Al menos 50 tornados se generaron el fin de semana pasado, en los estados de Arkansas, Illinois, Indiana, Kentucky, Mississippi, Missouri, Ohio y Tennessee. Los informes de víctimas difieren, pero se calculan en alrededor de un centenar de muertes. Posiblemente miles de hogares y pequeños negocios fueron destruidos o seriamente dañados.
Solo en Kentucky, el gobernador Andy Beashear confirmó ayer 64 muertes, 105 desaparecidos y al menos 70 probables muertes adicionales, amén de 1,000 hogares derruidos.
En una fábrica de velas con 120 empleados en Mayfield, Kentucky, los vientos huracanados convirtieron el inmueble en un montículo de metal retorcido cubierto de químicos corrosivos. Ocho murieron, y se busca a ocho más.
La fábrica estaba produciendo los siete días de la semana y las 24 horas del día para cumplir con la demanda pre-navideña.
Lo inaceptable y que debe ser investigado es que después de que se desatara el tornado se obligó a los trabajadores a seguir en sus puestos laborales.
Las seis muertes en un almacén de Amazon en Edwardsville, Illinois, con 190 trabajadores, podían haberse evitado si los empleados se hubiesen refugiado adecuadamente. El techo de esta instalación de 1.1 millones de pies cuadrados se desplomó.
Una de las víctimas mortales, padre de cuatro y veterano de la guerra de Irak, alcanzó a advertir a su mujer que no le permitían dejar el lugar para refugiarse más adecuadamente.
Otro empleado murió mientras trataba de refugiarse del tornado en el baño del almacén, completamente inadecuado para la emergencia.
La Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) inició una investigación sobre si hubo problemas de estructura en el edificio; lo mismo están haciendo agencias estatales.
Estos accidentes despiertan preguntas serias sobre el grado de preparación a estos desastres naturales que solo irán aumentando con el correr del tiempo.
Así, el gobernador Jay Pritzker de Illinois evaluó que podría ser necesario un cambio en los códigos de construcción.
Pero además, estos accidentes ponen en relieve que los protocolos de seguridad en estas empresas son insuficientes y no toman en cuenta debidamente la seguridad y en este caso, la supervivencia física de estas personas.
Nos enteramos que el director ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, dijo estar «desconsolado por la pérdida de los miembros de nuestro equipo», y su par de la fábrica de velas que también estaba «desconsolados». La empresa también anunció que donaría un millón de dólares a los esfuerzos de rescate.
En estas circunstancias, estos lamentos y esta ayuda no son bastante.
Los tornados son extremadamente raros fuera de la primavera y el verano, pero este mes ha habido un número récord. Si bien el tornado fue inesperado, la frecuencia de las tormentas inesperadas aumenta.
Las temperaturas más cálidas hacen que los fenómenos meteorológicos extremos sean más probables y potencialmente más destructivos.
La multiplicación de desastres climáticos como los tornados es un efecto del cambio climático, en el que se incrementan los eventos extremos. Pero los tornados no son nada nuevo.
Entonces, es necesario revisar si hubo responsabilidad criminal por parte de quienes insistieron en que los empleados sigan en sus puestos laborales.
También que una autoridad externa a las compañías revise y apruebe esos protocolos de seguridad; y si ello ya se hizo, revisar por qué los protocolos no se respetaron y quién es responsable por ello.
Nos solidarizamos con los familiares de las víctimas y todos aquellos empleados cuyas vistas han sido puestas en peligro por la posible.