Andrea siente una pena muy grande por la mujer pordiosera, que pide limosna en la estación de 116th Street. Cada vez que se sube, la mujer, arroja un grito desgarrador que se escucha hasta el Japón y grita: I am hungry, Oh God! Ahí viene Ana y le da dos dólares. Le quedan ocho.
No tiene nada contra el Moreno que se sube en 103 Street Station, tampoco en contra del VietNam veteran que se sube a pedir en la 79 th Street Station, ni de los cantantes mariachis que se suben a cantar rancheras en Columbus Circle.
Pero la mujer pordiosera desgreñada grita como que va a parir y le roba el corazón . Claro, Tara Ridley, la madre de Precious, que canta I will survive en la 34th pide y canta. Pero por lo menos Ridley no tiene tanta mala pata. Su hija se acaba de hacer famosa y aparece con Martha Stewart en las revistas de celebrities.
Es la mujer flaquísima, desgreñada, no tiene nada. Se le nota.
Uno de esos días Andrea abre su cartera y deja entrever sus cigarros para darle limosna a la mujer de la voz desgarradora. Se los pide. Andrea , que está buscando dejar de fumar, le dice que no puede. No es ético. La mujer toma los dos dólares que le ha dado Andrea y le dice “te los compro”.