En todo el mundo se señaló el Día Internacional de la Mujer, reconocido por Naciones Unidas en 1975.
Para muchas, este 8 de marzo llegó con una sensación de decepción e ironía.
En un día tradicionalmente destinado a celebrar los logros de las mujeres y la reducción de la brecha de género, no hay nada que celebrar.
Entonces, si no se celebra, se lucha.
La vida de millones de mujeres en nuestro país ha empeorado desde que la pandemia cerró la economía hace un año. Y más allá de nombramientos y honores a individuos como la vicepresidenta Kamala Harris, las mujeres siguen siendo discriminadas en numerosos ámbitos.
Y este año, el del COVID-19, hemos visto un retroceso adicional en la situación de las mujeres en Estados Unidos.
El año empezaba con una mejora. En enero, el departamento de Trabajo señaló que más de la mitad de los empleos en el país estaban siendo ocupados por mujeres, especialmente en cuidado de la salud. Era un logro. Pero duró muy poco.
En 2020, las mujeres perdieron una cantidad neta de 5.4 millones de puestos de trabajo durante la recesión, un millón más que los hombres. La mayor parte de las pérdidas fueron de mujeres afroamericanas, latinas y asiáticas americanas.
Quienes ya enfrentaban dificultades antes de la pandemia, son las más afectadas por esta crisis. Ya de por sí, ganan 77 centavos por cada dólar que gana un hombre.
La inacción del gobierno de Donald Trump y la parálisis del Congreso en ayudar a las familias del país a remontar las dificultades podría crear un daño duradero para las carreras de las mujeres en esta crisis.
No solo eso.
El aislamiento propio de la pandemia se reflejó en aumentos en la violencia doméstica. Los números oficiales enmascaran una realidad aún oculta, en donde muchas más mujeres de lo denunciado son víctimas tras las puertas del hogar.
La cultura machista, que ha llevado a los extremos inenarrables de feminicidios en varios países del continente, Argentina, Colombia, México, entre otros, sigue desenfrenada y en la mayoría de los casos, impune. 14 de los 25 peores países para la mujer están en América Latina.
Y los estragos y trastornos causados por el cambio climático afectan especialmente a las mujeres latinas y afroamericanas. El 80% de las personas desplazadas en todo el mundo por el cambio climático son mujeres.
En todos los niveles, debemos reconocer este retroceso y apoyar medidas para revertirlo.
Un paso adelante fue el establecimiento, por el presidente Biden y ayer mismo, de un Consejo de Política de Género que le reporta directamente. Pero sin decisiones palpables, sin las ideas y el empuje de organizaciones populares para mujeres, lo que existe de buena voluntad se va a diluir. Esperamos que tenga atribuciones, influencia y poderes en la práctica y que no quede como otro comité más, sin soluciones a problemas tales como la desigualdad en la compensación.
Para que en el próximo Día Internacional de la Mujer podamos saludar logros y adelantos reales para las mujeres, que son los logros y adelantos de toda nuestra sociedad, es necesario concientizarnos de la urgencia en avanzar.
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