Con la pandemia llegó la desaceleración económica, el cierre de negocios y una tasa de desempleo que en California fue del 8.2% en noviembre. Sin poder pagar sus rentas, muchos confrontan la posibilidad de ser desalojados. En el Valle Central, en donde muchas familias viven en la pobreza y pagan más de la mitad de sus ingresos en renta, la situación es crítica.
Una persona que experimentó esta situación es Claude Bailey quien, después de vivir dos décadas en el mismo apartamento, terminó siendo desalojado y sobreviviendo en un carro durante 10 meses.
Fueron meses de inseguridad e incertidumbre en el que recuerda personal de seguridad apuntándole una linterna en la cara en medio de la noche y una ocasión en la que despertó cuando desconocidos trataban de forzar la puerta de su carro. Meses, en los que no podía utilizar el baño de un negocio a menos que comprara algo. Y, para colmo, con el constante acoso de la policía que no lo dejaba estacionar por mucho tiempo en el mismo lugar. Una experiencia traumática que lo emociona cuando la narra.
“Me seguía moviendo y seguía moviendo hasta que finalmente dije: ´Dios, necesito que me ayudes, no puedo hacer esto solo´”, recordó Bailey en una conferencia de prensa organizada por Ethnic Media Services para resaltar el problema habitacional que confrontan miles en el Valle Central.
Los desalojos y la desesperante situación que experimentan muchos como Bailey, contradicen las estadísticas que ubican al Valle Central como una de las regiones más prósperas de California y, evidentemente, generan preguntas.
“El Valle Central ha experimentado un crecimiento sostenido junto con un alto desempleo, bajos salarios y bajas tasas de quienes son dueños de su vivienda”, dijo el profesor Edward Flores, del Centro de Comunidad y Trabajo, de la Universidad de California en Merced. “Esto es importante porque durante mucho tiempo tuvimos esta narrativa de que necesitamos tener un crecimiento económico en el Valle, que simplemente no hay suficiente crecimiento, que necesitamos atraer negocios… y, realmente, la verdad es que siempre ha habido un alto nivel de actividad económica junto con el desempleo y los bajos salarios y las bajas tasas de dueños de casas.”
El Valle Central se ubica en segundo lugar en crecimiento económico entre las 12 regiones económicas en las que está dividida California. Pero muchos trabajadores están en el sector agrícola y en fábricas de procesamiento de alimentos. Sectores estos en los que los salarios son muy bajos. Tan bajos que 65.2% tienen ingresos por debajo de lo que se define como un salario digno que, en última instancia, es el que se necesita para sobrevivir.
Se sobreentiende que con esos salarios mínimos, que a veces ni alcanzan para alimentar a la familia, no existe la más remota posibilidad de calificar para un préstamo bancario para comprar una casa. Para algunos, también significa que no les alcanza ni para la renta.
Son innumerables las historias de residentes del Valle Central que, como Bailey, confrontan dificultades y terminan siendo desalojados. Ese fue el caso de Jessica Ramírez, de 25 años y madre de seis, que terminó en la calle con sus niños y con un récord por desalojo que le hace casi imposible que pueda rentar.
Janine Nkosi, consejera regional de Faith in the Valley, describió la alarmante situación de la crisis habitacional que se experimenta en el Valle Central en tiempos del COVID-19.
De acuerdo a cifras del Departamento de Empleos de California (EDD), en setiembre, alrededor de 650,000 residentes del Valle de San Joaquín habían solicitado seguro de desempleo. Y un análisis de la Universidad Estatal de Fresno sugiere que el número de quienes rentan en la región y que están en una situación de vulnerabilidad tal que podrían terminar siendo desalojados, es más que preocupante. En el condado de Kern: 20,052 personas, Fresno: 28,203, Merced: 13,860, Stanislau: 15,050 y San Joaquin: 22,750.
Además, durante tres meses, en 2019, personal de Faith in the Valley documentó los juicios de desalojos de la región. Allí se puso en evidencia la desprotección legal de quienes rentan. En Fresno, por ejemplo, 73% de los dueños de propiedades que habían iniciado juicios de desalojos tenían representación legal, comparado con menos de uno por ciento de los desalojados.
El 31 de enero expira el moratorium de desalojos en California y se estima que las cortes se inundarán de juicios.
“Si no tenemos protecciones claras, ordenanzas y moratorias para mantener a nuestras familias en sus casas, si no tenemos suficiente asistencia para las rentas e hipotecas y servicios públicos… entonces estimamos que 100,000 hogares en el Valle Central están vulnerables a ser desalojados”, alerta Nkosi e insiste en la inmediata necesidad de contactar a legisladores para que se aprueben las protecciones necesarias para evitar los desalojos masivos que se avecinan.