Existe una rama de la arqueología que estudia el lenguaje y el alfabeto de nuestros antepasados.
Alfabetos: qué son
Lo que sabemos es que las lenguas antiguas o proto lenguas, (100.000 a 50.000 años A.C.), se formaban de pinturas que representaban animales, personas en actitud de caza o simplemente manos.
Este lenguaje simbólico con los milenios se transformó en ideogramas, que representaban conceptos o ideas en forma sintética, y que eran acompañados de un sonido determinado para cada imagen.
Incluso en la actualidad existen culturas como la china, la japonesa o la náhuatl, que mediante ideogramas representan palabras o ideas completas.
Algunos lingüistas sostienen que el lenguaje en la actualidad se vincula con los ideogramas, ya que los emoticones transmiten ideas o sentimientos completos.
Escritura hierática
Hace más de 9.000 años en tierras de Egipto, aparecieron los primeros ideogramas tallados en piedra, llamados “jeroglíficos”, con escenas de la interrelación de los humanos con los dioses.
En los dos milenios siguientes se intento pasar de la piedra al papiro o cuero, pero para ello necesitaron simplificar estos jeroglíficos distribuyendo estas imágenes en 22 símbolos que representaban “silabas”, que al combinarse entre sí formaban ideas o palabras. Esto se denominó Escritura Hierática, que permitía a los escribas plasmar en forma rápida las ideas en los papiros.
Luego de algún milenio las silabas resultaron en símbolos únicos. Cada uno respondía a un sonido, creando lo que hoy conocemos como “letras”, un sistema aparentemente «alfabético» conocido como Escritura Proto Cananea.
Las idea de combinar letras para crear palabras provoco una revolución en las comunicaciones escritas que cambio el curso de la historia, solo comparable a la imprenta o la tecnología.
Escritura cuneiforme y fenicia
Mientras esto ocurría, en la Mesopotamia, hace más de 7.000 años, surgía la Escritura Cuneiforme utilizada por los Sumerios, con símbolos que en poco tiempo configuraron las lenguas semitas, fundamentalmente el árabe y el hebreo.
Por su parte los Fenicios (Semitas Cananeos) tomaron la escritura Proto Cananea y la sintetizaron, creando la Escritura Fenicia, dando origen a la primera escritura fonémica conocida. Contenía solo 24 letras distintas, y creó un lenguaje simple para que lo aprendieran los comerciantes. Las letras fenicias al ser fonéticas podían utilizarse para escribir muchos idiomas diferentes.
Los fenicios eran grandes comerciantes; colonizaron casi toda la costa del Mediterráneo, cuyos centros comerciales adaptaron su lenguaje original a la fonética fenicia.
Alfabeto griego y latino
En Grecia la escritura Fenicia se modificó para añadir vocales. Para ello transformaron algunas consonantes ya existentes y que no representaban sonidos, como alpha, epsilon, iota, ómicron y upsilon en A, E, I, O, U, dando origen al primer alfabeto. Esto modifico el concepto de escritura, situación que hizo que muchos alfabetos evolucionaran a partir de este cambio.
El alfabeto griego fue trasladado por los colonos griegos a la península italiana, creando una variedad de alfabetos utilizados en las lenguas itálicas.
Uno de ellos fue el alfabeto etrusco, el de un pueblo originario de la región de Etruria (actuales Toscana, Lombardía y Véneto) que, en el siglo VIII a.C., recibió la influencia del antiguo alfabeto germano, creando el Alfabeto Latino, así llamado por provenir de la región del Latium.
Este alfabeto se extendió por toda Europa, a medida que los romanos expandían su imperio. Luego lo adoptó la Iglesia Católica, quien le dio la fuerza necesaria a pesar de la caída del Imperio Romano para seguir desarrollándose. De este alfabeto deriva la mayoría de las formas de escritura actuales.