Con tres velas
Con tres velas blancas blancas blancas
con tres cruces de ceniza negra negra negra
mi madre sola sola sola
con tres padre nuestros
y tres avemarías
aquietaba la tormenta
disipaba nubarrones.
Con tres velas blancas blancas blancas
con tres cruces de ceniza negra negra negra
ven hoy madre con todos todos todos
con los que están y los que se fueron
y con tres avemarías
y con tres padrenuestros
calma las tormentas de mi alma
aclara estos nubarrones que ciegan mis caminos.
Y éramos libres
Frases vacías,
mecanizadas.
Atornillada sensación
calculada
en pensamientos desechables.
La vida se pierde
triturada en una máquina.
La alegría y el encanto
asfixiados por susurros de metralla.
Y todo perdió sentido.
Todo perdió gracia.
En frascos de vano lustre
arriban hoy los colores y los días.
La soledad y el vacío
lo abarcan todo.
Y éramos libres,
libres,
como
un
hombre
solo,
en el
centro
de la
tierra.
Sobre Cartas de las distancias
Cartas de las distancias son poemas que han estado deambulando por mucho tiempo entre mis carpetas. Son poemas volanderos, como esas hojas de otoño que el viento arrastra de un lugar a otro, y que no conocen su destino final.
Muchos de estos poemas han sido leídos en tertulias, librerías, parques a través de los años, y recibieron críticas encomiables por parte de amigos, y amantes de la poesía.
Hoy estos poemas han encontrado su destino. Están aquí para tu disfrute, para que experimentes el mismo deleite o desazón que provocó escribirlos.
Tú eras el destino de estos poemas que hoy se desnudan ante tus ojos. Buscaban un lector que los acogiese en su corazón y sus estantes.
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