Es difícil de definir. Nosotros, los que podríamos entrar en esa categoría, no nos ponemos de acuerdo. Durante este Mes de la Hispanidad hemos tenido conversaciones muy intensas, a veces hasta existencialistas, de quiénes somos, de dónde venimos y qué nos depara el futuro.
Una identidad que no puede encasillarse
Para algunos jamás habrá un equilibrio en la balanza de historia y la ascendencia. Ser hispano, latino, latine o latinx es sinónimo de un trauma histórico y colectivo o la opresión sistémica. Para otros representa el júbilo del mestizaje, las raíces de la fe y la esperanza de una fusión de todo que evoluciona, vibra y arrasa. Hay pocos puntos medios, como en todo. La identidad no se puede encasillar en las categorías de raza o grupo étnico. Es más complicado.
Esta complejidad ensancha brechas. Tenemos demasiadas capas que se pelan principalmente cuando se ponen a prueba de fuego. Las elecciones, por ejemplo. Las votaciones, de cualquier lado de la frontera, son pequeños sismos que hacen los abismos más grandes y, en sociedades tan polarizadas como la nuestra, provocan barrancos ideológicos. Y nosotros, los latinos, hispanos, latinxs y demás, somos un puente colgante que se mece por los ventarrones de opiniones, las cuerdas de la propaganda y la astucia de los más fuertes. Somos también un monzón.
¿A quién apoyará el voto latino?
El 2024 será un año complicadísimo. Nos preparamos para dos elecciones parteaguas: El tsunami de Trump en las presidenciales estadounidenses y la compleja composición política de un México que se prepara para elegir a la que podría convertirse en la primera presidenta de la República. Dos contiendas paralelas que para los paisanos se convierten en líneas perpendiculares.
El voto latino apoyará a todos, claro, porque no somos un monolítico. No nos mueven las mismas ideas ni pasiones, porque -como dirían en mi pueblo- hay un santo para cada parroquia y nadie nos puede obligar a escoger partido. Hay, al menos, uno para cada uno.
¿Por quién votarán los mexicanos en el exterior? Pues por quien les dé la gana. Porque unos huyeron de la corrupción y los otros migraron con privilegios. Porque la motivación es distinta, a veces rancia y otras temporal. Nadie nos encasilla y por eso pocos nos entienden.
¿Votaremos por lo mismo? ¡No! Ni por los mismos.
Maritza L. Félix es una periodista, productora y escritora independiente galardonada con múltiples
premios por sus trabajos de investigación periodística. Es la fundadora de Conecta Arizona, la
productora del podcast Cruzando Líneas y la coproductora y copresentadora de Comadres al Aire. Es
becaria Senior programa JSK Community Impact de Stanford, The Carter Center, EWA, Fi2W, Listening
Post Collective, Poynter y el programa de liderazgo e innovación en periodismo de CUNY, entre otros.