Obvio, no festejábamos el 6 de enero, día de los Reyes Magos en toda América Latina. Ni creíamos en ellos, ni en Navidad. Festejábamos Januca. Pero una vez, hace muchísimos años, mi madre se sentó conmigo a elaborar la lista de regalos que esa misma noche dejaría dobladita en mis zapatos de niño.
Dice ella que pedí un papá.
Me acuerdo de eso porque esta mañana salí apurado y malhumorado por la puerta trasera de mi casa en el Este de Los Angeles camino a mi trabajo en La Opinión.
Un globo de helio
Pensaba en mis preocupaciones. Tropecé con un globo de helio semi desinflado, azul, que camino al cielo se había quedado enmarañado entre las ramas del árbol de caquis. Colgaba del globo un cordel y del cordel, unas hojas que, confieso, arranqué y me llevé conmigo. Las tengo frente a mí en este momento. Son las cartas de dos hermanitas, vecinas, con su lista, también ellas, de lo que le piden a los Reyes Magos.
Arriba de todo, un dibujo de los Reyes con sus nombres y el de un elefante que se supone los lleva, tres hermosos paquetes de regalos a su izquierda, debajo de un arbolito de Navidad cuidadosamente armado y con una estrella en su punta.
«Queridos Reyes Magos», dice Stefhani, y pide «unas botas peluditas con una blusa y un pantalón», y también un «Nintendo DS de color rosa o blanco». Sigue la lista: También unos pixels. También unas pinturitas. Por último un monopolis.»
Gracias: prometo portarme bien.
Karen parece un año menor… dibujó un corazón con un niño alado adentro y un halo encima de su cabeza. Pide regalos muy específicos: «Jungle in my Pocket», «Pet shop», «My Little Pony» y otros, con nombres que desconozco.
Carga de inocencia y esperanza
Me emocioné. Atesoré las cartas que llegaron del cielo con su carga de inocencia y esperanza. Con sus sueños de poseer cosas que traerán la felicidad.
En la carta, por las dudas y si los Reyes Magos no lo sabían, aparece la dirección de las hermanas. La busqué en internet.
Intrigado y en busca de una nota sobre este día que cuente esta historia, envié a un reportero.
La dirección no existe.
Cómo quisiera llevarles algo a Stefhani y Karen. Pero ¿adónde?