Blanca Carias es una trabajadora de cuidado en California que ha dedicado su vida a ayudar a los demás. Durante la pandemia, puso su vida en juego para cuidar de nuestros seres queridos cuando muchos de nosotros tuvimos que mantener nuestra distancia.
Blanca lo hizo frecuentemente sin tener acceso adecuado a un equipo de protección personal o pruebas y sin poder tomar un día libre.
Sin embargo, Blanca es miembro del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) y ha podido asegurar un salario digno de $15 por hora y la protección de un sindicato. Esto le ha proporcionado, a ella y a su familia, cierto alivio económico y estabilidad durante una pandemia mortal.
No se puede decir lo mismo de otros trabajadores de cuidado.
Nadie niega que el trabajo de cuidado directo realizado por personas como Blanca es un trabajo esencial. Diariamente, millones de trabajadores de cuidado, la mayoría de los cuales son mujeres, inmigrantes y mujeres de color, van a trabajar para cuidar de personas mayores y personas con discapacidades. Sin embargo, se les niega el salario, los beneficios y el respeto que merecen.
El trabajo de cuidado hace que el resto de la economía sea posible. En todas las conversaciones sobre el regreso al trabajo, no podemos olvidar que, sin un cuidado en el hogar para nuestros padres, hijo y seres queridos, muchas personas tienen que dejar la fuerza laboral para convertirse en cuidadores de tiempo completo.
La demanda de un cuidado en el hogar va en aumento, y sin inversión, estaremos exacerbando una escasez nacional que está sucediendo debido a la falta de salarios y beneficios adecuados.
El salario promedio de un trabajador de cuidado en el hogar es de solo $11.63 por hora, o sea cerca de $24,200 al año. Este salario deja a algunos de los trabajadores más cruciales en nuestra economía por debajo de la línea de pobreza. Las personas que cuidan de nuestras familias y de nuestros seres queridos carecen de la capacidad de pagar su propia atención médica, y con demasiada frecuencia batallan para pagar por comida, renta y más.
Las personas que necesitan cuidado, con frecuencia se quedan sin ella simplemente porque no hay suficientes trabajadores. Los trabajadores de cuidado que intentan arduamente cuidar a tantas personas como les sea posible, están tan presionados que están al límite, y simplemente están dejando la industria.
La situación solo empeorará a medida que nuestra población continúa envejeciendo. Necesitamos cubrir 4.7 millones de empleos de cuidado en el hogar para el 2028.
El Congreso puede hacer algo al respecto, y con esta medida, hacer una de las más grandes inversiones en la fuerza laboral del cuidado en la historia de la nación.
En una industria en la que el 87% son mujeres, 62% son personas de color y 30% son inmigrantes, proporcionar buenos empleos sindicalizados y con salarios dignos, impulsará a esas comunidades.
Es por eso que el Congreso debe aprobar la inversión de $400 mil millones de dólares propuesta por el presidente Biden, en mujeres que cuidan de nosotros, nuestros amigos y familias que necesitan cuidado, y un futuro más sólido.
Con esta inversión histórica, podemos convertir todos los trabajos de cuidado en un buen empleo. Podemos incrementar el salario mínimo para los trabajadores de cuidado a por lo menos $15/hora, proporcionar tiempo libre con goce de sueldo y otros beneficios, y hacerlo de tal manera que cada trabajador de cuidado a nivel nacional tenga un asiento en la mesa con un sindicato.
Una inversión en algunos de nuestros trabajadores peor pagados, será también un impulso masivo para la economía, y ninguna recuperación económica estará completa sin una inversión en el trabajo de cuidado a largo plazo. Al enfocarnos en las comunidades que constituyen la vasta mayoría de la industria, también podemos ayudar a crear una economía más justa y equitativa, una que cumpla la promesa de “Reconstruir Mejor”.
El 13 de julio, los trabajadores de cuidado en el hogar de SEIU tomarán las calles por todo el país. En ciudades grandes y pequeñas, los trabajadores saldrán a las calles para exigir que los trabajadores de cuidado en el hogar reciban la inversión que merecen.
Después de una pandemia en la que los trabajadores sacrificaron tanto, estamos cansados de sentirnos que no somos respetados. Exigimos buenos empleos sindicalizados y exigimos justicia para que podamos proporcionar el cuidado que nuestras comunidades necesitan.
Rocío Sáenz es la vicepresidenta ejecutiva del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios – SEIU. / Blanca Carias es una trabajadora del cuidado de la salud en el hogar y miembro del Sindicato Internacional de Empleados y Servicios 2015