Anunció Manuel Zelaya Rosales que continuará intentando pasar la frontera por Las Manos, señalando que si los “gringos” quieren negociar con él que se acerquen a su “cuartel general” en Ocotal, ya que él no piensa viajar a Washington por el momento. Mientras, en Managua, empiezan a cuestionar a Ortega sobre la conveniencia de que un movimiento insurgente se “organice” en Nicaragua para internarse en Honduras, lo que además obstaculiza que el comercio nicaragüense transite por la frontera hondureña hacia Puerto Cortés.
Es muy difícil obtener datos, sin estar en Ocotal, de cuanta gente anda con Zelaya. Dicen la mayoría de medios que Zelaya se ha ido quedando sin gente: el hambre, la sed y las lluvias han ido dispersando a los partidarios que se arriesgaron a cruzar monte traviesa para reunirse con el presidente depuesto. No se habla del apoyo que Mel haya podido recibir de hondureños que más inteligentemente hayan atravesado por cualquiera de las otras dos fronteras respetando el toque de queda entre las seis de la tarde y las seis de la mañana, o de forma clandestina, para reunirse con él. A pesar de ello debe ser un hecho que se ha recibido ese apoyo porque sí se ha informado hoy que el hijo del embajador en la ONU Jorge Arturo Reina, ex canciller, y hermano de un ex presidente de la República, fue interceptado por un bloqueo policial cerca de la frontera del Guasaule, siéndole incautada una “libreta” en la que aparecían anotadas las cantidades de dinero que había ido entregado a diferentes líderes sindicales para apoyar el regreso del “presidente”. Entre otros, de los que recibieron una suma de 3 millones de lempiras, firmaba con su propia letra el “recibí 15,000.00 dólares” el actual diputado y candidato presencial de la Unificación Democrática (UD) César Ham.
Una voluntad dudosa
Ya señalé en un anterior reporte que Las Manos no era la mejor opción que Zelaya podía haber escogido para permitir la movilización efectiva de sus partidarios, y que me parecía dudosa su voluntad real de regresar al país. Hoy surgen nuevamente noticias contradictorias porque por una parte se afirma que el martes 28 sería el día en el que se internaría Zelaya en Honduras; por otra se anuncia a los norteamericanos que si quieren negociar lo encontraran en Ocotal, lo que parece indicar que piensa pernoctar en el hotel en el que se hospeda unos días más. Otros medios señalan que Zelaya viajará a Costa Rica a la cumbre del mecanismo de Tutxla. Iremos viendo cuales son los movimientos. Es difícil saber cuanta gente se encuentra físicamente con Zelaya, sin embargo parece que el gobierno de Micheletti ha negociado con las poblaciones afectadas, para que sin desmilitarizar la zona, se permita el tránsito comercial para no “afectar” en mayor medida a la comunidad local, y que el ex presidente no tiene intención de “desmovilizar” su campamento.
Los sindicatos, especialmente los maestros se han convertido en cabeza de lanza en Tegucigalpa y en buena parte del país, del movimiento a favor del regreso del presidente.
Los sindicatos, especialmente los maestros se han convertido en cabeza de lanza en Tegucigalpa y en buena parte del país, del movimiento a favor del regreso del presidente. Por periodos de tres o cuatro horas se cortan carreteras y calles, lo que está generando mucha inconformidad en la gente, pero no se llega más allá. Hay confusión entre los propios maestros que por una parte parece que han llegado al acuerdo de dar clases de lunes a miércoles para movilizarse jueves y viernes; y por otra señalan que no van a dar más clases en solidaridad con los más de “10,000” compañeros que se encaminaron hacia Las Manos (aunque resulta difícil de creer esta cifra, sin embargo es señalada por Eulogio Chávez, dirigente magisterial). Estos paros están generando mucha crispación en los padres de familia y denuncias frente a la fiscalía.
La violencia se empieza a manifestar en hechos puntuales; por ejemplo el domingo en el entierro del joven partidario de Mel que fue apuñalado en 34 ocasiones en el Paraíso, cuando al presentarse miembros de la policía, la familia los atacó y quemó su vehículo; y también en la conclusión del derbi futbolístico en el Estadio Nacional entre el Olimpia y el Motagua en el que la tensión llevó a que algunos aficionados disparasen contra la policía que respondió ocasionando dos muertos, más de 18 heridos y 300 detenidos. A pesar de todos estos hechos que señalo, hasta la fecha la violencia política no está generalizada, más allá de lo que “normalmente” sucede en el país, y sigo manteniendo la idea de que no se va a llegar a una guerra civil porque son pocos los que están dispuestos a matarse por los hechos políticos que se están viviendo, a pesar de lo que señaló en su momento Arias y sigue afirmando obstinadamente Insulza.
¿Cuáles serán las consecuencias políticas que Mel Zelaya tendrá que afrontar frente a la comunidad internacional por sus últimas acciones?
¿Cuáles serán las consecuencias políticas que Mel Zelaya tendrá que afrontar frente a la comunidad internacional por sus últimas acciones? Es difícil de señalar, aunque ya empieza a visualizarse en la prensa internacional una actitud más “prudente” en el tratamiento de las acciones del ex presidente. Es difícil que la OEA cambie de actitud, aunque Insulza no aplauda la actitud de Zelaya; Oscar Arias, que quizás pueda estar interesado en sustituir al chileno al frente de la OEA va a tratar de “salvar” su plan, a pesar de que la “declaración de San José” esté condenada desde su nacimiento. Los países del ALBA y el MERCOSUR, seguirán apoyando incondicionalmente a Zelaya haga lo que haga; mientras por otra parte será interesante ver los matices que pueden adornar la declaración final de la Cumbre de los países integrantes en el Mecanismo de Tutxla (México, todos los países centroamericanos más Colombia), porque es posible que Panamá, Colombia, y quién sabe si incluso México puedan ir suavizando sus posiciones e introduzcan el concepto de no intervención en los asuntos internos de países terceros.
Estados Unidos a remolque
Estados Unidos tiene un papel difícil y jugará a “remolque” de la opinión mayoritaria intentando mantener su nuevo esfuerzo por la multilateralidad; seguramente no le gustarán los desplantes bolivarianos de Zelaya, que cada vez se agudizarán, pero aguantará la situación estoicamente para no salirse del “consenso”, y no dar una imagen intervencionista y en contra de la democracia.
Europa tiene y tendrá un papel interesante. Su lejanía geográfica y su diversidad nacional lo convierte en un actor al que se le permite errores sin causar indignación; importante donante en lo global y en lo particular, es posible que sea el que más duramente juzgue las acciones de Zelaya, y el que tenga más condiciones y libertad para pasar factura; además es muy probable que se convierta en el actor internacional más importante para garantizar la transparencia del futuro proceso electoral hondureño.
La mediación de Oscar Arias murió antes de nacer; se convirtió en un esfuerzo inútil por la polarización de las posiciones de los actores principales. Sin embargo es un escenario importante porque la imagen de los actores principales se encuentra en juego. Zelaya pierde a los puntos por su negación a cualquier tipo de negociación y por su intento de ingreso violento a Honduras. De ser víctima ha pasado a ser culpable de que el proceso no avance.
La mediación de Oscar Arias murió antes de nacer; se convirtió en un esfuerzo inútil por la polarización de las posiciones de los actores principales.
Los representantes del actual gobierno de Honduras tampoco piensan ceder en lo importante (el regreso de Zelaya), pero juegan con el tiempo, tratan de mostrar respeto a las instituciones y se encuentran en una posición cómoda; sin negarse a seguir avanzando en las negociaciones van a ir moldeando los 10 puntos presentados por Arias en relación a los acuerdos que las diferentes instituciones hondureñas determinen. La única posibilidad de que este pacto tuviera alguna posibilidad de éxito y de que fuera útil para el país sería que Zelaya renunciara a su regreso para no polarizar el país –como han hecho muchos dirigente en la historia– y que en un esfuerzo patriótico importante tratase de pactar las reformas políticas que el país necesita para acercarse a condiciones democráticas más sólidas. En cualquier otro escenario el pacto no avanzará, pero tampoco conducirá, a pesar de los agoreros, al inicio de una guerra civil.
Colapso del autoritarismo
El domingo en el programa “Plan de nación” de Canal 10 dirigido por Rodrigo Wong Arévalo participé junto a Juan Ramón Martínez (analista político hondureño y candidato a la presidencia en las últimas elecciones por la Democracia Cristiana), y Julieta Castellanos (rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras) en un debate sobre la democracia en Honduras. Juan Ramón Martínez señaló que sería muy importante que de forma similar a que en la transición española se firmaron los “Pactos de la Moncloa ”, que en Honduras se firmasen los “Pactos de Tegucigalpa”, entre los diferentes actores políticos.
El argumento principal que se manejó fue que la crisis actual simbolizaba el colapso de un sistema político basado tradicionalmente en el autoritarismo y el caciquismo, y que era necesario formular un nuevo proceso de transición que permitiera que los hondureños encontrasen una norma de convivencia más ajustada a sus necesidades. El sistema político hondureño se había manejado con un perfil de democracia electoral muy imperfecto, y se ajustaba a la advertencia que el PNUD había lanzado en el informe “La democracia en América Latina” en el año 2004, cuando señalaba que si las elites no eran capaces de modificar el sistema político hacia una democracia de ciudadanos y no resolvían los problemas de la gente, éste se encontraba en riesgo de colapsar.
El pacto de Tegucigalpa debería de ser impulsado después de unas elecciones limpias y garantizadas por la comunidad internacional.
El sistema hondureño colapsó. La ventaja comparativa de Honduras, en este contexto, es que lo que lo hizo colapsar fueron sus características autoritarias y los pocos resortes del sistema para sobrevivir a las mismas. Existe en la mayoría de los sectores voluntad política para continuar viviendo en un modelo democrático, y buena parte de los actores políticos implicados podrían estar en condiciones de aceptar negociar un nuevo pacto de convivencia.
El pacto de Tegucigalpa debería de ser impulsado después de unas elecciones limpias y garantizadas por la comunidad internacional. De las próximas elecciones debe surgir un compromiso de generar un nuevo sistema político que supere los problemas del actual, si se pretende seguir conviviendo en un modelo democrático y que el sistema sea legitimado por la comunidad internacional. Superados los personalismos políticos que dividen actualmente a la población y apartados del juego los políticos que polarizan al país, podría ser el momento en el que tanto las elites tradiciones como el resto de actores políticos tengan los incentivos suficientes para sentarse a dialogar sobre las condiciones y las reformas necesarias para el sistema. En el programa se señalaron muchos problemas y se identificaron posibles reformas, pero debe ser la clase política hondureña y su sociedad los que se enfrenten a su espejo y decidan con tranquilidad hacia adonde quieren avanzar.