Anoche finalmente se le detuvo ese corazón enorme.
Ya desde la muerte de Angelita, mamá, que quería irse. Pero igual la peleó. No estaba en su naturaleza aflojar. Esa pareja se había construido en el teatro independiente, en los radioteatros; después, en la militancia por los derechos humanos y siempre en la familia. Ahora están de nuevo juntos. No sé dónde, en nuestros corazones, seguro: ahí son inmortales.
Cómo recordarlo
Trato de pensar cómo lo voy a recordar y me cuesta encontrar un momento, una imagen. ¿Cuando nos peleábamos duro? ¿O cuando a los 14 me encaró por si estaba fumando? Me hice el boludo y me dijo que no fume esa porquería… y me dio unas monedas con las que compré mis primeros Particulares 30, un cigarrillo negro de aquella época. ¿O la apertura con la que aceptó que dejara de estudiar porque la guerra revolucionaria era más importante? ¿O cada vez que en la cárcel me pasaba esos ´caramelos´ que eran más bien ladrillos, aprovechando su dentadura floja, pero que después había que pasar por la requisa del Manchado en La Plata? ¿O la relación especial que construyó con cada uno de sus nietos y bisnietos?
Siempre lideró, fue jetón, peleó, fue al frente. Muchas veces con costo personal de traiciones de las que nunca quiso hablar.
Mi generación vivió momentos difíciles y la de los viejos también. Vamos juntos en esa. Eran días aquellos donde a veces alguien iba a denunciar un desaparecido y le decían, “¿Pero estaba en algo?» Eran tiempos en que un gran líder, al pedírsele una firma en solidaridad con los presos políticos, contestó: » Se las firmo, pero todo lo que pasa es culpa de ellos». Por suerte hubo viejas y viejos que siguieron adelante a pesar de todo,
Secuestros, tortura, desapariciones
Las hizo todas. Vendió libros, vendió lanas, intentó fabricar agujas de tejer y se fundió, vendió pomos de agua perfumada. Todavía recuerdo recorriendo con él todos los bailes de carnaval ese verano. Era un busca maravilloso. ¿Cómo no iba a hacer todas cuando los milicos se robaron la democracia en 1976 y también se robaron a su hija? Se había entrenado para eso.
Dos veces lo secuestraron junto a su mujer: los torturaron y los largaron más adelante. De su casa secuestraron a su hija Rosalba, mi hermana de 19 años, que nunca apareció. Nada de eso lo aflojó. Lo hizo más duro, más inteligente. No tenía prejuicios, tenía claro cuál era su objetivo. Muchos lo criticaron cuando se reunió con la enviada del presidente Jimmy Carter. Tanto odio a los yanquis hizo que muchos no se dieran cuenta que soplaban otros aires en USA, aunque fuera transitoriamente. Y mucho ayudó esa gestión para salvar vidas.
Un padre para los presos políticos
Casi con celos, puedo decir que papá tomo a los presos y presas políticos como sus hijos e hijas adoptivos. Él me decía que, en los momentos de crisis, lo peor que nos puede pasar es estar solos. Donde llegaba se juntaba con alguien. Trabajaron y juntaron los fondos necesarios para que las familias más distantes pudiesen visitar a sus presos. Incluso cuando no lo lograba hasta se anotó como tutor para visitar presas que no tenían familia. Así recorrió las prisiones políticas de La Plata, Devoto, Rawson, Caseros, Sierra Chica. No los dejó jamás, incluso cuando todavía en democracia continuaron muchos en las cárceles.
Es difícil separar al Remy del papá, pero los dos se ganaron la inmortalidad, en la memoria y el corazón de sus nietos, sus hijos adoptivos, sus compañeros, sus amigos.
Chau, viejo hermoso.