Todo indicaba que el comité Judicial del Senado Nacional iba a recomendar a Brett Kavanaugh como el nuevo juez de la Corte Suprema de Justicia el jueves 20 de septiembre. Hubiera sido una victoria para el presidente Donald Trump y para el Partido Republicano que aspiran a imponer una corte conservadora que rediseñe el futuro jurídico estadounidense. Pero a último momento, cuando nadie lo esperaba, una noticia impactante descarriló todos los planes y, ahora, la nominación está en peligro. Kavanaugh fue acusado de abusador.
La noticia está relacionada con una carta de la Dra. Christine Blasey Ford, una profesional que reside en California, quien acusó a Kavanaugh de haber intentado violarla treinta y seis años atrás cuando ambos eran adolescentes.
Derrota de Trump
Aunque el acto probablemente haya prescripto en la jurisdicción criminal, tiene implicaciones políticas claras. De progresar, podría forzar el retiro de la nominación y, con ello, una derrota del Presidente.
El intento de violación habría ocurrido en una fiesta en el verano de 1982, en North Bethesda, Maryland, cuando Kavanaugh era un estudiante en Georgetown Preparatory School.
“En determinado momento se fue al baño y subió unas pequeñas escaleras cuando en ese momento la empujaron adentro de una recámara. Cerraron la puerta. Brett Kavanaugh se subió encima de ella en la cama y la empujó de espaldas. A tientas empezó a tratar de sacarle la ropa”, dijo la abogada de la denunciante, Lisa Banks, a NPR.
Dentro del cuarto había un segundo joven, Mark Judge, quien estaba tan borracho como Cavanaugh.
“Cuando trató de gritar, le puso la mano en la boca para silenciarla. Mark Judge estaba en la habitación incitándolo. Subieron la música bien alto y en determinado momento, Mark Judge saltó en la cama, todos se cayeron y ella pudo escapar”, relató Banks.
Ford, en una ulterior entrevista al Washington Post, dijo que pensaba que Kavanaugh, sin darse cuenta, podía llegar a matarla.
Aunque Kavanaugh y Judge niegan las acusaciones, éstas han generado un torbellino político. Los demócratas y un republicano, el senador Jeff Flake (R-Arizona), han pedido que se postergue el voto en el comité Judicial hasta tanto Kavanaugh, el acusado, y Ford puedan testificar.
Ante las dudas de Flake, al presidente del comité, Chuck Grassley (R-Iowa), no le quedó más que postergar la votación. Después de todo, en el comité los republicanos tienen mayoría por sólo un voto. Si todo marcha como se espera, Ford se presentaría a declarar el lunes 20 de septiembre.
Oportunidad para Ford
El presidente Trump ha salido en defensa de su nominado, pero sin su energía típica. Aún así, Trump acusa a los demócratas de introducir el tema a último momento, con fines netamente políticos, para entorpecer la nominación. Pero admite que a Ford hay que darle la oportunidad de que la escuchen.
El Presidente muestra cierta flexibilidad. Es que el número de senadores republicanos para imponer a Kavanaugh en la corte es limitado. Y Trump lo sabe. Tres han expresado ciertas dudas. Aparte de Flake, también está la senadora Susan Collins (R-Maine) y Lisa Murkowski (R-Alaska). Sin su voto, la nominación del conservador Kavanaugh sería rechazada.
Un voto crucial
Faltan sólo 50 días para las elecciones nacionales. El movimiento Me Too está súper energizado. Cualquier error político de Trump y del Partido Republicano les puede costar votos en el crucial segmento del electorado femenino. Algo determinante en un año en que los republicanos están en la defensiva. Y la Casa Blanca se percibe en completo caos.