De nuevo la policía de Los Ángeles (LAPD) nos lleva a incidentes de brutalidad que no corresponden en una sociedad civilizada. Rampart, Rodney King y muchos otros ejemplos marcan de vergüenza a esta institución cuyo lema es “to protect and to serve”, pero que a veces abusa, roba, tortura y asesina.
El video, filmado por un vecino en Boyle Heights, Los Ángeles, muestra un hombre que es arrestado por dos policías del LAPD. Ocurrió el 27 de abril, frente a la iglesia God of Prophecy. El detenido, supuestamente un ´homeless´ que fue reportado por traspasar, cumple con la orden de poner las manos atrás. Pero inexplicablemente, el oficial le tira una trompada a la cabeza que instintivamente hace que el agredido se incline para adelante con la intención de protegerse. Si bien las trompadas y los insultos siguen volando, el hombre nunca se defiende. Nunca levanta los brazos. Nunca resiste.
En el fondo se siente el ladrido de los perros como denunciando la infamia de lo que ocurre. La otra policía se mantiene cercana, en posición de alerta, y no hace nada para detener la agresión que se está perpetrando. Llegan otros oficiales de policía y el video termina.
Lo que no termina es esa sensación de vulnerabilidad, injusticia, que dejan esos 50 segundos de brutalidad. La cobardía de los que se esconden detrás de un uniforme, no puede ni debe ser ignorada. Se merecen un castigo ejemplificador. Tanto para el oficial que abusa como para la agente que no interviene.
