¿Por qué José? ¿Por qué Saramago?
Existen momentos en los que las palabras no abarcan, ni comprenden, o ni siquiera soportan la coincidencia; es allí, desde aquel lugar en el que nace la inspiración, donde confluyen los espíritus, donde se comprenden las esencias. De este modo conectamos con los grandes, a través de sus textos y más allá de ellos, porque eligen las palabras adecuadas como manjares exquisitos de alta cocina, y en nosotros se encuentra la responsabilidad de apreciarlas, de cuidarlas, de alimentarlas… A aquel lugar del que os hablo, a ese [bctt tweet=»la inspiración vive en un valle… » username=»hispanicla»]valle en el que habita la inspiración, retornan los que, como tú, querido José, os debéis al arte.
Más que tristeza, hoy, siento un enorme agradecimiento: el que eternamente te entregarán mis ojos mientras lean tus libros. Porque leerte es aprender de ti, y más allá de ti, y también contigo. Recuerdo aquel día en que cerré mis ojos para observar tu mundo ensayado y ciego, o aquel momento en que cerré la puerta de la tradición para imaginar tus propuestas, creadas por una búsqueda incesante, atravesadas por la daga de la intemporalidad y la revolución. No me planteo si comparto o no tus opiniones, porque la forma, a veces, cuando está completa de arte, sobrepasa el fondo de las controversias.
No me pregunto ¿por qué tú?; ¿por qué la literatura?, debería preguntarme entonces.
Allí también, allí donde nace la admiración crece la poesía, y desde allí te digo “Gracias José”, en mi recinto de inspiración siempre existirá un lugar para beber de ti.