Hemos hecho avances en la lucha contra el coronavirus. Sin embargo, estamos lejos del final de la pandemia; aún debemos aplicar las mismas medidas de precaución de antes.
Uno de cada tres residentes del condado ha sufrido de falta de comida el último año: son tres millones de personas. El condado se enfoca en una lucha simultánea en dos frentes: COVID y hambre.
Este fue el mensaje de una conferencia de prensa con los medios étnicos (comunitarios) organizada este jueves 25 para Ethnic Media Services por líderes y representantes de las agencias de salud pública del condado de Los Ángeles.
Dra. Eloisa González
“Los peores números de nuevos casos diarios del COVID-19, que vimos a comienzos de enero, cayeron en un 90% esta semana a 1,600 por día”, dijo la Dra. Eloisa González, del departamento de Salud Pública del condado y directora del Wellness Center en el hospital general USC.
Como resultado de ello, las autoridades médicas están prestando atención con creciente preocupación a la emergencia de nuevas cepas del virus, específicamente el llamado variante del Reino Unido o B.1.1.1.7
“La pregunta más importante ha sido si las vacunas son efectivas, y la evidencia científica dicen que lo son”, dijo la Dra. González. Pero hay que tomar en cuenta, agregó, la facilidad de propagación y contagio propias de estas variantes. “Tenemos que hacerlo todo para prevenir la transmisión. Lo de siempre: no juntarse en grandes números. Usar máscara al salir de la casa”.
Mientras tanto, ha crecido el número de residentes del condado que recibieron al menos la primera dosis de alguna de las dos vacunas Pfizer y Moderna.
Cambios positivos en la vacunación
“Lo que nos entusiasma es que el porcentaje de vacunados está subiendo especialmente en las comunidades de color”. Según la Dra. González, entre los afroamericanos, el 9 de febrero se había vacunado el 20%; el 14 fue el 24% y 29% el 20 de febrero. Entre los latinos, 26%, 29% y 34% en las mismas fechas. Para asiáticos los números correspondientes fueron 20%, 24% y 29%. Mientras tanto entre los blancos no latinos, el 38% estaba vacunado al 9 de febrero, el 42% al 14 y el 48 por ciento al 20 de febrero.
Eso quiere decir que hay progreso entre las comunidades más golpeadas, enfatizó González. Mientras que el porcentaje de blancos vacunados subió en 25%, para los latinos subió en 32% y para los afroamericanos en un 32%. “Pero para los blancos, en el mismo período el porcentaje de vacunados subió en 25%”.
Lo cual significa, acotó, que existe ahora un acceso más igualitario que antes a la vacuna, especialmente para personas de bajos ingresos, que no tienen el tiempo o la tecnología para procurarla por ellos mismos.
«A partir del 1 de abril, abrimos nuevas categorías de elegibilidad para la vacuna, en lo que llamamos el grupo en la fase 1B, nivel 1.»
Maestros, policías, agricultores
Los nuevos grupos que recibirán la vacuna desde el 1 de abril son:
Los trabajadores de la educación y cuidado de niños. Se trata de 691,000 personas, entre ellos 210,000 maestros de primer grado a último de la secundaria, y los de edad preescolar, y 313,000 empleados de apoyo, además de 100,000 maestros y empleados en universidades y colegios comunitarios.
Empleados de servicios de emergencia y seguridad pública; un total de 146,000 personas, de ellos unos 46,000 policías y bomberos.
Los trabajadores de agricultura y alimentación, que totalizan 1.4 millones en el condado.
“Nuestro temor es no tener suficientes vacunas, porque queremos vacunar a la mayor cantidad de residentes lo antes posible para prevenir que se siga expandiendo el virus.
Es muy importante, acotó, que la gente “no vea en la reducción de contagios, hospitalizaciones y muertes una justificación para dejar de respetar las medidas de precaución”.
Gary Gero
A continuación, Gary Gero, Director de Sostenibilidad del Condado de Los Ángeles (el primero en este cargo, que ocupa desde 2016), se refirió a la crisis económica en la que muchos perdieron su trabajo y sufren desde falta de estabilidad económica hasta simplemente hambre.
“Tenemos que ayudarlos al mismo tiempo que hacemos el esfuerzo para proteger la salud de la gente”, anunció Gero. “Junto con mi equipo, hacemos uso de todos los recursos a nuestro alcance para mitigar la situación. Hasta tengo ahora bibliotecarias y empleados de tiempo parcial que ayudan a llevar comida a la gente que lo necesita”.
Uno de cada tres residentes del Condado ha sufrido carencia de comida en 2020. Se trata de tres millones de personas, muchos de los cuales durante un tiempo no tenían nada para comer. “Es un problema gigantesco”.
No se trata de inanición, sino de inseguridad alimentaria causada por falta de recursos financieros.
COVID y hambre: afroamericanos y latinos
“Hay lugares de trabajo sindicalizados, en donde despidieron al 90% de los trabajadores”, dijo Gero. Particularmente en la industria de la comida y hoteles. Esto fue particularmente grave en los meses de abril y mayo pasado, cuando muchos negocios estaban cerrados.
En particular, quienes sufren de hambre son afroamericanos y latinos. El 40% de los latinos tuvieron en 2020 inseguridad alimentaria. Incluso antes de la pandemia, el 20% de la población sufría de inseguridad alimentaria.
Recientemente, la junta de Supervisores del Condado destinó 135 millones de dólares para llevar comida a quienes no la tienen.
«Hemos hecho cuatro millones de entregas de comida. Debido a la pandemia cerraron muchas de las despensas de alimentos; los voluntarios se quedaban en casa. Tuvimos que repartir directamente comida en las calles de los barrios. No hacemos preguntas. El que viene recibe 50 libras de comida. Dimos más de nueve millones de libras de alimentos,» detalló el funcionario.
«Trabajamos con decenas de organizaciones comunitarias y gubernamentales, y del condado. Inclusive con el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD).
Es que no podemos combatir la pandemia cuando no hay comida en la mesa de los más necesitados”, dijo Gary Gero.
Más información se puede encontrar aquí.
Abraham Gómez
El gerente del programa CalFresh en el Departamento de Servicios Sociales Públicos del condado (DPSS), Abraham Gómez, habló de la ayuda a la población suministrada por su departamento.
“Somos la mayor agencia de ayuda social en el estado”, dijo, “y trabajamos para 3.5 millones de los residentes del condado”.
CalFresh es la última línea de ayuda contra el hambre. Funciona a través de una tarjeta similar a las de crédito o débito que se puede usar para comprar alimentos.
CalFresh es el nombre que se le da en California a SNAP, el Programa de asistencia nutricional suplementaria, a nivel nacional.
Indocumentados están excluidos
El número de solicitudes subió de 41,000 en abril de 2019 a 136,000 un año después, a 65,000 este enero.
“En total, dimos servicios para 1,300,000 personas, de ellos casi medio millón de niños”, explicó Gómez. «Ayudamos a ciudadanos estadounidenses y a residentes legales del país».
En general, inmigrantes indocumentados no pueden recibir CalFresh. Sus hijos pueden acceder al programa solo si son ciudadanos o residentes legales permanentes. CalFresh verifica la información sobre solicitantes migrantes con Inmigración (Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos o USCIS).
El funcionario también detalló cuáles son los requerimientos de ingreso mínimo para calificar a la ayuda que presta el programa SNAP . Se puede acceder a los datos llamando al 1- 866 6133777 o bien en línea en GetCalFresh.org.
Más información se puede hallar aquí.
Elizabeth Cervantes
“Estamos en la primera fila de ayuda, distribuimos directamente comida y también a través de 700 organizaciones en el condado», dijo Elizabeth Cervantes, delegada del Banco Regional de Comida. «Esto incluye dispensarios en las iglesias y desde locales que entregan alimentos una o dos veces al mes a otros más grandes. Y cooperamos con los distritos escolares del condado”.
Distribución de comida
Gracias a la dimensión del Banco de Comida del condado, contó, “pudimos conseguir más comida que otros, como cereales, mantequilla de cacao, arroz… y lo distribuimos, tres o cuatro veces por semana, en todo el condado”.
La pandemia causó más necesidades para familias con niños en edad escolar, que ahora deben quedarse en las casas y que requieren sus meriendas.
La mayoría de estas personas pertenecen a las comunidades étnicas: afroamericanos, latinos, nativos americanos. Y también la mayor parte son desocupados. A veces dos miembros de la misma familia tenían empleo, lo perdieron y no pueden pagar la renta, medicina y comida, todo junto.
Lee también
La vacunación está en marcha: hablan los doctores del condado de Los Ángeles