Chile: Por un futuro con amnesia y exitismo
Si hay un ámbito donde los gobiernos dan rienda suelta a sus ímpetus fundacionales, es en la educación. A contar del siglo XX, han intentado reformas en este sentido en Chile, Carlos Ibáñez del Campo, Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende y Augusto Pinochet, tal vez el único que logró hacer realidad sus propósitos gracias al monopolio de la fuerza y la aplicación del terror.
Los gobiernos democráticos posteriores a 1990 también tuvieron su oportunidad, pero con reformas de corto alcance y que no mermaron la herencia de la dictadura en cuanto al rol protagónico del mercado, el efímero control estatal y los mediocres estándares de calidad. Esto generó durante la presidencia de Michelle Bachelet, ya en este siglo XXI, una de las manifestaciones estudiantiles más largas, masivas, autogestionadas y desestabilizadoras de los últimos tiempos –avivadas por apoderados, profesores y hasta por políticos oportunistas– en demanda de un mejor trabajo dentro de las salas de clases. Los muchachos más temerarios y políticamente activos hablaban inclusive del fin del negociado inescrupuloso de los “sostenedores” de los establecimientos subvencionados, engendros nacidos precisamente en la mesa de operaciones de Pinochet.
El camino de Bachelet
Para superar el entuerto que ya se extendía por varios meses sin clases, Michelle Bachelet optó por el camino del diálogo, las comisiones y los informes, con resultados que quedan en evidencia, en parte, en la última elección presidencial donde la Concertación sufrió su primera gran derrota.
Este saldo en materia educacional de los gobiernos de centro izquierda, en apariencia negativo, permitió a las nuevas autoridades –en su mayoría ex funcionarios y adherentes de Pinochet, reconvertidos más tarde en exitosos empresarios gracias a las privatizaciones de empresas públicas, y ahora nuevamente mutados funcionarios del Presidente Sebastián Piñera– proclamarse como los adalides de la nueva reforma que sacará a Chile del subdesarrollo.
¿De qué manera? Disfrazando de decisiones técnicas y de sentido común –algo en lo que son expertos– la ideología neoliberal en su máxima expresión para así continuar profundizando, voluntaria o inconscientemente, los pasos que Augusto Pinochet no alcanzó a dar cuando fue derrotado en el plebiscito de 1988 y tuvo que regresar a los cuarteles.
Qué mejor para el lavado de conciencias que una buena reforma educacional, cuando se cuenta con el poder político y económico total, la condescendencia mediática, más el aval de una elección democrática fresquita en la memoria. Ciudadanos acordes con la idea de país de los gobernantes, es decir, a favor del crecimiento, el libremercado, el emprendimiento y desconfianza en la reflexión, la discrepancia y capacidad crítica. Para ello, el hábil Piñera nombró a quien puede traerle resultados y, en el caso de que no sea así, un mínimo de pérdidas: el ex funcionario de Pinochet, ex alcalde, ex candidato presidencial populista, militante del partido conservador católico Unión Demócrata Independiente, miembro de la secta religiosa Opus Dei y Ministro de Educación, Joaquín Lavín.
El personero Lavín
Se trata del mismo personero que dijo en sus tiempos de candidato a diputado –en aquel entonces defensor del legado de la dictadura–que más importante que el derecho de los ciudadanos a elegir a las autoridades, es el derecho a elegir qué comprar. Según Lavín, al menos hasta el golpe de estado de 1973, Chile estuvo sometido a los dictámenes del Estado en este sentido, cosa que cambió con las políticas económicas de su mentor (de hecho, él es el autor del forzado best seller de alabanza a las reformas neoliberales de Pinochet titulado “Chile, una revolución silenciosa”).
El mismo Lavín fue quien insistió hasta la majadería durante su primera campaña presidencial en 1999 que él no era un político (¿su presencia en el acto fundacional de cariz franquista de Chacarillas en 1977, donde centenares de jóvenes chilenos le manifestaron su apoyo al soldado gobernante, habrá sido sólo un gesto de patriotismo?) y que su misión en el servicio público es resolver “los problemas de la gente”. Lo anterior se reduce a instalar un poste de alumbrado público, dotar de más carabineros en las esquinas, habilitar Santiago con playas artificiales en la orilla del río Mapocho, hacer llover artificialmente para acabar con la sequía, siempre mirando al futuro; nada de reformas constitucionales ni temas “políticos” que no le interesen a “la gente”.
El mismo ministro ahora dice que la historia y las ciencias sociales son horas perdidas en colegios y se pueden aprender en las bibliotecas. Mejor reemplazarlas por más lenguaje, números e idioma.
¿Quién no podría estar de acuerdo si la finalidad es producir profesionales de excelencia, aptos y competentes para el mundo de hoy? Y de paso, recurriendo al típico chantaje de la eficiencia con que la derecha gobernante deja perpleja a la oposición: la mayor reforma educacional en Chile se debe aprobar en cuestión de días; discutirla sólo traerá más perjuicios a los niños de Chile, de los cuales son responsables los ineptos gobiernos que lo antecedieron. Un tremendo gol de media cancha para socialistas, socialdemócratas y democratacristianos que, hasta ahora, sólo dan manotazos de ahogados, junto al gremio de los profesores.
Lavín sostiene que para aprender sobre historia y ciencias sociales, primero se debe manejar el lenguaje. La matemática y el inglés surgen como necesidad de estos tiempos exitistas y posmodernos. Disfrazado con este argumento pseudo pedagógico, es posible encontrar un afán por cercenar la memoria histórica, las raíces de la identidad nacional y hacer caso omiso a la posibilidad de desarrollar el lenguaje, la expresión verbal y escrita, así como el pensamiento crítico que sólo otorgan las ciencias sociales,. Todos estos son aspectos donde el ministro Lavín, en las diferentes declaraciones de su vida política, ha manifestado sus aprehensiones, inclusive más que su oportunista jefe directo, Sebastián Piñera.
Si hubiese que buscar una sombra en el poder, tan sólo como tesis antojadiza, diría que es el ex senador de la Concertación, ex Ministro de Allende y hoy reconvertido empresario piñerista Fernando Flores. Si no hubo una conversación en las altas esferas, a lo menos hay tendencias pro mercado que al parecer se respiran en el ambiente o se trasmiten por ósmosis. En sus frecuentes, extensas y ofensivas charlas motivacionales a “emprendedores”, Flores ha repetido sus ideas respecto de cómo mejorar la educación que coinciden de manera sospechosa con lo planteado por Lavín. Más lenguaje para saber vender, más matemática para saber cobrar y más inglés para saber exportar.
Darle vueltas al pasado sólo genera resentimiento social y despierta rostros barbudos, trajes verde olivo y vocaciones revolucionarias. Temas de comunistas y revoltosos que Chile debe dejar en el pasado, indican. El mundo ya tomó este camino, señalan los defensores de la reforma, y entregan como ejemplo los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), grupo del cual Chile forma parte desde principios de 2010 gracias –nadie sabe para quien trabaja– a las políticas económicas correctitas de los ministros de Hacienda de la Concertación.
Efectivamente, naciones exitosas como Finlandia, Japón y Corea del Sur –que Chile mira como ejemplos a seguir– incluyen más horas de lenguaje y matemáticas en sus establecimientos educacionales públicos en comparación con nosotros. Hasta ahí todo bien. La pregunta es si aquello es en desmedro de la historia y las ciencias sociales y, además, si estas naciones cuentan con salas de clases atochadas de estudiantes, profesores pobretones y atemorizados por matones con armas hechizas debajo del uniforme, desmotivación por doquier, hogares desestructurados, jefes de familia con ingresos miserables, tiempo escaso para la convivencia, hacinamiento y hedor poblacional, más la amenaza permanente de la pasta base socavando cerebros en formación. Si esto es así, vamos por muy buen camino…
Todas las reformas educacionales de Chile, desde las leyes puntuales de 1920 para aumentar la cobertura, la reforma anarco-fascista de Ibáñez, la proteccionista y preventiva de Frei Montalva, la socialista de Allende, la mercanchifle de Pinochet y la post mercanchifle de Piñera, han girado en torno a la misma problemática: ¿la educación es la respuesta a los problemas que la sociedad debe resolver o, por el contrario, tiene una limitada esfera de acción y, por lo tanto, debe moverse dentro de ciertos límites? Piñera y Lavín ya lo saben o creen saberlo.
Un tema desesperanzador es este en la Argentina si se lo piensa honestamente. Abordarlo con positivismo significa acomodarse y ver a los chicos egresar con conocimientos escasos y al mismo tiempo dotados de una altanería sin igual. No me resigno a no quejarme por la desigualdad en la educación, se nota y es evidente. Haciendo bandera política de la escuela pública en su modalidad de libre y gratuita se la venera. Pero esto es una actitud hipócrita por cuanto la educación que es arrolladoramente superior en el nivel de formación es la pública que está reservada a los sectores acomodados. No es lo mismo asistir al Nacional Buenos Aires o el Carlos Pellegrini de la Cuidad de Buenos Aires que a la Dr. Favaloro de la ciudad de Corrientes, porque los primeros están enlazados con la Universidad de Buenos Aires, se selecciona a sus alumnos mediante exigentes exámenes y sus padre suelen gozar de una buen pasar o tener una profesión de prestigio. Desde el vamos los contenidos difieren y la calidad de los educadores también. Mientras en la escuela de mi barrio los chicos del último año leen el Martín Fierro por pedazos es probable que los del nacional avancen sobre Proust. La verdadera escuela pública argentina es pobre y mediocre, está malmanejada y está infectada de violencia y discriminación. El futuro con el que sueñan los egresados de esta escuela es la universidad, pero por desgracia una ínfima cantidad de ellos avanza en este sueño, la mayoría despierta y se siente idiota y perdido. El único camino que les queda es emplearse en lo primero que se les cruza sin importar si son capaces o les gusta. A la larga se vuelven personas tristes y aletargadas que tienen hijos que seguirán su camino. Tendrán suerte los que tuvieron la mejor de las educaciones públicas, sostenido por el pueblo, se recibirán de médicos o arquitectos y migrarán a Europa porque este país no tiene objetivos claros, embebidos en las mejores lecturas verán que las cosas que se dicen no se cumplen y no tendrán problemas en decir que este país se sostiene en un orgullo basado en el autoengaño. El asunto con las privadas no es muy diferente, hay privadas para ricos y para pobres, las eligen por una cuestión de comodidad de escapar al desorden y agite de las públicas, allí los chicos no tienen paros pero al final del camino les espera el mismo destino, sumado al encuentro con la realidad a no ser que se vuelvan a encerrar en una caja de cristal. Que no pagués una cuota o arancel no te hacen recibir una mejor educación si tenés un pésimo directivo, un maestro que se rasca la cebeza ante una división simple, un padre que le interesa más que repitas para que le den una beca… La idea Kircnerista de mantener a los chicos en el aula no es garantía de recibir una educación que tenga valor para el futuro, éstos llenos de ira y frustración hacen peor a ese minimundo a lo que se suma que las escuelas públicas están destruidas, abandonadas estructuralmente. El presupuesto nunca alcanza y el poco que hay lo malgastan.
En mi país no hablamos de gobiernos de izquierda o derecha, las medidas tomadas no son atribuibles a ninguno de ellos. Nuestros gobiernos han sido peronistas, radicales o de coalisión, y las políticas adoptadas, luego de demostrado el fracaso rotundo, son atribuibles al que las impulsó de un modo personalista. La peor hasta el momento la de Menem.
Espero que a Chile le vaya mejor, porque nosotros estamos encaminados en una nueva reforma que es tan inútil como las anteriores.
Excelente publicación, Marieu. Ha rescatado muchas joyas literarias chilenas a las cuales se accede con sólo digitar un botón… Merecido totalmente…
Chile está de buenas, felicidades a todos los chilenos por haber ganado el premio sueco Stockholm Challenge a la mejor revista virtual hispana de rango internacional: MEMORIA CHILENA
Es tanta mi ira y desilusión frente a esta seguidilla histórica de pasos en falso de las políticas educacionales, mi estimado amigo, que me dio hasta para escribir una novela. Se eso se trata precisamente mi última novela «El tufo de los peces muertos», cuya amargura podrá disfrutar durante el 2011.
Se requieren cambios estructurales profundos, amparados en un compromiso de país, y no esta cajita feliz rellena con ahuevonadores chicles que propone Piñera.
Eso no es seriedad.
Muzam, Muzam, Muzam…¿qué te hemos hecho para que nos deprimas con estas cosas del pasado? Hay que mirar para adelante, siempre adelante… Así dolerá menos el saqueo que olfateamos a la vuelta de la esquina…
Revisando los nombres de los directorios de una cincuentena de universidades privadas a lo largo de Chile, (de esas que nacieron al alero de las ultrapermisivas leyes pro empresariales de Pinochet), me he llevado la sorpresa de ver que casi todos los nombres de los directores se suelen repetir, y no sólo eso, sino que casi la totalidad de esos nombres corresponden a entusiastas asesores, subsecretarios y ministros de la dictadura pinochetista.
Quienes conocemos el trasfondo del funcionamiento de estos antros, sabemos que sólo son las coloridas puntas de iceberg de inmensas inmobiliarias que eluden impuestos al amparo de esa cara bonita, que por lo demás, de universidades tienen bastante poco.
Es sólo un dato más, fácilmente corroborable.
Un pequeño apunte al último párrafo de Jorge
«Personalmente, mi postura va encaminada a dejar en pie una educación estatal fuerte y centralizada, con contenidos acotados y relevantes y financiada íntegramente por el Estado, y por otro lado, toda la educación privada que quiera proseguir o crearse en el camino, pero con cero dinero del Estado.»
es que estoy de acuerdo con UNA salvedad: que el gobierno dé fondos extra a aquellas instituciones, privadas o públicas, que puedan demostrar que sus estudiantes saben más y hacerlo por medio de pruebas efectivas, objetivas e independientes, p.e. con un examen standard internacional. Lo hacen los estudiantes de la Unión Europea y por eso aunque en España el gobierno de turno, de derecha o de izquierda, diga misa gregoriana A LA VERDAD ME REMITO les gritan los resultados de los exámenes «de salida» de la secundaria o de entrada a la universidad: los últimos de la Europa occidental, los más… «P y yo (estoy pensando en el Nóbel del poeta Juan Ramón Jiménez y en su obra).
Claudio, tal parece que destapaste un avispero.
Alex: conozco a Fernando Flores. La vez que conversamos dio rienda suelta a su prepotencia y soberbia porque no le gustaron mis preguntas. Hasta soltó uno que otro improperio y después dijo que todo era una broma. También conozco a varios de sus discípulos, personas muy respetables. Aseguran que este ex izquierdista practicamente les salvó la vida y los ayudó a ser exitosos en sus negocios. No tengo porqué no creerles, más aún si han desembosado cuantiosas sumas de dinero para recibir sus pachotadas en centros de eventos con cóctel incluido.
Tomaré tu sabio consejo y comenzaré a escribir como dices, pero te advierto que si eres el único que me lee, pensaré que estás mandatado por Flores para perjudicarme. y eso no lo perdonaré.
Hola muñeco,
Leí tu artículo. Si el gran Farkas hubiera sido Presidente, nada de ésto hubiera pasado. Me encantaría ser Ministro de Cultura o agregado cultural de un posible gobierno de él. Mi admiración va hacia Farkas. De verdad.
Por lo visto, Alex, te fascina la reforma de Piñera. Me alegro por ti, de veras. Yo no puedo decir lo mismo, aunque quisiera. Me acuesto todos los días rezando para creerle al Presidente y no puedo. Él tampoco me ayuda demasiado con su conducta. Si quieres hablar de Bachelet, hazlo. Argumentos en contra de ella te he leido no una sino decena de veces y en diferentes posteos. De seguro, como líder de opinión te resulta desprestigiarla. Ella tendrá su equipo de abogados para que la defienda. Yo no trabajo gratis.
Finalmente, Alex, reivindico mi derecho a panfletear en contra de un reforma que estoy seguro -sin necesidad de ser astrólogo- no será tan efectiva ni letal como la de ese Presidente que gobernaba con gorra y capa cuando los dos éramos felices e indocumentados.
Un abrazo, amigo.
Amigo Claudio, las gallinas todavía no mean.
Tengo una imagen del exsenador Flores buena. Por razones familiares, un pariente cercano lo conoce desde la universidad y todo lo que he escuchado de él ha sido bueno. Por otra persona, también cercana, que asistió a sus charlas y que tiene un espíritu muy crítico y no es de derecha tengo la mejor impresión de su trabajo. Como me gusta la computación he seguido muy de cerca su trabajo con el coordinador. También tuve acceso al trabajo que hizo durante la unidad popular y su plan para administrar las empresas del estado desde un sólo punto informático. Adelantado a su tiempo en unos 25 años.
Flores era tan pobre que se duchaba con la ropa puesta para ahorrar en detergente y plancha. Se fue exiliado y se hizo millonario…
No le compro todo lo que vende, puesto que como pequeño empresario soy desconfiado.
Pero si como tu dices «sospechosamente» la reforma de Lavín se parece a lo que Flores proponía. Pues estoy de acuerdo. Debe tener al menos un 60% de cosas buenas contra el 80% de lo actualmente que todos reconocemos malo.
No hago clases, no soy experto, simplemente leo…y tengo memoria. Estudié en colegio público antes de la dictadura y durante… Fui a la universidad en dictadura. Pagué por mi educación y hoy pago impuestos y no me gusta que mi trabajo se guarde en un closet en formato libro de discursos o se lo tomen un fin de semana en Cerro Castillo como me consta que ocurrió durante el periodo de la doctora…
No se si la reforma de la derecha es buena. No tengo las herramientas ni la bola de cristal para saberlo. Pero veo a gente haciendo cosas, no en comisiones ni discurseando desde la comodidad de su escritorio.
Si quieres hacer panfletos, es tu opción. Pero yo al panfleto que veo le respondo a la altura, es mi derecho.
Por último sé que a algunos los entretengo porque me escriben diciéndolo, quizás agradecería que fuera público… pero cada uno en lo suyo.
Sugiero… sugiero menos panfleto, menos adjetivos (des)calificativos y mejores argumentos.
Cordialmente.
Su servidor.
A veces uno empieza una lectura y a medida que los ojos van recorriendo el papel, no solo lee hacia abajo sino que termina mirando casi el suelo.
Me gusta mucho leer a personas que piensan distinto, pues de esa manera puedo argumentar. Pero cuando lo que uno lee, no es más que una repetición de consignas, y que solo se argumenta desde la base de adjetivos (des)calificativos, pues nada queda.
Todos en Chile sabemos que la educación es nuestro gran problema. No para crecer, ni para vender más. Sino porque nuestros jóvenes se han convertido, por obra y gracia de la izquierda que nos ha gobernado en los últimos dos decenios, en unos consumidores de zapatillas de marca y con suerte en televidentes.
Este análisis, repetido hasta el cansancio, sacado a la luz por gigantescas comisiones, de expertos muy bien pagados hay que decirlo. pareciera que a la vista de algunos, tuviera una sola solución.
Que el estado se haga cargo. Se haga cargo de la educación, de la salud, de las apuestas, de la vivienda, de… un largo etc. Fórmula aplicada en algunos países con muy malos resultados y cuyos gobernantes han dicho que ni a ellos ya les sirve.
En ese contexto, el gobierno elegido por la mayoría de los chilenos propone su solución. Un gobierno que lleva apenas unos meses, que tenía un proyecto preparado cita a algunos expertos, incluyendo gente de oposición y lo somete al congreso para que se discuta, se apruebe o rechace.
Y entonces, algunos iluminados, como el autor del post, descubren que todo esta mal porque un exallendista esta detrás de esta conjura derechista para sumir en la ignorancia a nuestros niños… El autor, dictando cátedra en adivinación y cartomancia es capaz de enunciar los resultados de una medida que ni siquiera ha sido llevada a cabo, puesto que está en discusión en el parlamento y aún cuando se llevase a cabo como está, lo más probable que el resultado sea mejor que lo que tenemos.
El autor habla del chantaje de la eficiencia. Yo me pregunto y el chantaje de la ineficiencia será mejor entonces.
Que fome que se mencionan hechos como el libro de Lavín, una situación que ocurrió cuando yo era chico (lo que es mucho decir). Si hablamos de eso, entonces mencionemos algo más cercano, la impresión de los discursos de la señora Bachelet que ni siquiera habían sido distribuídos y los guardaron en una bodega y que salieron harto más caros.
Me parece que este artículo es de lo peor que he visto sobre este tema, no solo no es un aporte, es casi un panfleto. Como ignorante en el tema educativo, como en muchas otras cosas, me parece que hubiera esperado algo más del autor.
Por cierto, mi comentario hubo de seguir el estilo impuesto desde arriba.
Mis respetos.
Chile: Por un futuro con amnesia y exitismo http://t.co/slh4XIX via @hispanicla
El gran tema, sin embargo, y que es la madre de todos los problemas, es el saco roto de los colegios particulares subvencionados, verdaderas gallinas de huevos de oro, y a quien nadie, ningún gobierno, ha sido capaz de quitarle ni siquiera una plumita, sabiendo como lo sabemos todos, que en la gran mayoría de ellos los cuantiosos fondos fiscales pasan directo a engrosar las cuentas corrientes de los dueños y sostenedores. He visto el robo descarado en tantas partes,y siempre a costa de los niños más desfavorecidos, que siento una profunda repugnancia hacia estos antros. Se me podrá replicar que a muchos, quizás la mayoría de ellos les va mejor en los exámenes que miden la calidad de la educación, respecto a los colegios públicos, y que por añadidura cada año llegan muchos miles de nuevos alumnos provenientes de los colegios fiscales. Pero ese es otro problema que tiene que ver con la incapacidad, la ausencia de pantalones y la falta de voluntad política de los sucesivos gobiernos para quitarles el control educacional a las municipalidades y crear una educación oficial de alta calidad, bajo control directo del Estado y en manos de muchos expertos ministeriales con amplio margen decisional.
Pero ahí interviene el temor de los grupos más reaccionarios, siempre temerosos de la orientación que le puedan dar a la educación los hipotéticos gobiernos de izquierda que vengan en el futuro, y que esas orientaciones les hagan perder el control político, económico y moral sobre la población.
Personalmente, mi postura va encaminada a dejar en pie una educación estatal fuerte y centralizada, con contenidos acotados y relevantes y financiada íntegramente por el Estado, y por otro lado, toda la educación privada que quiera proseguir o crearse en el camino, pero con cero dinero del Estado.
Siempre es bueno un aire fresco de optimismo y buenos deseos para nuestro país, Maria Eugenia. Muchas gracias. Siento un profundo interés por esos modelos europeos que mencionas, donde se fusionan lo más granado del capital y el socialismo. La duda que me asalta, a estas alturas del partido, es si podrá superar la crisis el estado de bienestar tan bien representado en Europa. Si es así, María Eugenia, tendremos un respiro.
Das un buen análisis, como siempre Claudio, de la trayectoria chilena de un problema o aspecto de la vida política de tu país, donde entre las muchas variantes siempre hay el elemento de concertación («por la razón o por la fuerza» creo que es el lema de las fuerzas armadas chilenas), un Lastarria que sigue la opción moderada de su maestro Bello, un socialismo moderado y modificado tras la debacle polar de Allende/Pinochet, en dúo inseparable, una sólida economía de crecimiento moderado pero siempre positivo, un orden. El equipo concertado por Piñera parece reflejar ese eclecticismo pragmático y sus resultados serán buenos, moderadamente buenos.
Les conviene a los chilenos cultivar sus relaciones con Eurasia y, por supuesto, con sus vecinos sudamericanos y, en este último caso, suplir lo que les falte a éstos, cosa árdua de dictaminar, por cuanto son un grupo muy heterogéneo en todo sentido. Chile es un estilo curioso, uno que usa la pasión y enorme espíritu, el valor grande de los chilenos, y lo «sabe» (en intento al menos) encauzar hacia el beneficio de la mayoría. Que redunden en bienestar general estas reformas educativas de manera que al grueso de los chilenos se les traduzcan en mayor equidad y una vida más satisfactoria.
Los modelos neoliberales de USA son de temer. Un 1% se gradúa de universidades al tope de la tecnología y la finanza, llenas de extranjeros que después de graduados vuelven a China o adonde sea llevándose el know how del país. Un 1% de USers son dueños de más riqueza que el 90% de la base de la pirámide social: desproporción sólo igualada en lugares como Honduras y el Congo. La mayoría de los estudiantes de USA que se gradúan del High School (secundaria) no pueden/saben escribir en letra cursiva, teniendo que usar letras de molde. Para ellos, preparan los billonarios como Gates y sus fundaciones un modelo «educativo» cada vez más cercano al Pitecanthropus Erectus (no me refiero a Berlusconi) y al modelo Neo-Plantacionista que tanto añoran. Me explico: que sepan meter datos en una data base, o vender una hamburguesa en McDonalds.
Sigo pensando que el modelo de la democracia alemana, mixtura de capitalismo y socialismo, es el mejor y que la idea de que Alemanis se acerque a Rusia y crear un mercado cuyo eje se extienda desde Lisboa a Vladivostok es tan buena como la que tuvo el canciller Adenauer en crear la Unión del Acero entre Alemania y Francia, tras la II Guerra Mundial, paso previo al Mercado Común Europeo y a la actual Unión Europea.
Que Chile, sin olvidarse de Venezuela o de Argentina y Brasil, que Chile vaya preparando sus pasos, ahora que su nombre está en alto gracias a los mineros y a los escritores, hacia un estado asociado de la Unión Eurasiana. Y Dios los bendiga por siempre.
María Eugenia