Ángel Juárez es mi hermano, amigo y compañero de caminos de las artes y justicias. Es español y preside la Mare Terra Fundació Mediterrània, que también patrocina la Red Internacional de Escritores por la Tierra, y que entre otras acciones, en 2010 promovió un encuentro en Santa Tecla, con un inolvidable homenaje a Roque Dalton.
Ángel está adolorido y también rabioso: su madre falleció de coronavirus, pero no pudo despedirse de ella, como tampoco lo hizo el resto de su familia; excepto uno de sus hermanos.
¿Qué podemos decir? Con un nudo en el alma le envié mis condolencias, un fuerte abrazo…
Video de Ángel Juárez
Una persona con la sensibilidad de mi amigo, que además es amigo de medio mundo, publicó dos días después de la muerte de su madre en soledad, el video en el que denuncia los protocolos insensibles que se están usando para los ancianos (en las residencias u hogares especiales para ellos), así como los que se tienen a la hora de fallecer una persona.
Es real que esta pandemia ha puesto al mundo patas arriba, pero también esto es un llamado a no perder la sensibilidad. La Humanidad no puede dejar de ser humana (y valga mil o un millón de veces la redundancia). La Humanidad inhumana es -parafraseando al colega de CNN, José Levy- el horror extremo (Levy se refería al Holocausto).
Comparto mi pesar y mi dolor en estas horas tristes con los padres salvadoreños que recién supieron, en el centro de contención donde permanecen, de la muerte de su hijito de cuatro años de edad; así como con las miles, decenas de miles de familias en el mundo que han tenido pérdidas y de quienes no se han podido despedir ni darles sepultura. Es desgarrador. Paradójicamente pero… dichosos aquellos que han tenido la oportunidad de despedirse de sus seres queridos a través de una tablet o de un celular o móvil. Debe de ser tan terrible esa hora, que no la imaginamos.
He sabido de inmigrantes, muchos de ellos hispanos, entre los que de seguro hay un montón de salvadoreños, que han sido sepultados como XXX, en fosas comunes en EE.UU; en cajas y bolsas plásticas sin sus nombres, puesto que no hubo nadie que los reclamara y/o notificara sus identidades.
¡No! ¡Todo podemos hacer para salvar a la Humanidad! ¡Todo, menos deshumanizarnos! ¿Qué razón tendríamos?
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