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Al volver a México perdí el miedo

Volver a México Volví a méxico y perdí el miedo

Mi hermana Esther  me acompaña a las oficinas del DAMYF.  En recepción me atiende una señorita muy amable. Le cuento que regresé de Estados Unidos recientemente, hace menos de dos meses, después sabré que ella es una estudiante que esta haciendo su servicio social para poder graduarse.

Miedo, inseguridad

Como todas las chicas y chicos que atienden aquí,  todos son extremadamente amables, pareciera que adivinaran que siento, como la inseguridad invade mi corazón, como el miedo al rechazo esta presente en todos mis días desde mi regreso.

Miedo porque no me siento hábil ni actualizada en esta nueva dinámica,  porque hace nueve años me fui, y porque desde entonces desarrollé, para sobrevivir , talentos diferentes, me adapté a mi realidad en Estados Unidos: ser una extranjera, una indocumentada, una persona con un idioma diferente. Debí allí olvidar quien era o de donde venía. Aceptar labores distintas a las que hice en mi país sin que ello me hundiera en la depresión. Ponderar siempre la supervivencia antes que la felicidad.

Miedo de ser acusada de traicionar a mi país por mis connacionales por haberlos abandonado, a los mexicanos que se quedaron. Miedo a saberme perdedora, alguien que regresa vencido,  que recibe apoyo porque no puede valerse por si mismo.

Traicionar al país

Tenía una vaga idea de lo que encontraría en la oficina.  Pero la realidad superó ampliamente mi expectativa. La oficina estaba atestada de migrantes que como yo  regresaron en el último año. La mayoría de ellos no volvieron por su propia voluntad. Fueron deportados.

Algunos me cuentan que pasaron días y hasta años en la cárcel antes de volver a México. Cayeron en redadas, o en puestos de revisión de licencias, o les recogieron sus coches por alguna luz que no servia, o fueron detenidos para verificar el record criminal de un vecino y al no encontrárseles nada en las bases de datos de la policía fueron visitados por agentes de Inmigración. Los trasladaron directamente a la frontera al saber que eran indocumentados.

Unos como yo vienen de California, otros de Ohio, Michigan, Arizona, todos con una historia singular que contar.

Me dicen que dejaron a sus hijos allá, una historia repetida pero no por eso menos dramática, única. Se enorgullecen de que sus hijos son ciudadanos estadonidenses. Pero como ellos no han podido arreglar su situación migratoria, sus familias quedaron rotas, alejadas, divididas desde su deportación.

A muchos los recibieron sus padres ancianos que radican aún en la Ciudad de México. Sobrevivir es más difícil sin el apoyo de los tuyos.

Volver a México

Por eso es tan importante lo que encontré  en esta oficina.

Una vez que me explicaron todos los servicios que pueden proporcionarnos, supe que esta información la necesitan los inmigrantes en ciernes, los del futuro, los que aún están en Estados Unidos, esos chilangos que como yo ignoran que el regreso puede ser algo positivo y que el desamparo para los migrantes en retorno es cosa del pasado. Ahora hay opciones para nosotros, y no estamos solos.

Me dieron una solicitud para llenar, y luego una lista de documentos que podría exhibir para probar mi situación de migrante en retorno. Además, información sobre el Apoyo a Migrantes Desempleados que ofrece la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo. Me dijeron donde acudir y que documentos llevar. Aquí hay más detalles.

Aprendí a hacer el trámite para obtener el Seguro Popular, un seguro medico que estará vigente desde mi fecha de afiliación y por tres años. Me asignaron una clínica para mi atención medica.

Me informaron sobre el programa Proyectos Productivos, a través del cual podría emplear habilidades que adquirí en el extranjero para beneficio de la economía local que se sostiene con fondos federales.

Me dieron una beca por tres meses para estudiar en un Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI). Ahora estoy tomando un curso de seis meses de Dibujo Publicitario.

Finalmente, me enrolaron en un programa de la Fundación Pro Empleo, una organización sin fines de lucro que promueve el desarrollo de microempresarios para que se desarrollen y luego generen empleos para otros.

Oficinas de ayuda

Con tantos puntos de apoyo creo que estoy recuperando el rumbo de mi regreso; me están diciendo que ser migrante no es un delito sino ventaja. Entonces: no es que quiera hacer propaganda ni vender una idea ni alabar gratuitamente a instituciones, sino avisar a mi gente allí que piensa volver a México que sí, se puede.

Casas de la Ciudad de México en:

Nota del editor: este texto fue publicado inicialmente en 2010 y conserva toda su importancia. 

Autor

  • Saraí Ferrer Cervantes

    “Librera”, estudiante, Mexicana orgullosa de sus raíces indígenas en la indómita San Salvador Atenco, de padre "bracero" Firme creyente en la pluralidad, el consenso y la tolerancia, idealista por naturaleza, transplantada a los Estados Unidos con todo y raíces desde la ciudad de México. Tomó la encomienda de usar habilidades aprendidas allí para servir a la comunidad hispana en el Inland Empire como activista de inmigrantes. Desde 2000 relacionó grupos como Estamos Unidos y Hermandad Mexicana con la gente inmigrante en busca de una voz y con los medios de comunicacion en beneficio de las causas de Licencias para todos (2001), Paro Económico Latino (2002), Lucha contra las redadas (2004) y finalmente las históricas Marchas de Los Angeles (2006).

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