Estados Unidos, China, India, Brasil, practican una política económica con visión planetaria sin olvidar los propios intereses nacionales. En cambio Alemania y Francia están muy lejos de ello
Al finalizar el encuentro, las bocinas de los coches, los cánticos de “A por ellos oooooeeeeee, a por ellos”, el ondear de banderas y las caras embriagadas de alegría volvían a ocupar las plazas y calles de las ciudades durante dos horas desiertas y en silencio.
A la hora de redactar estas líneas, bien entrada la madrugada, la fiesta se ha corrido por las calles, los bares han echo su agosto y la gente, por primera vez desde que empezase el Mundial, se ha marchado a casa a gusto, que no feliz.
Recuerdo aquel día en que cerré mis ojos para observar tu mundo ensayado y ciego, o aquel momento en que cerré la puerta de la tradición para imaginar tus propuestas, creadas por una búsqueda incesante, atravesadas por la daga de la intemporalidad y la revolución.
Las personas que reúnen los requisitos para recibir la vacuna contra el coronavirus nos dicen que se están topando con barreras que están diseñadas en los mismos sistemas destinados a atender a las personas con mayor riesgo de morir por la enfermedad. Tenemos previsto continuar el seguimiento de estos obstáculos.
La prioridad en vacunar es para trabajadores sanitarios, mayores de 65, docentes y trabajadores de los servicios de emergencias, alimentación y agricultura.
Estados Unidos, China, India, Brasil, practican una política económica con visión planetaria sin olvidar los propios intereses nacionales. En cambio Alemania y Francia están muy lejos de ello
Al finalizar el encuentro, las bocinas de los coches, los cánticos de “A por ellos oooooeeeeee, a por ellos”, el ondear de banderas y las caras embriagadas de alegría volvían a ocupar las plazas y calles de las ciudades durante dos horas desiertas y en silencio.
A la hora de redactar estas líneas, bien entrada la madrugada, la fiesta se ha corrido por las calles, los bares han echo su agosto y la gente, por primera vez desde que empezase el Mundial, se ha marchado a casa a gusto, que no feliz.
Recuerdo aquel día en que cerré mis ojos para observar tu mundo ensayado y ciego, o aquel momento en que cerré la puerta de la tradición para imaginar tus propuestas, creadas por una búsqueda incesante, atravesadas por la daga de la intemporalidad y la revolución.