La oficina del censo de Estados Unidos dio a conocer en estos días los primeros importantes resultados del conteo de población que se efectúa cada década en todo el país.
Al primero de abril, nuestra población era de 331,449,281 personas.
California (por primera vez en sus 170 años de historia) y Nueva York, Michigan, Ohio, Pennsylvania, y West Virginia perdieron cada uno un escaño en su representación en la Cámara Baja.
En cambio, Texas ganó dos escaños y Florida, Colorado, Montana Oregon y Carolina del Norte, uno cada uno.
Mientras que los altos precios de las viviendas y en general empujan a residentes fuera de los primeros, así como la caída en la inmigración desde México y otros países – impuestos reducidos y costos de vida más bajos han impulsado el crecimiento de estados como Florida y Texas.
La pérdida de escaños en la Cámara de Representantes es de enorme importancia. También significa una posible caída en los fondos federales para Medicaid (Medi-Cal en California), el programa de seguro médico para personas de bajos ingresos, así como menos dinero para carreteras, escuelas y numerosos servicios sociales que se basan en la población.
Por último, los cambios en la Cámara Baja influyen directamente en el número de electores en el colegio electoral, que determina formalmente al próximo presidente.
En general el crecimiento de la población estadounidense es el segundo más lento en la historia, después del de 1940, de solo 7.4% en 10 años.
En el ambiente político caldeado que fomentó Donald Trump durante sus cuatro años de desgobierno, el tema del censo – algo ordenado por la Constitución – se convirtió en otra arma de manipulación y ataque, especialmente contra los inmigrantes.
Así, la administración anterior acortó – algo avalado por la Suprema Corte- el plazo del censo en un mes, con la excusa del COVID-19,.
Luego ordenó preguntar a los censados si eran ciudadanos, con el ánimo de intimidar a quienes no lo son. La Corte Suprema, esta vez, previno esa violación del lenguaje
Asimismo, intentó que no se contase a los indocumentados como habitantes. Los jueces rechazaron la idea,
Y por último, Trump intentó excluir a los inmigrantes indocumentados de los datos de distribución utilizados por la oficina del censo, pero el presidente Joe Biden anuló esa orden.
Si se necesitaba una prueba de que la participación de cada persona es importante aquí está: una diferencia de solo 89 personas significó que Nueva York perdiese ese puesto. Minnesota retuvo sus ocho congresistas por un margen de 21 personas. Y Ohio perdió un escaño por solo 1,462 habitantes.
Por último uno de los datos más importantes es que el 90% del crecimiento en la población del país en la última década, fue de las llamadas minorías: afroamericanos, latinos, asiáticos y nativos americanos.
Nuestro país es por ende, más diverso y multirracial que nunca, aunque no les guste a los supremacistas blancos, ultranacionalistas y antiinmigrantes.
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