Muchas veces hemos oído hablar “que no hay formulas para el éxito”, “que nadie garantiza el éxito”, “que el éxito te llega cuando menos lo esperas”, “que cualquiera puede tener éxito” o “que el éxito es cuestión de suerte”.
La realidad es que todas estas aseveraciones son falsas y nos alejan del objetivo deseado. Hay tres personas que anunciaron las leyes que garantizan el éxito, y cada ley tiene sus propias reglas, que luego de leerlas las veremos tan obvias que nos sorprende no haberlas aplicado antes.
1-«Todo se expande hasta llenar el espacio-tiempo disponible».
Cyril Northcote Parkinson (30 de julio de 1909 – 9 de marzo de 1993), fue un agente del Servicio Civil Británico (British Civil Service), que en 1957 publico su libro “Ley de Parkinson”, donde afirma que «todo se expande hasta llenar el espacio-tiempo disponible”, y formula tres reglas importantes, pero poco difundidas:
1.»Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos».
2.»El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización».
3.» Los archivos de información se expanden hasta llenar el espacio disponible para el almacenamiento».
Esta última ley planteada para los documentos burocráticos, papelerío físicos de su época, ahora podemos trasladarla a la informática. Hoy, la compra de computadores con más memoria es incentivada por el uso de programas que usan la memoria de forma más intensiva. Se ha observado que en los últimos 5 años el uso de memoria de los sistemas se ha duplicado una vez cada 18 meses.
Por lo tanto, si deseamos incrementar nuestros resultados, y lograr el éxito deseado es muy importante que tengamos control sobre lo que hacemos.
Si controlamos los gastos, estos no se dispararán por más que aumenten los ingresos, entonces ganaremos mas.
Si establecemos tiempos, efectuaremos el trabajo en el tiempo prefijado, sobrándonos tiempo para otras cosas.
Y por último, si utilizamos la tecnología adecuada a nuestras necesidades, no pagaremos fortunas por artefactos electrónicos (teléfonos, computadoras, tabletas, filmadoras, pantallas de TV), que no utilizamos ni en el 20% de su capacidad, y que solo sirven como demostración de posición social o poder hacia nuestros semejantes.
2-“El 20% de los efectos causan el 80% de los resultados”.
Wilfredo Federico Damaso Pareto (15 de julio de 1848 19 de agosto de 1923) fue un sociólogo, economista y filósofo que realizó importantes contribuciones en el campo de la distribución de la riqueza y el análisis de las elecciones individuales. Fue el creador del concepto eficiencia de Pareto, y contribuyó con ideas como la de las curvas de indiferencia, al desarrollo de la microeconomía, y fue el autor de la teoría del 20/80.
1- el 20% de nuestro esfuerzo genera el 80% de los resultados
2- el 20% de nuestros clientes generan el 80% de las utilidades
3- el 20% de las causas provocan el 80% de nuestros problemas
En términos personales, el 80% de los pleitos se deben al 20% de las causas (“nos peleamos o discutimos siempre por lo mismo”).
La ley de Pareto dice concretamente que el 20% de nuestra dedicación produce el 80% de nuestra eficiencia. Esto significa que si tenemos una lista de diez cosas para hacer, dos de esas cosas van a tener el mismo impacto que las ocho cosas restantes todas juntas, pero el problema es que dividimos el tiempo en diez, dándole la misma relevancia a las diez. En cambio, si dividimos nuestro esfuerzo o dedicación en dos, utilizando la mitad para las ocho intrascendentes y la otra mitad para las dos realmente importantes, obtendremos hasta un 50% más de resultados positivos, o eficiencia.
Basándonos en esta ley es que debemos seleccionar lo más importante para hacer primero, y la mejor forma es preguntarse: «¿Este objetivo está en el 20% de mayor relevancia, o en el 80% inferior?»
Nadie tiene recursos ilimitados, (tiempo, dinero, amor, dedicación) y nadie puede darse el lujo de gastar o “invertir” en todo igualitariamente. Es importante asignar los recursos a lo verdaderamente importante y donde se maximice el resultado.
3- “La casualidad no existe. Toda causa tiene su efecto y «suerte» es el nombre que le damos a la ley de causalidad”.
Hermes Trismegisto es el nombre griego de un personaje que vivió en Egipto hace 4.000 años, y de allí paso a Grecia (Hermes Trismegisto significa en griego “Hermes, tres veces grande”) y es mencionado en la literatura ocultista como un sabio que trabajó en la alquimia y desarrolló un sistema de creencias metafísicas que hoy es conocida como hermética o hermenéutica. Para algunos pensadores medievales, Hermes Trismegisto fue un profeta. Sus obras pasaron de Egipto a Grecia y de allí a Roma, traducidas al latín. Es autor de la Tabla de Esmeralda, traducida del latín al inglés por Isaac Newton, y del Kybalión, un documento que contiene al conjunto de enseñanzas de la filosofía hermética, también conocidos como los siete principios de la hermenéutica.
Los siete principios, o axiomas, según el Kybalión son:
Mentalismo: Todo es mente; todo lo que creamos en la mente se creará físicamente. Todo lo que creemos que nos sucederá, bueno o malo, terminara sucediéndonos.
Correspondencia. Como es arriba, es abajo. Todo lo que le deseamos al prójimo nos sucederá a nosotros, y todo lo que hagamos por el prójimo, alguien lo hará por nosotros.
Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra. El mundo está conectado por energías. Nuestra actitud hacia los otros y hacia las cosas que hacemos será la misma energía que nos regresará.
Polaridad. Todo es doble, todo tiene dos polos, todos tenemos opuestos; todos amamos y odiamos, todos tenemos amigos y enemigos, pero los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley de causalidad, no existe la suerte o el azar, simplemente son los muchos planos de la ley de causalidad.
Género. El género existe por doquier; todo tiene su principio de fortaleza y debilidad, lo masculino y femenino; pero lo fuerte y lo débil no necesariamente tiene que ver con el sexo físico, no hay hombre o mujer, hay personas fuertes y débiles.
Gracias a estos tres genios que anunciaron las leyes o formulas que garantizan el éxito, hoy debemos cambiar nuestros mensajes:
“Existen formulas para el éxito”, “Se puede garantizar el éxito”, “El éxito llega cuanto más te esfuerzas”, “No cualquiera puede tener éxito, solamente los que tienen constancia, disciplina y actitud” y “El éxito es cuestión de suerte, entendiendo que la palabra suerte es sinónimo de causalidad”.