A las 23:19 horas del martes, se inició el rescate de los mineros chilenos. Prácticamente todas las grandes cadenas informativas del mundo se mantuvieron expectantes a lo largo del día, esperando el momento preciso en que se iniciaría el rescate.
Un poco antes de la medianoche, el primer rescatista, Manuel González, ingresó a la cápsula Fénix y empezó el descenso. El presidente Piñera, encima de la situación, le dio la despedida, mientras algunos rescatistas le pedían amablemente que se hiciera a un lado para no entorpecer las labores. Los familiares cantaron la canción nacional a viva voz, mientras la polea se movía lentamente a través del trapecio. La velocidad de giro fue constante e hizo descender la cápsula Fénix a razón de un metro por segundo. Tras 16 minutos, la cápsula llegó al fondo de la mina, a 624 metros de profundidad. Una cámara predispuesta en el fondo y una fuerte iluminación permitió que todos los telespectadores contempláramos ese anhelado instante. El rescatista abrió la cápsula y los mineros lo abrazaron con gran efusión. Era la primera persona externa a ellos que veían en 70 días.
Acto seguido, fue introducido en la cápsula el primer minero en ser rescatado, Florencio Ávalos, de 31 años. Una vez cerrada la cápsula y dado el aviso, fue ascendido a la misma velocidad programada y en algo más de quince minutos apareció en la superficie, desatando el júbilo de los familiares presentes, del presidente Piñera y su esposa, de los ministros, de los rescatistas y de todos los espectadores que seguían en vivo la hazaña desde buena parte del planeta. El griterío de alborozo y los bocinazos de los autos se escucharon en cada ciudad de Chile. No había lugar más que para la celebración, pues ya se auguraba que el resto de la operación se haría con igual éxito. La gran mayoría de la población chilena se mantuvo emocionalmente comprometida con los mineros durante los 70 días que se mantuvieron atrapados.
Con sus ojos cubiertos por unos lentes especiales que lo protegían de la fuerte luz artificial que dominaba en la superficie, Ávalos fue sacado de la cápsula ante el estruendo jubiloso de la multitud. Lo primero que hizo fue abrazar por largos segundos a su pequeño hijo. Luego a su esposa y finalmente al presidente Piñera.
En la misma cápsula bajó el segundo rescatista, Roberto Ríos, sargento de la Armada y experto en asistencia médica en situaciones de alto riesgo.
A continuación le tocó el turno al conocido minero Mario Sepúlveda, de 39 años, que se hizo conocido por haberse transformado en el presentador y reportero subterráneo de los videos que mostraban los pormenores del encierro. Histriónico, enérgico, muy alegre, trajo piedras desde el fondo de la mina para obsequiar a las autoridades y seres queridos, se dio el lujo de echar unas cuantas chuchadas delante del presidente y luego se dirigió hasta la multitud que lo aclamaba para gritar con ellos un sonoro ¡Viva Chile!
A las 02:07 horas de la madrugada del miércoles fue ascendido el minero Mario Sepúlveda, de 51 años, que ante las preguntas periodísticas sobre el ascenso dijo: “Excelente, como un crucero”.
A las 03:08 horas llegó hasta la superficie el boliviano Carlos Mamani, de 24 años, que tras un ascenso de 16 minutos se convirtió en el cuarto minero en ser rescatado. Al bajar de la cápsula se arrodilló para dar gracias por su rescate, a la par que se acercaba su esposa, su pequeño hijo y algunos familiares y amigos para abrazarlo. Lo esperaban también el cónsul de Bolivia, Walter San Martín y el presidente Piñera, que portaba una bandera boliviana en sus manos. Horas más tarde, acudió el mismo presidente boliviano Evo Morales para felicitarlo y brindarle su apoyo.
A las 04:10 horas llegó a la superficie el más joven de los mineros, Jimmy Sánchez, de 19 años. Fue recibido por su padre y tras el abrazo levantó un banderín de la Universidad de Chile, el equipo de fútbol de sus amores. No fue recibido por el presidente que se había retirado a descansar, aunque sí por el ministro de Minería Laurence Golborne.
A las 05:34 horas, y tras un intermedio en que se realizó una mantención a la cápsula «Fénix», fue rescatado el minero Osmán Araya, de 30 años. Casado y originario de San Vicente, en el centro huaso de Chile, no pudo contener las lágrimas al momento de abrazar a su esposa.
A las 06: 21 horas llegó a la superficie el minero José Ojeda, de 45 años. El autor del célebre mensaje «Estamos bien en el refugio los 33″, se convirtió en el séptimo minero en salir a la superficie.
Al amanecer, cuando el reloj marcaba las 07:02 horas, fue rescatado Claudio Yáñez, de 34 años, el octavo minero en salir. Yáñez es el mismo que le había pedido matrimonio a su mujer desde el fondo de la mina.
A las 07:58 llegó a la superficie Mario Gómez, de 63 años, el minero de mayor edad entre los atrapados. Luego de abrazar a su mujer se arrodilló y comenzó a orar, tras lo cual los enfermeros le pusieron una mascarilla de oxígeno y se lo llevaron en una camilla, ya que la hipertensión y la silicosis habían debilitado su salud durante el encierro
A las 08.52 horas fue rescatado el décimo minero, Alex Vega, de 31 años. Tras abrazar a su mujer y a las autoridades presentes fue subido a la camilla. También sufre de hipertensión arterial y problemas renales.
Unos minutos antes, a las 8:32, arribó el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien, muy emocionado, mostró su agradecimiento al pueblo chileno por el rescate de los mineros:»Estoy sorprendido e impresionado por el trabajo del presidente de Chile, esta es una gran acción humanitaria, especialmente por nuestro hermano Carlos Mamani. A nombre del gobierno boliviano no sé cómo pagar este esfuerzo, será inédito e inolvidable para el pueblo boliviano».
A lo largo de la mañana y en lo que va corrido de la tarde, se ha rescatado sin contratiempos a 20 mineros. Aún quedan 13, además de los tres rescatistas. Todo indica que antes de la medianoche del miércoles ya estarán todos a salvo. La cápsula va y viene, trayendo de regreso a los mineros y desatando nuevos momentos de euforia en toda la población. Es sin duda un triunfo del esfuerzo humano, un triunfo de la solidaridad y un triunfo del amor a la vida.