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Sanders o Biden ¿quién ganará?

¿Quien ganará entre Sanders y Biden? Esa es una pregunta muy difícil de responder.

Hay muchos factores a considerar, y como sabemos las elecciones a veces son impredecibles. Nadie contaba con que un hombre gay ganaría la primera primaria y Pete Buttiegeg sorprendió a todos en Iowa. Bernie Sanders quedó segundo y Elizabeth Warren tercera. Luego Sanders ganó en New Hampshire y Buttiegeg llegó segundo y luego Warren. Pero Joe Biden quedó en quinto lugar.

Biden estaba liquidado

Hasta allí muchos pensaron que la carrera por la nominación demócrata seria entre Sanders, Buttiegeg y Warren. Y que Biden estaba liquidado.

Sin embargo, Iowa y New Hampshire eran estados «muy blancos» y no representaban la demografía diversa de EEUU. En Nevada, un estado más diverso étnicamente, se indicaría cual candidato tendría más apoyo a nivel nacional.

Bien, en Nevada donde se esperaba que ganara Biden, ganó Sanders. Una de las razones de su victoria fue que organizó a los sindicatos de los hoteles en Las Vegas, que son el principal motor económico del estado, y la fuerza de su clase trabajadora. También que tenía una muy buena organización de base, especialmente entre los latinos y jóvenes.

Biden llega en segundo lugar, Buttiegeg en tercero, y Warren en cuarto lugar. La opinión pública descartó a Biden y lo presentó como un cadáver político. Algunos le pedían públicamente que renunciara.

Se desploma Warren

Pero llego la primaria de Carolina del Sur y Biden ganó con 48% del voto. Sanders quedó en segundo lugar con 20%, Buttiegeg cuarto con 8% y Warren quinta con 7%. Comienza a desplomarse la candidatura de la senadora Warren y Biden agarra un segundo aire.

Al retirarse todos los demás candidatos, los votos de los moderados que se dividían entre los otros candidatos, lo más probable es que ahora irán a Biden y los de los progresistas que apoyaban a Warren irán a Sanders.

El senador de Vermont ha logrado el apoyo de los blancos más liberales, de los latinos y los jóvenes milenio. El reto para Sanders es ampliar su base electoral, ya que estos dos segmentos del electorado no votan de acuerdo a sus números. Me explico: los latinos y los jóvenes son menos propensos a votar. Mientras, los afroamericanos, por su historia de conquista de derechos civiles, entre ellos el voto, sí lo hacen en bloque. Así, su base electoral es más efectiva.

También los blancos mayores de 60, un segmento de la población que tiende a ser más moderado y especialmente más conservador, también votan religiosamente.

Primarias decisivas

Las próximas primarias importantes son este 10 de marzo en Idaho, Michigan, Mississippi, Missouri, Dakota del Norte, Washington. De este grupo Michigan es el estado más importante con 125 delegados, seguido por Washington con 89 delegados y Missouri con 68.

El ex vicepresidente Joe Biden gano de forma categórica en 5 de los 6 estados donde hubo elección este pasado 10 de Marzo: Michigan, Idaho, Missouri, Mississippi y Washington. Y el senador Bernie Sanders solo logra ganar en Dakota del Norte.

Luego las siguientes primarias en importancia son el 17 de marzo en Arizona, Illinois, Ohio y Florida. El estado más importante en esta ronda es Florida con 219 delegados, seguido de Illinois con 155 y Ohio con 136.

Hay que considerar que las primarias son como una pelea de boxeo olímpico, en la cual se van acumulando puntos, es decir delegados.

Son 3979 delgados los que votaran en la convención en Milwaukee en el mes de julio. Para obtener la nominación presidencial, el candidato debe acumular al menos 1991 delegados comprometidos. Hasta ahora Biden tiene 613, Sanders 543, Warren 72, Bloomberg 60, Buttigieg 26, Klobuchar 7, Gabbard 2. Ya sabemos que los candidatos que se retiraron y anunciaron su apoyo a Biden, seguramente pedirán a sus delegados que voten por el vicepresidente de Obama.

Como el boxeo olímpico

Pese a haberse retirado de la contienda, la senadora Warren con sus 72 delegados, y millones de seguidores, será un factor importante en la convención. Seguramente tendrá un lugar prominente entre los oradores principales. Aunque en su anuncio de retiro, declinó apoyar a un candidato, se espera que lo haga pronto, si quiere mantener su influencia.

La importancia política de Warren se puede desvanecer en esta primaria en la medida que uno u otro candidato obtenga una ventaja más clara. Aunque la senadora puede repetir lo del 2016 donde decidió mantenerse al margen y no apoyar ni a Sanders ni a Clinton, algo que la ayudó a aumentar su prestigio como pensadora independiente.

Otro elemento a considerar en lo que queda de primaria, es el rol de los súper delegados, que son líderes del partido y que no están obligados a votar de acuerdo al resultado de las primarias en sus estados respectivos. Tienen la potestad de votar por el candidato de su predilección.

En la primaria del 2016 entre Sanders y Clinton, casi todos anunciaron muy temprano en el proceso que votarían por Clinton. Los medios sumaron esos súper delegados a la cuenta total de Clinton, sin hacer la diferencia si eran súper delegados, o delegados adjudicados como resultado de las primarias en cada estado. De esa manera dieron la impresión de que Hilary llevaba la delantera en las primarias desde el inicio.

Vuelven los súper delegados

Esto fue muy criticado. Se acuso en aquel entonces al Comité Nacional Demócrata de ventajista y de mostrar preferencia por Clinton. Para la Convención Nacional Demócrata en esta ocasión asistirán 771 súper delegados, pero el partido cambio las reglas precisamente para no dar la impresión de ser ventajista. Los súper delegados no participarán en la primera ronda de votos en la convención.

Solo si se diera el caso de que en la primera ronda de votación ninguno de los dos candidatos alcanzara los 1991 votos necesarios, en la segunda ronda sí podrán participar los súper delegados. Solo que entonces el número mágico para alcanzar la nominación no será 1991 sino 2375.

En febrero se decidió el 3.9 % de los delegados. En el Súper Martes el pasado 3 de marzo se decidió el 34.1% del total. Y en lo que resta de marzo se decidirá otro 27.4%. En abril 21.5%, en mayo 7.5% y en junio 5.6%.

Es posible que no se decida un claro favorito. Y existe la posibilidad de una convención dividida, y que sean los súper delegados los que decidan la identidad del nominado.

Convención dividida es fracasar

De ser así, los demócratas estarían casi asegurando la reelección de Donald Trump.

Una alta funcionaria del ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, antes de las elecciones del 2016, me preguntó quién yo pensaba que iba a ganar. Le conteste que muy probablemente Hilary Clinton. Yo seguía casi todas las encuestas nacionales e internacionales. Y leía los reportes de los analistas de la dirección general de América del Norte de la Cancillería, en la cual en ese entonces me desempeñaba como director general.

Pues bien, todos los informes y análisis estratégicos vaticinaban una victoria para Clinton. Pero esta funcionaria me dijo con seguridad: “va a ganar Trump”.

La noche de la elección en noviembre del 2106 asistí a un evento organizado por la embajada estadounidense en el Hotel Eurobuilding de Caracas. Le pregunté a un funcionario diplomático de alto rango de la embajada, mientras este miraba fijamente los resultados en una pantalla quién pensaba que iba a ganar. Su respuesta fue: “aun es muy temprano para saberlo, pero veo los números en algunos estados que me preocupan”. No me quedé en el evento mucho tiempo.

Cuando llegue a la residencia donde vivía, en la popular parroquia de La Pastora, muy cerca del palacio presidencial de Miraflores, vi las noticias del anuncio de la victoria de Trump en la cadena CNN.

Recordé la cara de preocupación del diplomático, lo que me indicó que ni los diplomáticos de carrera estadounidenses querían que ganara Trump. Esto fue confirmado despues por el alto número de renuncias y peticiones de jubilaciones tempranas en el departamento de estado durante los dos primeros años del gobierno de Trump.

Trump lleva la ventaja

Lo cierto es que esta alta funcionaria de la cancillería venezolana que recibía y leía los mismos informes que yo leía, estaba en lo correcto, y tenía una fuerte intuición política.

Al inicio de la campaña por las primarias demócratas, mucho antes del primer caucus en Iowa, me atreví a vaticinar en varios grupos de WhatsApp, que los dos finalistas para la nominación serian el ex vicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders. Ahora, a pesar de que Biden haya ganado en 10 estados y Sanders solo en cuatro, y aunque Biden lleve la ventaja en el numero de delgados adjudicados, (664-573), es muy temprano para descartar totalmente a Sanders. De la misma forma que muchos analistas y medios de comunicación, descartaban a Biden apenas hace unas semanas.

[bctt tweet=»Trump enfrentará a un contrincante que vendrá de ganar una pelea por puntos, un rival muy aporreado, con contradicciones internas y una base dividida / Ricardo Moreno » username=»hispanicla»]

Serán los votantes demócratas, en los estados restantes, quienes decidan a quién lanzaran al ring contra Trump. Los vientos electorales soplan a favor de Biden impulsado por el voto afroamericano, pero vienen otros estados donde ese voto no es tan influyente. Veremos cómo se comportan otros segmentos del electorado en relación a su candidatura.

Trump está esperando en su esquina a cualquiera de los dos. Trump prefiere que sea Sanders. Piensa que es más vulnerable en la elección general. De lo contrario no hubiera arriesgado tanto al tratar de quitar a Biden del camino por medios no éticos, y arriesgarse al proceso de destitución en el Congreso. Efectivamente, fue censurado en la Cámara Baja, pero no fue destituido gracias al voto cómplice de los senadores republicanos, con la excepción de Mitt Romney de Utah.

Lo cierto es que el Presidente está descansado y preparado y con muchos recursos. Enfrentará a un contrincante que vendrá de ganar una pelea por puntos, muy agotadora. Un rival muy aporreado, con una esquina en contradicciones internas y probablemente con una base demócrata dividida.

Cuando suene el ring para el inicio de la contienda general, Trump llevará la ventaja.

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Autor

  • Ricardo Corzo Moreno

    Ricardo Corzo Moreno es originario de Venezuela, se radico en Los Ángeles en 1991. Obtuvo una Licenciatura en Teología en el Seminario Teológico Latinoamericano, en la ciudad de La Puente, California (1999), y una Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de San Francisco hoy Escuela Graduada de Teología de la Universidad de Reedlands en California. (2002). Corzo obtuvo un certificado en Liderazgo Cívico y fue un académico becado del centro Cecil. L. Murray del Departamento de Religión y Cultura, de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad del sur de California (2012). Obtuvo Diplomados en: Gerencia Pública y Gobernabilidad Democrática en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas en conjunción con la Universidad de Notre Dame en Indiana y el Centro Internacional Wilson en Washington DC. (2021). Diplomacia y Relaciones Internacionales en la misma universidad (UCAB 2024). Moreno regreso en el 2015 desde Los Ángeles a su país natal Venezuela, y se radico en la ciudad capital Caracas, donde se desempeñó como Director General para América del Norte, en la cancillería venezolana hasta el 2017. Desde el 2018 Ricardo se desempeña como consultor estratégico en temas sociales, políticos y religiosos tanto de los Estados Unidos como de Venezuela. Ricardo escribe artículos de opinión para Hispanic LA y es un invitado frecuente para análisis internacionales por la cadena Unión Radio de Venezuela y la cadena televisiva IVC Internacional.

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