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Ante incremento de crímenes de odio proponen penas para propaganda panfletaria

"Terminar con la violencia racista" y "El odio es un virus", dicen los carteles. Foto: Wikimedia Commons

Ataque con contenido de odio

El número de crímenes de odio crece. Y ocurren contra diversas minorías y en todos lados. Contra afroamericanos, árabes, judíos, asiáticos. En barrios modestos como en zonas lujosas. Uno de los últimos tuvo lugar el sábado 9 de diciembre, en Beverly Hills, en donde una pareja de ancianos fue agredida.

Cuando el matrimonio, 75 años él y 70 ella, caminaban tranquilamente por una de las veredas del famoso barrio, un hombre se les acercó y comenzó a proferir insultos antisemitas. Pero no se conformó con eso porque, de acuerdo a reportes, los agredió con un cinto.

A pocas cuadras del lugar, la policía detuvo a Jarris Jay Silagi, de 44 años, quien ha sido acusado de agresión con arma mortal, intento de robo, crimen de odio y abuso de personas mayores.

“Aquí hay una viñeta de antisemitismo que no leerás en los periódicos”, escribió Alan Tzvika en X (anteriormente twitter). “Ayer, de camino al shul, mi padre (75) y mi madre (70) fueron atacados. Después de ser golpeado por detrás en la cabeza con un cinturón y llamado judío, mi padre se recompuso y persiguió con éxito al delincuente con la ayuda de alguien cercano”.

No puede caber duda, que el acto, por la motivación antisemita y el concomitante asalto físico, puede ser claramente definido como un crimen de odio. Así lo confirmó el jefe de policía de Beverly Hills, Mark Stainbrook, quien afirmó.»Este despreciable acto de odio contra un miembro de nuestra comunidad no será tolerado.

El ataque recibió el repudio de amplios sectores del establishment político de Los Ángeles. La misma alcaldesa Karen Bass escribió en X (twitter):

“El individuo responsable de este vil acto está detenido y debe rendir cuentas plenamente ante la ley”, escribió Bass. “La ciudad de Los Ángeles seguirá trabajando con nuestros socios en toda la región para combatir activamente el antisemitismo”.

Aumentan los crímenes de odio

El ataque de Beverly Hills no es un hecho aislado. Por el contrario, se da en momentos en que siguen incrementándose los incidentes y los crímenes de odio en todo el país.

Aquí, en Los Ángeles, los crímenes de odio han alcanzado el nivel más alto de los últimos 21 años. Al menos así lo sugiere el reporte anual de la Comisión de Relaciones Humanas del Condado de Los Ángeles que fuera publicado a fines de noviembre.

El reporte indica que, entre 2013 y 2022, los crímenes de odio crecieron nada menos que un 143%.

Lo más preocupante es que 72% de estos crímenes se clasifican en la categoría de violentos. Casi 60% estaban relacionados con racismo.

Más específicamente, se reportaron 294 casos de crímenes contra personas de raza negra. El segundo más alto en la historia. La mayoría fueron ataques y vandalismo.

Un dato significativo es que los crímenes de odio contra asiático-estadounidenses bajaron un 25%. Aun así, los 61 casos que se reportaron en el condado fueron el segundo más alto desde que se computa esta información.

Más allá de la información cuantitativa, el reporte incluyó algunos ejemplos de incidentes y de crímenes de odio.  Lo siguiente es lo que le ocurrió a un joven afroamericano:

“… (E)l sospechoso lo llamó por FaceTime y le mostró varias armas de fuego y le dijo que estaba asociado con el KKK”, dice el reporte. “Dijo que se había inspirado en el reciente tiroteo masivo en Buffalo, Nueva York, en el que fueron asesinados 10 afroamericanos».

 Penalizar la distribución de panfletos de odio

El incremento de incidentes y crímenes de odio se da al mismo tiempo que, motivados por el conflicto del Medio Oriente, diversos grupos han intensificado sus campañas propagandísticas. Ya es bastante común que residentes de algunos barrios como Culver City, Huntington Beach, Brentwood y Beverly Hills, encuentren en sus puertas, en los parabrisas de sus carros o en sus buzones, panfletos y otros materiales en que los que se articulan posiciones políticas que incluye verborragia con un contenido de odio.

Para lidiar con el problema, el Comité de Seguridad Pública de la Ciudad de Los Ángeles aprobó por unanimidad, en un voto de 5 a 0, una moción que, en última instancia, busca penalizar la distribución de propaganda con contenido de odio.

La moción requiere que el fiscal de la ciudad, con la asistencia del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), reporte cómo confronta actualmente la distribución de propaganda de odio que se realiza a través de panfletos y cartas. Asimismo, se quiere que se explore la posibilidad de crear penas para aquellos que al repartir esta propaganda tienen la “intención de herir, intimidar, interferir, oprimir o amenazar intencionalmente a cualquier otra persona en base a sus características…”

“En este momento, la única herramienta… que (la ciudad tiene) cuando alguien hace eso es, ‘Oh, bueno, tiraste basura’”, dijo el concejal Bob Blumenfield, autor de la moción. “Pero cuando… escribes folletos y los envías a esas comunidades para intimidar a la gente en sus hogares… eso no es tirar basura. Eso es odio dirigido”.

En la audiencia pública del comité, varios participantes expresaron su preocupación ya que no quieren que una medida tan amplia pueda infringir en el derecho a la expresión. Especialmente se enfocaron en la cuestión del conflicto en el Medio Oriente pidiendo que no se confunda una crítica válida del gobierno de Israel con antisemitismo. Un participante, Ian Policarpio, habló del derecho constitucional a la crítica. Un derecho que incluso incluye poder criticar a nuestro propio gobierno:

“Rescindir el derecho a criticar no sólo a Israel sino a cualquier gobierno del mundo no sólo es un flaco favor a los palestinos-estadounidenses que viven en Los Ángeles y que se opondrían a un gobierno opresivo, sino que es inconstitucional ya que viola nuestros derechos de la Primera Enmienda”, dijo Policarpio. «No es diferente a si criticara al gobierno de Estados Unidos, como lo estoy haciendo ahora».

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Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.

This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.

Autor

  • Martín Ocampo

    Escritor y periodista de Paysandú, Uruguay, quien actualmente reside en Nueva York, EE.UU., en donde ha trabajado en diversos medios. Su corazón es charrúa y su pluma es latina.

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