de Texas y sus autoridades deben detenerlo lo antes posible.