A estas alturas de la contienda electoral por la presidencia, faltando menos de 50 días, estamos entrando en el tramo final, donde aumenta la importancia del voto latino. Los candidatos inician un frenesí de viajes y actividades.
Los campos de batalla
Se concentran en los estados llamados “campo de batalla”: Florida, Georgia, Arizona, Ohio, Iowa, Minnesota, Michigan y otros. En cada uno, pocos votos pueden decidir al ganador del estado. En todos juntos, la identidad del vencedor.
Así fue en 2000. George W. Bush ganó Florida y la presidencia por 300 votos y por el apoyo terminal de la Suprema Corte de aquel entonces.
Tanto Donald Trump como Joe Biden se concentran en esos estados, y allí, en las comunidades decisivas, aquellas que, ellos consideran, aún no tienen cementados sus votos y podrían cambiar sus pareceres.
Así llegamos a que de pronto, el voto latino puede ser crucial.
Decisivo el voto latino
Quizás por primera vez se genera una situación en la cual el voto latino, en ciertas circunstancias, podría decidir la presidencia en una contienda apretada.
Claro, todo depende de si saldremos a votar.
Normalmente, los latinos votamos en menor porcentaje que otras comunidades, a pesar de los esfuerzos de organizaciones y medios como este periódico para incrementar la votación.
Debido al ataque de la administración Trump contra los latinos en general y los inmigrantes en particular, incluyendo la separación de niños en la frontera, se calcula que la oposición al presidente crecerá: una situación que favorece a Biden.
Pero esto no es más que conjeturas y encuestas, todas las cuales solo constituyen un cuadro del momento en que se producen.
Sonrisas, esfuerzos y promesas
La verdadera encuesta, por así llamarlo, es la del día de las elecciones.
A todo esto, Biden se encontraba ayer en Florida. Y la senadora Kamala Harris, candidata demócrata a vicepresidenta, visitó Miami en la semana, con su consabida visita a un restaurante venezolano, donde ordenó arepas.
En Arizona, Trump se encontró con simpatizantes de la Cámara de Comercio Hispana y propietarios de negocios latinos. Sus representantes repitieron allí la despectiva frase: “los latinos son conservadores, solo que no lo saben”.
Los candidatos pusieron sus mejores sonrisas, esfuerzos y promesas.
Aquí terminan las similitudes entre ellos.
Porque se dedican a la conquista del voto latino por polos opuestos.
Mientras que Trump recurre al miedo, Biden apela al mensaje de esperanza de días mejores. Trump nos golpea por un lado como lo hace con el TPS, al preparar la deportación de más de 200,000 personas. Con insistencia en cancelar DACA y deportar a otros 800,000. Por el otro intenta engañar a los latinos aferrados a principios religiosos, como si él los tuviese. En Florida busca vender la falsa imagen «socialista» y “comunista” de los demócratas.
Biden podría perder el voto latino
Biden prometió en el inicio del Mes de la Herencia Hispana «trabajaré como el diablo para ganarme los votos hispanos», lo que despierta la curiosidad a quién se refiere como diablo…
Y según el Washington Post, activistas latinos advirtieron a Biden que podría perder el voto latino si no le dedicaba más esfuerzos (y dinero electoral)
Con excepción de California y Nueva York, donde la ventaja demócrata es aplastante, Trump hace intentos proselitistas en otros estados con amplia población hispana, como Arizona, en donde, siguiendo al WP, el partido espera ganar por primera vez en 24 años, así como Nevada, Carolina del Norte, Pennsylvania y Georgia.
«Lo que me preocupa es qué tarde en el proceso están (los demócratas) tratando de poner las partes en su lugar (en esos estados)», dijo José Parra, exasesor senior de Harry Reid, quien fue líder de la mayoría demócrata hace años.
Y según Julián Castro, exministro en el gabinete de Obama y excandidato presidencial, «aunque la campaña comprende que (el voto latino) es una prioridad, tiene que mostrar más apoyo ahora».
Cómo puede mejorar
Por ejemplo, Biden no ha dado todavía un discurso programático sobre la cuestión latina. Aunque lo conocemos como proreforma migratoria y regularización en la situación de los indocumentados, debe expresarlo claramente.
Todo lo cual es y será aprovechado por Trump con ferocidad, falsedades y amenazas.
No debemos dejarnos intimidar. La mejor reacción a las amenazas y falsas promesas de Trump es difundir la verdad y votar para impedir que sobrevenga una segunda presidencia Trump mucho peor que la primera. Quien es ciudadano debe asegurarse que esté registrado y enviar su voto por correo a la primera oportunidad, o bien participar personalmente el 3 de noviembre.
Quien no lo es debe ayudar en coordinación y convencimiento. Cada voto es decisivo.