Las mujeres «pecadoras» somos muchas, pues aprendemos desde muy temprano en la vida a callar ciertas cosas, y escondemos los trapos sucios, como gatas que tapan la “mierda» con mucha clase. Pero, ¿Cuáles son esos secretos? ¿Qué es lo que ocultan las mujeres; latinas, indígenas, musulmanas, blancas, asiáticas, cristianas, ateas, ricas, pobres, gordas ó flacas?
Para responder esa pregunta, me desnudaré en este instante contigo, tú que estás listo para juzgarme. La información mas «valiosa», sin duda es: ¿con cuántos hombres nos hemos acostado, ó a que edad tuvimos sexo por primera vez?
Gracias por el tiempo
Si eres hombre, y estas leyendo este blog, ahora mismo estarás nervioso y sentirás mucha pena por mí, pero yo sólo te agradezco por tu tiempo, y te invito a abrir tu mente, sobre todo, porque algún día tendrás hijas y querrás que ellas se sientan libres y amadas, siempre.
Yo empecé mi vida sexual un poquito tarde, casi a los 20, por la educación católica extrema que recibí «ser virgen”, pero más que todo por la falta de educación sexual. Yo pensaba que podía embarazarme automáticamente. No sabía nada de métodos anticonceptivos. No sabía que tenía derecho al placer sexual, tanto como los hombres. Y aunque me creía inteligente porque sabía de política, no sabía nada de sexo. Sólo sabía que me daba miedo. Me sentía como una cenicienta tonta, que iba a perder algo vital.
Yo no tuve una madre ni un padre que me eduquen en ese aspecto. Para mis amigas y yo, el sexo era un tabú. Simplemente, mi hermano mayor me dijo un día: “Si te embarazas, tu vida se acaba”. Aunque no sabía ni como mismo uno se preñaba, comprobé su teoría. Vi chicas de mi colegio embarazadas. Con ello, su vida cambiaba de la noche a la mañana.
Algunas no regresaban más a clases, de purita vergüenza. Tenían apenas 15 años. Eso creó un impacto fuerte en mí. Cuando eres pobre no te puedes dar el lujo de cometer esos errores. Por eso seguí el consejo al pie de la letra. En caso de que la curiosidad me matara, sabía que no tendría la ayuda económica de nadie. En mi familia sólo sobrevivíamos, y una carrera exitosa me esperaba en el futuro.
Por eso solo mas tarde en la vida vine a descubrir lo maravilloso que es el sexo, y el poder que hay en él.
El poder del pensamiento
Sí, el sexo es fantástico, antiestrés , «justo y necesario»; pues para todos hay. Siempre hay placer para los dos que participen, aunque para eso, a veces tiengas que pasar por varios hombres, o relaciones amorosas, especialmente si vives en una sociedad machista, tardarás más tiempo en descubrir lo que mereces en la cama, y el verdadero poder de tu sexualidad. Cuando la mujer empieza su vida sexual antes de los 18 años, y en los primeros años posteriores, no sabe realmente lo que está haciendo.
Yo no sabía lo que hacía. No tenía la madurez o el conocimiento para poder crecer como persona con el poder de la sexualidad . Es que el placer de entregarse al otro, puede enseñarte mucho sobre ti. Tus valores, tus miedos, tus inseguridades, tus fantasías, pero lo más importante, ¡cuánto te amas a ti mismo!
A veces, a esa edad sólo das y das, pues no sabes cómo pedir. Lo peor es que no sabes ni qué es lo que se supone que debes pedir. A los 18 e inicio de los 20, sólo te la pasas disculpando: «te prometo que esto no lo hecho con nadie más”. Era o es tu respuesta a ese muchachito que te preguntó estúpidamente: “¿dónde aprendiste a hacer eso?” Y, si es que ese fue el mismo tipo que te enseñó sobre sexo, ¡good luck! Pues un machista sólo puede enseñarte mucho de lo que a él le conviene: ¿cómo dar el mejor sexo oral? ¡Sí! pero a él.
Me gusta, no me gusta
Por eso, en esta etapa inicial de tu vida, terminas muchas veces confundida diciendo: “no me gusta el sexo oral”. Yo lo decía hasta que encontré un caballero que me mostró el placer mas bello que tu pareja te puede dar. “Perdición”, ellos también están ahí para «servirte” y aman hacerlo. El que es caballero en la mesa, también lo es en la cama, y te lo dice desde el primer día; «ladies first”. ¡Pimero las damas!
Pero a los 15, 18, 20, todavía no sabemos como identificar a esos hombres. Todavía no hemos aprendido lo que merecemos. Por eso mujeres, chicas millennials, hoy ya podemos educarnos más sobre lo que nos conviene. Sobre cuáles son nuestros derechos en la cama. Sí, pero antes de meternos dentro de las sábanas.
Los abortos
Otra cosa que escondemos las mujeres, ¡son los abortos! Este tema si que levanta polvo, y cuando una mujer es «descubierta» es juzgada fuertemente. Esto puede terminar con relaciones amorosas, excomulgaciones y hasta con cárcel, como en El Salvador, uno de los países con leyes más severas en el mundo.
Entonces la pregunta que ronda en muchos hombres u otras mujeres machistas es; ¿has tenido algún aborto en tu vida, o cuántos has tenido? Pero esa es la información que sólo tu mejor amiga lo sabe, y probablemente la mejor amiga de ella.
Puedes hacer tus estadísticas muy fácil; de tus 5 amigas, 2.5 probablemente se hicieron un aborto en algún punto en su vida, entre los 15 a los 22 años, y tu estás en el grupo. Si no es así, entonces 2.5 de tus amigas fueron madres adolescentes.
Otras veces, sólo se convirtieron en madres para no tener un segundo aborto. Y aunque la solución suena muy fácil, con la educación sexual y anticonceptivos, ya cuando esto sucede, es decisión de cada mujer qué hacer con su cuerpo, especialmente si es una niña, o una joven que no tiene el apoyo de nadie. Claro está, con la responsabilidad de aprender de esa lección, y no equivocarse otra vez; pues hay una edad y un límite para cometer ciertas equivocaciones en la vida.
Por lo tanto, el aborto es un secreto a voces, porque ser honesta en una sociedad hipócrita, trae muchas consecuencias. Sin embargo, América Latina es la región con mayor tasa de abortos en el mundo. La región ocupa el primer lugar, con un promedio de 44 por cada mil mujeres que se realizan este procedimiento. Así lo señala el informe “Abortion Worldwide 2017, Uneven Progress and Access” publicado por el Instituto Guttmacher.
Un secreto a voces
Se requiere de mucha educación, compasión y mente abierta para afrontarlo.
El error mas grande es querer dar una sola respuesta a todo. Si es bueno, o si es malo. Este tema no puede ser blanco/negro.
Las mujeres también ocultan cómo se sienten realmente después de parir. Si ya eres madre lo sabes. Ocultan la depresión post parto para no parecer malas mujeres
¿Sentiste alguna vez rechazo por tu hijo cuando nació? A algunas mujeres les ha pasado, pero luego todo cambia. Es parte de una depresión natural, pero no siempre se sienten seguras de hablarlo. Esa inseguridad crece en nosotras desde niñas o adolescentes, cuando nos enseñan a ocultar nuestro período menstrual, como si fuera de mal augurio. Por eso creo que mujeres “pecadoras” somos todas. Y los pecados fueron inventados por el hombre a través de la historia de la humanidad.
Recuerda siempre mi amiga lectora, que: «Las mujeres buenas no van al cielo».