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ATENTADO EN ARIZONA: Arizona, acción y reacción

Atentado en arizona: las barreras de la libertad o las contradicciones de un sistema

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“Si el No no existiera, el Si no tendría lugar”, decía el maestro Atahualpa Yupanqui, y esa gran verdad resume miles de años de historia de la humanidad… todas las muertes, todas las guerras, todas las miserias comenzaron, comienzan y comenzaran con un Si y un No… Si se puede o No se puede, Si se debe o No se debe, Si es mío o No es mío, Si me gusta o No me gusta, Si te mato o No te mato…

La Noticia y la Verdad

La noticia ya la hemos visto y leído en infinidad de medios, tanto escritos como en TV o radio. La representante demócrata Gabrielle Giffords fue herida a tiros en la cabeza este sábado cuando se reunía con votantes en su distrito de Tucson, Arizona.

La verdadera noticia es que nunca conoceremos la verdad, ya que al igual que ocurrió en los múltiples asesinatos políticos acaecidos en los Estados Unidos, en los últimos cien años, la verdad quedara sepultada bajo infinidad de fabulaciones y declaraciones confusas. Hollywood inventara su propia verdad, para argumentar la próxima película sobre el tema y esa será la verdad que todo el mundo recordará.

Muchos demócratas creen haber visto a Sarah Palin y al Senador McCain, en persona, jalando el gatillo, y algunos republicanos dirán que fue un auto ataque o un intento de suicidio. Muchos demócratas aseguran que el detonante principal fue el tema de inmigración y los republicanos acusan del magnicidio al narcotráfico mexicano y a la mafia cubana, dos grupos que no simpatizaban con la senadora atacada. Todos tendrán algo de razón.

En pocas horas, el espectro del periodismo internacional fue girando en un círculo de ideas, buscando varias explicaciones, primero, como era obvio, culpabilizando la retórica partidaria de Sarah Palin. Más tarde, a la legislación que permite acceder a armas de fuego, luego al sistema educativo que dejo desprotegido al ahora asesino, más tarde a la policía que no supo proteger a una funcionaria pública, incluso a los granjeros fronterizos por incitar a la discriminación, a los inmigrantes por cruzar indebidamente, a la gobernadora de Arizona por la famosa ley anti-inmigrante, y así podemos seguir interminablemente.

Y todos tienen algo de razón.

Ahora, luego del estupor, mientras los republicanos sepultan bajo los hielos de Alaska a Sarah Palin, los demócratas ven la posibilidad de usar esta catástrofe con fines políticos, explotando la conmoción social, utilizándola de trampolín para relanzar el alicaído liderazgo popular de Barack Obama, tratando de emular a Bill Clinton después del ataque terrorista de Oklahoma, aquella matanza, fruto del nacionalismo, ocurrida en 1995, que costó la vida de más de 160 personas.

Derechas e izquierdas o nacionalismos

Cada vez que Carl Marx escucha decir que Barak Obama es de izquierdas o, cada vez que Adam Smith escucha decir que Sarah Palin es de derechas, se revuelcan en sus tumbas.

Es absurdo pensar que Barak Obama es de izquierdas, porque “nacionalizó” algunos bancos o compró acciones de la General Motors, como dicen algunos republicanos. De la misma manera es absurdo pensar que Sarah Palin fue la autora intelectual del ataque a la congresista Gabrielle Giffords, como afirman algunos demócratas.

Estados Unidos de América es un país nacionalista y siempre lo fue. No hay izquierda, ni centro, ni derecha. Hay nacionalismo demócrata y ultra nacionalismo republicano y punto. En este escenario de nacionalismos racistas, con un presidente afroamericano, es casi lógico que desde el año 2009, el Departamento de Seguridad Interna (DHS) advirtiese que el extremismo nacionalista está en ascenso, con potencial de violencia. La pregunta es: ¿qué hizo el DHS aparte de anunciarlo?

Si bien es cierto que el atacante de Arizona no tiene muchas neuronas sanas en su cerebro, esto no significa que su acto deba ser considerado un acontecimiento aislado, que no tiene nada que ver con el clima nacionalista de Estados Unidos y el mundo.

Nacionalismo o globalización

El rechazo al extranjero, a ese que no posee el mismo color de piel, lenguaje y costumbres, pareciera resurgir en las sociedades teóricamente más “avanzadas”. Junto a este proceso de globalización económica aparece una globalización cultural, que apoyada en las nuevas tecnologías de la comunicación está unificando la cultura mundial. Frente a ella aparecen las tendencias que apelan a una cultura nacional que salvaguarde los valores tradicionales de la nación, creando un resurgimiento del nacionalismo tradicional, que teme a los movimientos de inmigración que suponen daña su identidad nacional.

El primer rasgo de este nacionalismo es el idioma como símbolo cultural y nexo de unión de la comunidad, que posibilita la exclusión del “otro” que no habla el idioma. Otro punto es el desarrollo económico, y mucho más cuando se desarrollan teorías que tildan a los “otros” como vagos y holgazanes en beneficio de la comunidad desarrollada. El color de piel y los valores tradicionales completan la fotografía de la cultura nacionalista.

Estados Unidos no está solo en esta ola creciente de nacionalismo, que se ha transformado en una constante en el mundo globalizado del último tiempo. Hace algunos días el presidente francés Nicolás Sarkozy señaló que hay que ser “digno” para tener la nacionalidad francesa y amenazó con quitarla a cualquier ciudadano de origen extranjero. Grecia ha comenzado a construir un muro para frenar el ingreso de inmigrantes ilegales a su país, mientras que la primer ministro alemana Angela Merkel anunció el «fracaso de la sociedad multicultural», profundizando una Alemania monocultural, o sea Alemania para alemanes.

La sociedad europea está presenciando en los últimos años el crecimiento de los partidos ultranacionalistas con mensajes xenófobos, ya que el miedo a la inmigración está cada vez más patente. En Holanda, Francia, Dinamarca, Austria, Eslovaquia, Letonia, Bulgaria, Suecia, Alemania y Bélgica los representantes políticos del ultranacionalismo van cobrando importancia en la vida parlamentaria. En Italia, uno de los seis países fundadores de la Unión Europea, la Liga Norte, un partido antiinmigrante, participa en el gobierno y es el principal aliado de Silvio Berlusconi.

En las elecciones europeas de junio de 2009 el ultranacionalismo ha logrado un porcentaje de votos de dos dígitos en siete estados miembros – Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Hungría, Austria, Bulgaria e Italia –  y un rendimiento de entre 5% y 10% en otros seis: Finlandia, Rumania, Grecia, Francia, Reino Unido y Eslovaquia.

Arizona, el principio o el fin

Lo que ocurrió en Tucson, Arizona, puede ser el principio de una ola nacionalista xenofóba en Estados Unidos, que termine en masacres aun mayores. O puede ser el fin de las agresiones entre demócratas y republicanos, que genere la búsqueda de una mesa de diálogo que logre eliminar la agresión verbal y que coloque la necesidad de los ciudadanos por sobre el interés de los políticos.

Hasta la próxima.

Autor

  • Cesar Leo Marcus, nació en Buenos Aires, Argentina. Doctor (PhD) en Logistica Internacional y Comercio Exterior, y Máster (MBA) en Sociología Económica, fue profesor de ambas cátedras en las Universidades de Madrid (España) y Cordoba (Argentina). Periodista, publica en periódicos de California, Miami y New York. Escritor, publico 12 libros, y editor literario, director de Windmills Editions. Actualmente reside en California.

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