Bajo el manto negro de la mística noche
En los áridos suelos del desierto Atacama
Yaces desnuda y callada bajo la faz del universo
Ante las miradas atónitas que esperan un milagro.
Hoy los ojos del mundo se sientan sobre tu lánguido suelo
para ver como emerge la vida desde la muerte
todos esperan con júbilo a los hijos de la tierra
En estos tiempos de angustias, sin sabores y nostalgias.
Y serán testigos los cielos del sortilegio
mientras la brisa canta una canción de esperanza
Y después del regocijo volverá otra vez la calma
a las solitarias tierras del desierto Atacama.