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Carlos Rico: de infante de Marina a gerente de Seguridad de Tránsito de Metro

Desde 2018, Carlos Rico ha sido Gerente Senior de Seguridad de Tránsito de Metro, pero su carrera en el servicio público comenzó con el Cuerpo de Marines de los EE. UU. Ahora, en el Día de los Veteranos, un momento para honrar y agradecer a los veteranos por su servicio, compartimos la historia de Carlos. Es uno de los 541 veteranos militares que actualmente trabajan en Metro.

Carlos Rico es directivo de seguridad y servicio policial de Metro. / Fotos: Aurelia Ventura.

 

Carlos Rico tenía 11 años cuando una noche, mientras su familia dormía, les robaron el auto. Horas más tarde llegó la policía para informarles que el coche había sido recuperado. La ayuda provista por los agentes dejó huella y fue la primera vez que consideró convertirse en policía. No sabía que esto lo encaminaría hacia una carrera en el servicio público.

Ya en la secundaria, Carlos se animó a dar un examen en las fuerzas armadas para saber a qué podía calificar. Su alto puntaje le abrió opciones, pero a Carlos le pareció extraño escuchar solo historias de una vida militar con viajes y oportunidades.

Todo cambió cuando se encontró con un sargento del Marine Corps., que le dijo: “Aquí se te va a retar todo tu poderío físico y mental. El entrenamiento es difícil y pesado. Eso sí, cada que veas a un Marine, ese va a ser tu hermano de por vida”. Eso lo convenció.

En su último año escolar, en 2002, cuando Carlos ya formaba parte del concejo escolar, había visitado el Capitolio, conocido a un senador, participado en asuntos con la alcaldía y ya tenía su ingreso para estudiar ciencias políticas, les dijo a sus padres: “Me voy a enlistar a los Marine Corps”. La noticia no le cayó nada bien a sus padres, quienes ya lo veían con un futuro político en Los Ángeles.

Además, Carlos es hijo único y acababa de pasar el atentado del 11 de septiembre.

“Eventualmente iba a ir a la Universidad, pero antes quería hacer algo diferente, recuerda Carlos. “Se lo expliqué a mi mamá, pero ella no escuchó nada”. Su padre, quien en su juventud también había hecho servicio militar en Colombia, tampoco se mostró receptivo.

No obstante, su madre empezó a investigar más y finalmente le dijo: “Usted salió como yo, cuando se le mete algo en la cabeza, va a seguir adelante… Lo encomiendo a Dios y haga lo mejor que pueda”. No pasó mucho tiempo para que su padre fuera el más orgulloso de tener un ‘Marine’ en la familia.

Sus primeros días en Camp Pendleton en San Diego, le cayeron como un baldazo de agua fría. “El entrenamiento era intenso y todo se hacía corriendo”, dice Carlos. “Tu tiempo libre era para alistar el uniforme, lustrar tus botas y bañarte. Es difícil aceptar que estas en un ambiente totalmente controlado y lejos de casa”.

Carlos realizó su entrenamiento en Camp Pendleton.

Pasó las pruebas físicas, la de tiro, la de conocimiento de leyes de las fuerzas armadas, pero faltaba una: la natación. “Te toca entrar al agua a hacer maniobras con todo tu equipo pesado… Fue difícil, pero lo logré”.

Lo mejor de su experiencia fueron las amistades que hizo y que perduran hasta hoy. “Conoces a personas de todos los rincones del país, convives en un ambiente diverso, pero a pesar de todas las diferencias te conviertes en una hermandad”, dice Carlos. “No hay individualidad; tienes que ser un equipo, sino vas a fallar”.

Carlos se especializó en artillería y a los pocos meses fue desplegado. “Una de las cosas más difíciles es despedirte sin saber cuándo volverás a ver a tu familia”. Estuvo en Kuwait y, al llegar a Irak, se incorporó a la unidad de artillería donde apoyaba las operaciones de infantería.

En 2004 sirvió en Emiratos Árabes Unidos y luego en 2005 en Qatar, donde se unió a un batallón de policía militar para realizar trabajos de seguridad en la “Zona Verde”, que albergaba misiones diplomáticas y de la ONU de varios países. “Patrullábamos y hacíamos retenes para revisar los carros y evitar el ingreso de armas o bombas”. También apoyó a los equipos que brindan seguridad a las embajadas estadounidenses, que normalmente están custodiadas por los infantes de Marina.

Si bien su servicio activo terminó en 2006, Carlos permaneció en la reserva por dos años más. Hoy está convencido de que su experiencia en la Marina le inculcó habilidades profesionales esenciales que todavía le sirven hoy: liderazgo, disciplina y la capacidad de trabajar bajo presión como parte de un equipo.

Su trabajo consiste también en trabajar de cerca con los oficiales de seguridad de tránsito de Metro (TSOs)

Después de regresar a la vida civil, se graduó en ciencias políticas, trabajó con el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles y obtuvo una maestría en administración pública. Cuando vio una vacante en Metro no tuvo dudas. “Quería trabajar en un área donde pudiera marcar la diferencia y crear mejoras”, dice Carlos. “Y en Los Ángeles, el transporte afecta a todos”.

Y él ya tenía conocimiento del transporte público desde sus 5 años, cuando acompañaba a sus abuelos en sus viajes en el autobús. “Siempre era una aventura”, dice. “Incluso fui con mis abuelitos cuando inauguraron la Línea Roja (hoy Línea B) hasta North Hollywood”.

Hoy como directivo de seguridad y servicio policial, Carlos lidera equipos que responden a llamadas de emergencia de pasajeros y empleados, supervisa los equipos de seguridad de los autobuses y asiste a eventos comunitarios para educar al público sobre los esfuerzos de seguridad de Metro.

Ser veterano en Metro, le trajo una experiencia especial este año cuando el Secretario de Transporte, Pete Buttigieg, estuvo en Los Ángeles y visitó un división de autobuses de Metro. “Me tocó trabajar de cerca del agente encargado de su seguridad, quien también era un Marine”, recuerda Carlos. “El agente le dijo que yo era veterano y es cuando el Secretario me entrega un challenge coin”. Una moneda que lleva el nombre del secretario Buttigieg con la inscripción: “Con agradecimiento por tu servicio a la nación”.

Así se ve la ‘challenge coin’ que recibió de manos del Secretario de Transporte, Pete Buttigieg

 

A pesar del trabajo, el nacido en Los Ángeles y de padres colombianos, encuentra tiempo para viajar, comerse una buena bandeja paisa, ver a los Dodgers y asistir a los juegos de béisbol de sus dos hijos los fines de semana familiares.

Para Carlos, cada 11 de noviembre es un día especial. “No solo porque recuerdo una parte importante de mi vida sino por honrar a mis compañeros y a toda persona que prestó servicio militar y a los que hicieron los mayores sacrificios”.

Metro es un excelente lugar para trabajar y estamos comprometidos a contratar veteranos. Para obtener más información, consulta nuestra página de trabajos y haz clic en ‘view open positions’: www.metro.net/about/careers/

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