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Una vergüenza: los latinos que no votan

Una vergüenza: los latinos que no votan

Una vergüenza: los latinos que no votan

Los latinos seguimos creciendo. Ya somos más de 59 millones. Una cifra que en algunos estados y ciudades del país significa haber contribuido a que las minorías étnico-raciales ya sean mayoría. Y dicen tantas cosas bonitas sobre nuestra comida, nuestro Cinco de Mayo, del Día de los Muertos… Pero somos un desastre cuando se habla de nuestra participación en las elecciones.

Hay 29 millones de latinos estadounidenses que pueden votar. Esto significa que, desde la elección de 2014, hemos sumado más de 4 millones de electores. Todo un récord del que debemos sentirnos orgullosos. Lo que es una infamia es que, en ese mismo año, solamente 27% se tomaron la molestia de ir a las urnas. También un récord, pero un récord vergonzoso, irresponsable. Un récord que ayudó al crecimiento de fuerzas políticas con una agenda que, en gran medida, ha perjudicado a la comunidad latina.

El problema más grave son los jóvenes latinos

Y hablemos claramente. Si deseamos encontrar culpables, no es nada difícil. Las estadísticas claramente apuntan a los jóvenes. De acuerdo a Pew Research Center  solamente 16% de los latinos de entre 18 y 35 años fueron a votar. Menos de la mitad de los que tenían más de 35 años.

El problema se agrava porque el porcentaje de jóvenes en la comunidad latina es mucho mayor que en otras comunidades. Representan 44% de toda la comunidad. Un porcentaje considerablemente superior al 31% de todos los estadounidenses que pueden votar. O sea que si los jóvenes latinos no votan, el impacto es mucho mayor.

La mayoría somos demócratas

El voto latino ya sabemos que no es monolítico. Los cubano-americanos de Miami no tienen los mismos intereses políticos que los mexicanos de Los Ángeles. Es más, algunas de nuestras ideas, tal vez influenciadas por la formación católica en nuestros países de origen, son conservadoras. Especialmente cuando se trata el tema del aborto y la familia.

Pero que quede claro que, en términos generales, la mayoría de los latinos han sido y siguen siendo progresistas. Un progresismo que se origina en los desafíos de ser inmigrantes en un Estados Unidos con profundas disparidades económico-sociales. Por eso no es casualidad que alrededor de 62% estén afiliados o tengan simpatías por el Partido Demócrata y solamente el 27% se inclinen por el Republicano.

Estamos insatisfechos con la dirección del país

A esto hay que sumarle que los latinos no están nada contentos con lo que está ocurriendo en el país. No están contentos con los insultos del presidente Donald Trump contra los mexicanos y contra los inmigrantes indocumentados. No están contentos que separen a las familias. Que deporten a personas decentes. Que quieran quitarles la ciudadanía a los bebés de inmigrantes. Con el abuso, la mentira, las amenazas.

De acuerdo a las encuestas, 67% de los latinos piensan que las políticas del presidente los están afectando negativamente. Un porcentaje altísimo si se recuerda que, en 2007, durante los años de George W. Bush, 41% estaban insatisfechos. Y con Barack Obama apenas 15%.

La pregunta del millón, por supuesto, es si ese masivo nivel de insatisfacción, se va a traducir en la suficiente motivación para salir a votar. O si como en el 2014 va a ser mucho bla bla bla y poca acción.

Votar o no votar

Esta elección es una de las más importantes de la historia contemporánea estadounidense. La opción es bien clara: se deja que Donald Trump siga implementando su agenda política de división, intolerancia, desigualdad e injusticias o se sale a votar para frenarlo. No importa si es Florida o Nueva York, si es  Texas o California, tenemos la obligación moral de ejercer este derecho fundamental de toda democracia. En este contexto de crisis, no salir a votar es una irresponsabilidad cívica y una verdadera vergüenza que algún día tendremos que explicar a nuestros hijos.


 

Recomendación de cómo votar en California:

Senador Nacional: Kevin De Leon

Gobernador: Gavin Newsom

Vice-gobernador: Ed Hernandez

Secretario de Estado: Alex Padilla

Controlador: Betty Yee

Tesorero: Fiona Ma

Fiscal General: Xavier Becerra

Comisionado de Seguros: Ricardo Lara

Junta Estatal de Ecualización: Tony Vazquez

 

Proposiciones:

1 – Sí

2 – Sí

3 – No

4 – No

5 – No

6 – No

7 – Sí

8 – Sí

10 – Sí

11 – Sí

12 – Sí

Autor

  • Nestor M. Fantini, M.A., Ph.D. (ABD), is an Argentine-American journalist, educator, and human rights activist based in California. Since 2018, Fantini has been co-editor of the online magazine HispanicLA.com. Between 2005 and 2015 he was the main coordinator of the Peña Literaria La Luciérnaga. He is the author of ´De mi abuela, soldados y Arminda´ (2015), his stories appear in ´Mirando hacia el sur´ (1997) and he is co-editor of the ´Antología de La Luciérnaga´ (2010). He is currently an adjunct professor of sociology at Rio Hondo College, Whittier, California. As a refugee and former political prisoner who was adopted as a Prisoner of Conscience by Amnesty International, Fantini has dedicated his life to promoting the memory of the victims of state terrorism of the Argentine civil-military dictatorship of the 1970s and is currently coordinator of Amnesty International San Fernando Valley. Fantini graduated from Woodsworth College and the University of Toronto. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Néstor M. Fantini , M.A., Ph.D. (ABD), es un periodista, educador y activista de derechos humanos argentino-estadounidense que reside en California. Desde 2018, Fantini es coeditor de la revista online HispanicLA.com. Entre 2005 y 2015 fue el coordinador principal de la Peña Literaria La Luciérnaga. Es autor de De mi abuela, soldados y Arminda (2015), sus cuentos aparecen en Mirando hacia el sur (1997) y es coeditor de la Antología de La Luciérnaga (2010). Actualmente es profesor adjunto de sociología, en Rio Hondo College, Whittier, California. Como refugiado y ex prisionero político que fuera adoptado como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, Fantini ha dedicado su vida a promover la memoria de las víctimas del terrorismo de estado de la dictadura cívico-militar argentina de la década de 1970 y actualmente es coordinador de Amnesty International San Fernando Valley. Fantini se graduó de Woodsworth College y de la Universidad de Toronto.

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