Sueños en pausa

Víctor M. es licenciado en Comercio Internacional y lo apasionan los asuntos aduanales.  Nunca trabajó en lo suyo, porque “no le daba”. Nació, creció, se casó y estudió en México, pero la falta de oportunidades laborales bien remuneradas lo llevó al Norte, a Tucson, Arizona, en donde en una hora gana lo que en un día en Sonora.

El hombre de 48 años tiene una familia grande: dos hijas en la universidad, otra más pequeña a punto de graduarse de la preparatoria y su esposa es ama de casa. Con lo que gana en construcción le da para solventar los gastos y hasta para darse unos lujos de vez en cuando… pero no le llena el vacío de ese título universitario que se empolva en la sala de la casa de sus padres.

Tiene más de 18 años sin cruzar la frontera. Sus padres, ya mayores, lo visitan cuando pueden. Él prefiere no arriesgarse hasta que pueda “arreglar” papeles gracias a que su hija mayor ya cumplió 21. Mientras se cumple esa espera de 24 meses, según indica el sistema, vive en unas sombras que ahora son amenazadas por los reflectores de la administración Trump.

Cuando estudiaba en el Tec de Nogales, Víctor se imaginaba con sus camisas de cuadros y pantalones caqui recorriendo agencias fiscales y fronteras. Creía que gastaría sus mañanas en una oficina y no en una obra negra. Sus días no podrían ser más distintos. Madruga más que cualquiera, se entalla unos pantalones de mezclilla y una camiseta fosforescente desgastada por el tiempo y las lavadas, y unas botas con puntas reforzadas con metal, y echa a su camioneta un lonche acompañado de un termo gigante de café. No hay nada de glamuroso en ir a una zona de construcción, porque todos sus proyectos parecen iguales.

No es el único que puso su sueño profesional en pausa, ese es un común denominador de los migrantes.

Miles son los que en sus países de origen sacrificaron todo para conseguir una carrera universitaria que, según ellos, les traería un futuro mejor.  Pero al migrar cambiaron esos sueños por realidades a medias, de profesiones improvisadas por descubrir: abogados que ahora son meseros o doctores que han terminado de choferes. Lo hacen para adaptarse, para sobrevivir, para ganarse un sitio en una sociedad que no los termina de ver a los ojos y mucho menos los entiende, en donde migrar te puede despojar de casi todo, hasta de lo que soñaste ser de grande.

Pero nadie les quita lo que aprendieron, aunque no lo puedan ejercer con libertad.  Hay espacios en los que pueden al menos recordar lo que sintieron cuando se graduaron y esos anhelos universitarios que tuvieron una vida corta, pero sin suficientes para mantener viva la llama de sueños ajenos.

Hoy Víctor opina de aranceles como si nunca los hubiera puesto en pausa, como si aún le hiciera inventario a la frontera; lo hace más desde la nostalgia que desde la experiencia, pero aviva así la llama de saber lo que pudo haber sido y aceptar con orgullo lo que eligió ser. No se arrepiente. Lo volvería a hacer: empezó desde abajo y ahora es empresario. Descubrió un oficio por necesidad y lo convirtió en su forma de vida y eso para él también es haber alcanzado el éxito.  Solo espera que ese sacrificio haya sido suficiente y que sus hijas no tengan que revivirlo solo para pertenecer a una patria que ya es suya y que ahora Víctor siente que no las merece.

Autor

  • mujeres latinas empoderadas

    Maritza L. Félix es una periodista, productora y escritora independiente galardonada con múltiples premios por sus trabajos de investigación periodística. Es la fundadora de Conecta Arizona, la productora del podcast Cruzando Líneas y la coproductora y copresentadora de Comadres al Aire. Es becaria Senior programa JSK Community Impact de Stanford, The Carter Center, EWA, Fi2W, Listening Post Collective, Poynter y el programa de liderazgo e innovación en periodismo de CUNY, entre otros.

    Ver todas las entradas

Mostrar más

2 comentarios

  1. Estimado Gabriel: Espero estés bien. Te estoy enviando el press release para un evento de conmemoración del Día internacional de la mujer. Pido nos ayudes con su publicación.
    En sororidad
    Dora Magaña

    Get Outlook for iOShttps://aka.ms/o0ukef

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba