Las múltiples declaraciones y tuits de esta semana por parte de Donald Trump contra la caravana de inmigrantes provenientes de Honduras son parte de la campaña electoral para el ciclo que culminará el próximo 6 de noviembre.
La división del país
Una vez más, Trump echa por la borda cualquier intento de reconciliación nacional e insiste en dividir al país y en azuzar a lo que él llama su base en torno a temas que causen su encono y rabia, con el fin de que salgan a las urnas y voten según la voluntad del Presidente.
Pero incluso la excusa de las elecciones e hasta tomando en cuenta el carácter volátil de Trump, y finalmente sabiendo que miente con la misma facilidad con la que habla, la nueva andanada de insultos, acusaciones e incitaciones es peligrosa, humillante, y subleva.
Con una habilidad pasmosa para la manipulación y el manejo de masas, Trump inició esta semana una violenta escalada en la retórica migratoria.
Primero, amenazó en Twitter a México con un posible enfrentamiento armado. “Tengo que pedirle a México, de la manera más fuerte, que detenga este embate. Y si no puede hacerlo ¡llamaré a las Fuerzas Armadas para cerrar nuestra frontera sur!”
Bienvenida a AMLO
Esta bravuconada lleva a temer que esté preparando una política agresiva contra el próximo presidente mexicano, López Obrador.
Luego, lo definió claramente como una parte importante de su estrategia electoral: “Los republicanos tienen que hacer de las horrendas, débiles y anticuadas leyes migratorias, y la frontera, una parte de las elecciones de Medio Término”.
I am watching the Democrat Party led (because they want Open Borders and existing weak laws) assault on our country by Guatemala, Honduras and El Salvador, whose leaders are doing little to stop this large flow of people, INCLUDING MANY CRIMINALS, from entering Mexico to U.S…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 18, 2018
En tercer lugar, siguió su tendencia a demonizar a la oposición. Al punto de llamar a los Demócratas traidores que conspiran con países extranjeros para invadir nuestro país. El partido Demócrata, dijo, “quiere fronteras abiertas y leyes débiles”. Lidera el “asalto contra nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador” por permitir entrar a gente. E “incluyendo a muchos criminales”. En otra oración: “¡Todo es la culpa de los demócratas!”
Todo ello, definió, es para él “mucho más importante”… que el nuevo acuerdo de libre comercio entre EEUU, México y Canadá.
Mientras tanto, el primer grupo de miembros de la caravana ha cruzado Guatemala y se encuentra en la frontera con México, aunque se retiró parcialmente de la misma para permitir el trabajo de registro de Naciones Unidas, que colaborará con los pedidos de refugio.
No son criminales ni políticos
Contrariamente a las acusaciones de Trump, no son criminales. Y a las del presidente hondureño, no son títeres de una maniobra política. Son familias que huyen de la violencia y la miseria. Que buscan un lugar donde puedan trabajar y criar a sus hijos.
Es necesario repudiar en los términos más claros el comportamiento irresponsable del Presidente. Hay que señalar los peligros que estas acusaciones puede causar.
Porque si faltando pocos días para los comicios, utiliza esta retórica de incitación, ¿qué pasará el día de las elecciones?
Pensado como una máquina, es dable pronosticar sus próximos embates. Predecir su terrible double down. Así, ha definido que estas elecciones son «las elecciones de la caravana». Lo serán.