Trump: Un huracán de categoría 5
El teléfono no ha dejado de sonar: “la migra está en la 67 avenida y McDowell”; “corran la voz de que están haciendo una redada en los apartamentos de la 75” o “hay un operativo en el súper, no se acerquen”. Cada media hora nos llega un reporte con una dirección distinta, sin videos, con fotos manipuladas y viejas o mensajes de audio que quién sabe cuándo se grabaron o quién les dio voz. Las ganas de saber, de salvarse o de no terminar del otro lado ha generado una especie de paranoia comunitaria en Arizona, una reacción que, como migrantes, podemos entender.
Donald Trump tiene apenas poco más de una semana como presidente y ha sacudido al país con sus constantes órdenes ejecutivas y memorandos. Utiliza todo el poder para dejar en claro que en Estados Unidos hay líder nuevo, uno más polémico y despiadado que el de 2017. Lo he dicho antes, el magnate es un fenómeno, algo más parecido a un huracán… pero desde que tocó tierra en la Casa Blanca ha causado estragos de categoría cinco. Su presidencia es para gran parte de la comunidad migrante devastadora y sus vidas se han convertido como en una zona de damnificados.
Desde el primer día se sentó en un escritorio repleto de documentos por firmar. Uno por uno fue ratificando sus prioridades de campaña: el atestarle un golpe mortal a la migración irregular en la Unión Americana y dejar en claro quién es el “mandamás” de Norteamérica. Anunció redadas y poca tolerancia; le advirtió al mundo que iría por ellos, y en Chicago y Nueva York ya se han confirmado redadas.
No es solo él. La portavoz de la Casa Blanca dijo en una rueda de prensa que todos los migrantes que han sido arrestados son criminales por su irregularidad migratoria y que, aunque esa no era la premisa en las administraciones anteriores, bajo el liderazgo de Trump se le considerará criminal a cualquier indocumentado. Gran parte de este nuevo gobierno coincide y aplaude.
El ahora presidente también despidió a los empleados del Departamento de Justicia que lo investigaron; invitó a miles de trabajadores del gobierno federal a que renuncien antes del 6 de febrero a cambio de un finiquito de varios meses de trabajo y la pena de que sean despedidos por la actual administración.
Además, la administración Trump le puso pausa a las subvenciones y a los préstamos federales, pero una jueza logró frenar esta orden hasta el próximo 3 de febrero. Trump también va en contra de los programas de diversidad y género, suspendió el financiamiento de tratamientos contra el VIH en países de desarrollo, la asistencia humanitaria en temas de equidad e inclusión, y restringió la atención médica de afirmación de género para menores de 19 años.
El republicano amenazado también con la imposición de aranceles a sus principales socios comerciales y sacó de tratados internacionales a Estados Unidos para amedrentar a sus enemigos políticos.
¿Así es como se engrandece a América? Esto apenas empieza.